Diario de León

Balonmano | Liga Asobal

El Ademar frena en seco al Bidasoa

Bidasoa Irún 28 Abanca Ademar 29 Los leoneses, que llegaron a ir venciendo de nueve al descanso, supieron sufrir para rescatar un triunfo clave ante un rival directo

Gonzalo Pérez, con nueve goles, fue sin duda uno de los hombres determinantes del Ademar frente a Bidasoa, sobre todo en el primer tiempo. JAVIER COLMENERO

Gonzalo Pérez, con nueve goles, fue sin duda uno de los hombres determinantes del Ademar frente a Bidasoa, sobre todo en el primer tiempo. JAVIER COLMENERO

Publicado por
Pablo Rioja / A. Ó.
León

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Pudo acabar en tragedia sí, pero ayer la moneda lanzada al aire por el Abanca Ademar salió cara —todo lo contrario que frente al Toulouse hace unas semanas— aunque casi con el mismo guion final. Y digo casi porque esta vez la suerte acompañó a los de Cadenas, acostumbrados a caminar sobre el alambre en prácticamente todos sus compromisos de esta temporada. Un triunfo de gran mérito (28-29) que quizá pocos esperaban, sobre todo viendo la impecable tarjeta de visita del Bidasoa Irún, invicto hasta ayer en Liga.

Justo en la semana más comprometida de los ademaristas —con tres duelos en seis días— parece que las piezas comienzan a encajarle al técnico de Valdevimbre. Apabullaron al Metalurg el pasado martes en Europa y ayer, en una pista siempre imponente pese a estar vacía de gargantas en las gradas como es la de Artaleku tuvieron sobre la lona a los de Jacobo Cuétara, incapaces de prever la salida en tromba que propuso el equipo leonés.

Fue un partido de dos caras. Un tiempo para cada equipo. Una batalla a vida o muerte que en los primeros treinta minutos dejó ver al mejor Ademar de este curso pero que tras el paso por vestuarios se deshizo como un azucarillo. De nueve (13-22) llegaron a ir ganando los de Manolo Cadenas, sobrios atrás y desatados en ataque, pero Bidasoa tiró de oficio y a falta de ocho minutos para el final puso un inquietante 26-26 —primera vez que empataban en todo el encuentro— que hacía saltar todas las alarmas. Se veía venir, pero igual que en el primer envite los irundarras no podían detener a su rival, el Ademar se confió en exceso y el esfuerzo físico del principio les acabó pasando factura.

Un partido completamente nuevo se inició desde ese fatídico minuto 22 en adelante. En ese momento las tornas habían cambiado y de qué manera. Bidasoa se veía imparable, rompiendo por todos los lados la defensa leonesa y sin que Slavic apareciese para salvar los muebles como hasta entonces. Y en el otro área lo mismo. Al Ademar se le fueron las ideas. Sin contragolpes de por medio y con una defensa al fin bien plantada, se les atragantó el gol que tan bien habían fabricado en la primera mitad. Pero fue ahí donde los de Cadenas también sacaron fuerzas y cabeza de donde quizá ya no la había. En vez de venirse abajo del todo, siguieron moviendo el balón en ataque —más lento sí— pero punzante. Punzante cuando más lo necesitaban, con Tin Lucin y Feutchmann poniendo una renta de dos arriba. Aunque Bidasoa tampoco se amilanó.

Cadenas pidió tiempo muerto y después Cuétara. Todo con un minuto por delante. Al Ademar no le salió bien la estrategia y Natán Suárez fallaba el tiro definitivo que sellaba la victoria. Turno para los vascos, que en el último segundo del partido encontraron el hueco para un último disparo que, esta vez sí, no se coló en la red de los ademaristas.

La balanza se igualó

Después de un gran primer tiempo del Ademar, Bidasoa casi calcó el juego visitante en el segundo tiempo. El partido estaba entrando en aguas peligrosas para los leoneses, y un lanzamiento en apoyo de Salinas recortaba a cuatro la diferencia, 20-24. Marchán se estrellaba con el palo y Bonanno hacía el 21-24. Todo a favor de Bidasoa, 8-2 de parcial y la constatación de que el balonmano es tan maravilloso como incomprensible. Semedo sufría una exclusión a los trece minutos con 21-25, Salinas recortaba en siete metros y el ataque leonés mostraba ya síntomas de colapso.

Se entraba en el último cuarto del encuentro con Ademar tres arriba, pero con malas perspectivas viniendo el encuentro de donde venía. La ventaja se esfumaba, 23-25 tras otro siete metros de Salinas y dos minutos a Gonzalo, dudosísimos, y la defensa vasca era ahora una muralla y un gol directo de Xoan Ledo era el 24-25. De miedo.

Sólo Tin Lucin desatascaba el juego ofensivo, pero Bartok a los 22 minutos igualaba a 26, con Khalifa bajo los palos en busca de nuevas sensaciones en defensa para progresar. Pero en defensa el que brillaba era Bidasoa, liderado ahí por el exHuesca Bonanno.

Natán rompía las hostilidades para poner arriba a Ademar y un gran blocaje facilitaba la contra de Feuchtmann, dos arriba en el mejor momento (26-28). A tres minutos del final, 27-28 y dos minutos para Marchán, momento delicado para la inferioridad, pero ahí surgía Tin Lucin, qué jugador. Eso sí, Salinas respondía en un parpadeo, de nuevo renta mínima y dos minutos para el final. Momento de tensión, con una pérdida sin portero y un lanzamiento de Salinas a 35 metros que se iba fuera. Ahí es donde el Ademar tomó aire y creyó de nuevo en que podía imponerse. Sin duda, en la semana más complicada, los leoneses están dando la cara. Queda el Nava.

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