La soledad del creador de fondo

Disco en ciernes, proyecto digital con canciones en las que vuelca talento y pasión por creaciones históricas ajenas (hay por ahí un impecable Dancing in the dark , de Springsteen, de su cosecha), un plan incluso de monetización de su trabajo y de lo que hace ( paypal.com/paypalme/MarioJdelgado ), ahora que ni se lanzan ni presentan discos y ni hablemos de conciertos, al menos en León... Son tantas cosas que lo que es seguro es que Mario J. Delgado, esto es Forman’s Driveway, prefiere dar el paso a la pataleta. Primera advertencia: Hay quien con una voz resultona y siendo instrumentista básico puede labrarse una carrera. O viceversa. No es su caso. Toca y canta como lo hacen los únicos. A modo de resumen, la revista Mondosonoro, referente musical en España, además de considerar su primer trabajo como mejor disco editado Demoscópicos 2017, dijo de él: «Va tejiendo con gran riqueza instrumental distintas capas sonoras sobre las que deslizar su voz y, como sucede en Runnin’Out , conmoverte sin remisión». Pues que se sepa que en ello sigue.

Por ello, tras la pista de esa primera versión de Mario J. Delgado se accede a todo un universo musical con un inicio entrañable sobre cuándo se le metería en el cuerpo una pasión musical convertida en profesión: «Lo recuerdo perfectamente. Siendo un niño de once años, con mi madre, esperando en el coche a entrar en clase una mañana lluviosa de invierno, escuchando la cassette del Hotel California de los Eagles, que residía permanentemente en aquel Opel Corsa blanco letra P». Es decir, que aquel cool wind in my hair le despeinó para siempre y ahora es un habitual de la escena leonesa con una anterior gran incursión en Madrid.

Mario J. Delgado graba en la actualidad nuevo disco. VIRGINIA AGUADO

La elipsis temporal de aquellos momentos de niño y adolescente llevan a este tiempo actual en el que puede hacer un buen balance de lo que es, y sí librándose de lo que podría ser la clásica introspección musical leonesa en cuanto al rock. «Pues no puedo hablar por nadie. Yo siempre me he considerado un albañil de la música y en el momento que decidí dedicarme a esto con 18 años, para vivir y pagar mis facturas he tenido que hacer de todo, desde técnico de sonido a backliner, músico de sesión para distintos artistas, como tocar en orquestas durante todo el verano, pasando nochebuenas y fin de año fuera de casa o como profesor ahora en la actualidad. El verano pasado, por ejemplo, estuve de gira con la banda tributo a los Blues Brothers de los Javis, compatibilizándolo con las fechas que teníamos de la banda de versiones Punch Out y mi propio proyecto Forman’s Driveway. Y cuando las circunstancias lo requerían en dueto acústico con Mario Àlvarez en Mario2. Este verano (por llamarlo de alguna manera) con Super Héroe de Barrio junto a Juancho Lopez y el anteriormente citado Mario Àlvarez», relata a modo de balance de este último periodo.

Pero ahora anda embarcado en los proyectos anteriores, lo que le centra como músico de referencia en la ciudad. Así, respecto a estas suculentas versiones que irán apareciendo como ya lo ha hecho ese Dancing in the dark prefiere optar por el factor sorpresa. «Muchas de las versiones llevan tiempo en el repertorio habitual cuando me dejan ser yo mismo. No me gustaría desvelar todos los títulos, pero puedo decirte que todas ellas representan a personas que han formado parte de mi vida y otras que ya no están, lugares y épocas que han marcado una transición, fotografías que al tocarlas pueden transportarme a ese momento. Un ejemplo seria Dakota de los Stereophonics, que fue el punto de encuentro en la Jam, después de muchos años, con mi tocayo y compañero de guitarras, Mario Álvarez», añade al respecto.

De todas formas, no es posible sustraerse a este momento parado que lleva a la pregunta de: ¿cómo se llena este tiempo que no pasa? «Sigo grabando el segundo disco de Forman’s Driveway, con Pepe López. Tenia que haber visto la luz ahora, pero por lo que sea, este año no va a poder ser. También doy largos paseos por el monte con mi perrina, que es de lo mejor que se puede hacer hoy por hoy», dice.

Composiciones propias

Llegados a este punto, la radiografía musical de Mario J. Delgado quedaría incompleta si no se tratara el asunto de la composición propia, lo que evidentemente siempre hay que asociar al doble temor no solo del hecho de ponerse ante la partitura en blanco, sino a luego someter la creación al capricho del público a medio metro. Delgado opta por la modestia, aunque añade un dato reflexivo de lo más elocuente: «Mis composiciones propias están muy lejos del talento de gente tan grande como los que citábamos antes. Yo disfruto y aprendo mucho analizándolas, tocándolas y estudiando. Me reconforta mucho», afirma, a la vez que hace memoria sobre antiguos planteamientos. Y de ellos tiene una opinión clara: «Mi oposición constante a crear música original durante muchos años por pensar que no sería lo suficientemente buena, ha sido una tontería y una absoluta pérdida de tiempo, algo de lo que me arrepiento mucho», confiesa.

Dicho así, podría parecer una afirmación melancólica, pero será que tiene el necesario conflicto creativo del gran artista.