Diario de León

MUNDIAL DE HALTEROFILIA

Corona de plata para Lidia Valentín

■ La haltera berciana sube al segundo peldaño del podio en el Mundial ■ Éxito que completa con el bronce en dos tiempos

León

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Wroclaw vestía en 2013 el éxito de Lidia Valentín de bronce. Cuatro años más tarde la berciana se colgaba el oro en Anaheim. Un metal que repetía en Asjabad el pasado año. Ayer la mejor haltera española de todos los tiempos y una de las grandes a nivel internacional volvía a salir en la foto del cuadro de honor. Esta vez con la medalla de plata al cuello tras una competición en la que supo rehacerse del quinto puesto en la modalidad de arrancada para en la que su nulo sobre 112 la privaba del oro, para remontar el vuelo en dos tiempos y, con una marca de 138 kilos, hacerse con el subcampeonato. Sólo la colombiana Leidy Yessenia Solís, arriesgando en el último intento con 142, evitaba el tercer cetro universal a la de Camponaraya.

Lidia partía como una de las favoritas para colgarse el oro. Ella, bicampeona del mundo y hasta ayer poseedora de una corona que conseguía en 2017 y reeditaba en 2018, la bielorrusa Naumava, campeona este año en el Europeo, y la coreana Suhyeon Kim partían como las rivales a batir, que no las únicas, en una final A en la que hasta diez halteras, las que contaban con una mejor marca, iban a disputarse la porción más importante de gloria. Antes se iba a dirimir la final B en la que especialmente en arrancada las sorpresas iban a dar un resultado inesperado a la clasificación.  

Y también a exigir a las grandes a emplearse a fondo. Lidia había elegido los 105 kilos para acometer su primer intento camino a las preseas. Era la segunda mejor marca de las señaladas en el estreno de las participantes. Sólo Kim había pedido un kilo más. Y el reto quedaba superado con notoria solvencia por la leonesa. Luego vendrían los 108 que tampoco se convertían en obstáculo para una haltera que tiene en esta modalidad su plusmarca personal en los 124 kilos. Aún restaba un tercer intento para mejorar. Y también para evitar que rivales como la coreana Lee, integrante de la final B, le apartara del oro.  

Sabedora de esa circunstancia Lidia elegía los 112 kilos como objetivo. Antes iban a subir al tapiz el resto de las favoritas, entre ellas una Naumava que lograba superar los 109. A la berciana le tocaba apostar fuerte. Sabía que de superar ese registro la medalla era segura. Y con casi toda seguridad el oro. Máxime su Kim elegía los 111 kilos que solventaba con acierto. Sólo un pequeño fallo técnico llevaba a Lidia a cometer nulo. La opción de medalla se le escapaba en arrancada con las coreanas Lee (final B) y Kim ocupando los primeros lugares. También Naumava había errado por lo que las dos grandes favoritas tendrían que apostar por los dos tiempos para sumar medalla y de paso optar al premio más importante, el del total olímpico que otorgaba las preseas finales en el Mundial dentro de la categoría de 81 kilos.  

A favor de ambas estaba que a diferencia de arrancada en dos tiempos las integrantes de la final B apenas habían logrado marcas sobresalientes para inquietar en la general.  

Lidia contaba con sus altas prestaciones en esta modalidad en la que el pasado año en Asjabad había sido plata. Y su apuesta empezaba en los 130 kilos. Antes otras tres halteras habían entrado en acción pero con marcas inferiores. Y en ese juego de subir pesos por parte de las finalistas, a Lidia le iba a tocar entrar en acción antes que al resto de rivales directas. Lo hacía sobre los 130 kilos. Y como casi siempre, con el mejor resultado. La marca la acercaba un poco más al podio. Y los 134 incluso más. Eso sí, aún faltaban por entrar en acción la coreana Kim, la bielorrusa Naumava y una sorprendente Solís, notable haltera pero hasta ayer sin la consideración de candidata al oro.  

Fueron un mar de nervios esos minutos. Hasta que la coreana Kim afrontaba su intento sobre 137. El oro estaba en juego y ahí la ambición, tal vez desmedida de la asiática, le iba a pasar factura. Nulo y a repetir en el segundo intento. También nulo. Las opciones de Kim se tambaleaban y aumentaban la de una Lidia que elegía los 138 kilos para asegurarse el podio. Intento válido y 246 en el total olímpico en su zurrón.  

Kim elevaba su reto a los 138 y si no podía superar los 137 con un kilo más el desenlace no podía ser otro. La siguiente en fallar era Naumava. Lidia ya tenía en su poder un lugar en el podio de dos tiempos. El peldaño aún sin decidir. Lo mismo que en la general.  

Porque faltaban por afrontar si tercer intento la norteamericana Jenny Lyvette Arthur y la colombiana Solís. La primera alcanzaba los 139 kilos. Plata en esta modalidad pero sin poder superar a Lidia en el total olímpico. Restaba Solís que elegía los 140 kilos hasta que se daba cuenta que con ese registro el título mundial era imposible. Subía a los 142 kilos. Y con suspense y de manera dificultosa lograba hacer válido el intento. Oro en arrancada y en la general del total olímpico con un registro de 247 kilos, sólo uno más que una Lidia Valentín que vestía su actuación con el subcampeonato mundial aderezado con el bronce en dos tiempos. Un podio más. Y ya van cuatro desde el 2013 para la leonesa en el Mundial de halterofilia.

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