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España, Kiev, el cénit de La Roja y la tristeza de Del Bosque

Una década después, todo ha cambiado en la capital de Ucrania que dio la tercera Eurocopa a la selección española que pilotaba Del Bosque

Vicente del Bosque, durante la Eurocopa 2012 en la que La Roja alcanzó la gloria. CÁRDENAS

Vicente del Bosque, durante la Eurocopa 2012 en la que La Roja alcanzó la gloria. CÁRDENAS

Publicado por
Juan José Lahuerta
León

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Consternado, triste y nostálgico. Así suena Vicente Del Bosque cuando recuerda a Kiev, la ciudad en la que España ganó la Eurocopa en 2012 en una final inolvidable ante Italia que marcó el cénit de una generación irrepetible. Una década después, asediada por las tropas invasoras rusas, todo ha cambiado en la capital de Ucrania.

Para el ex seleccionador español, Kiev es un lugar clave en su carrera. La victoria frente al combinado transalpino por 4-0 provocó una catarata de emociones en su figura, casi siempre imperturbable pero con un recuerdo especial de un país que no olvida y que ahora vive el drama de una guerra terrible.

«Aquella final, después del partido, mi familia bajó al vestuario. Estuvimos mi mujer y mi hijo Álvaro. Llorando no digo, pero sí muy emocionados. Fue una Eurocopa muy celebrada por todo», aseguró Del Bosque.

Un par de años antes, Del Bosque dirigió a España hacia la victoria en el Mundial de Sudáfrica 2010. En la Eurocopa de Polonia y Ucrania cerró, sin saberlo, el ciclo iniciado por Luis Aragonés con la victoria en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008. Después del título de Kiev, aún dirigiría a España, ya sin éxito en el Mundial de Brasil 2014 y en la Eurocopa de Francia 2016.

Por eso, aquel partido de Kiev disputado en el Estadio Olímpico un 1 de julio de 2012, es especial para el entrenador español. Y esos gratos recuerdos que guarda de la capital ucraniana provocan una tristeza tremenda en Del Bosque cuando contempla la situación que vive en la actualidad.

«Es un desastre ¿Cómo en los tiempos actuales podemos llegar a estas terribles consecuencias? Por muy difíciles que puedan ser las relaciones, que se llegue a esto me parece imposible. Jamás pude imaginar esto. Es imposible que pensáramos en esto. No quiero demonizar a nadie, pero es un asunto de una gran tristeza», afirmó.

«Imagino que Putin y que cualquiera de los que estén inmersos en esto, cuando vean las escenas dramáticas que vemos, si tuvieran un poco de corazón no podría pasar lo que pasa. Tiene que haber medios para lograr convencer a alguien de que haya otra situación distinta a la actual. Habrá que intentar convencerlos a través del diálogo. Creo en el diálogo, en el acercamiento y en la cordialidad».

Del Bosque pasó varias jornadas en Ucrania con la selección española. En cuartos de final de aquella Eurocopa se enfrentó a Francia y se alojó en el hotel Victoria de Donetsk frente al Donbass Arena; en semifinales, contra Portugal, se concentró en la Ciudad Deportiva del Shakhtar; y, ya en Kiev, para la final, lo hizo en el hotel Ópera, a media hora andando de la Plaza Maidan.

Las memorias del ex seleccionador español de aquellos días junto al pueblo ucraniano son gratas. «Nos acogieron muy bien. Todo fue muy cordial, agradable y con buena disposición para atenderte. Es una pena que esto pueda ocurrir. Son gente maja que están sufriendo algo que imposible que pudiéramos imaginar ¡Que dure poco y que se acabe lo antes posible!», manifestó.

La amabilidad con la que fue recibida España en Ucrania, junto a la culminación del título con un 4-0 contundente y de fútbol excelso en una final con goles de David Silva, Jordi Alba, Fernando Torres y Juan Mata, fue el ‘cocktail’ perfecto para un equipo que, sin saberlo, no volvería a tocar el cielo nunca más.

«Es verdad que puede ser que allí se acabara un ciclo. Fue una generación que siguió jugando todavía años después. Y siguen jugando al máximo nivel. Ahí tienes a Busquets, Piqué, Jordi Alba... Todavía teníamos esperanzas. Lógicamente, es muy difícil saber dónde está la frontera del antes y del después de un equipo. Aquel partido de Kiev fue seguramente el mejor de los 114 que dirigí en la selección», apuntó.

Aquel baile a Italia, sin delanteros puros en el once titular, con tres centrocampistas arriba como David Silva, Andrés Iniesta y Cesc Fábregas protegidos por detrás por Xabi Alonso, Xavi Hernández y Sergio Busquets, marcó época. La imagen de Iker Casillas pidiendo al linier el final del choque para no humillar a Italia con minutos innecesarios, es icónica en la memoria del fútbol español.

Y todo ocurrió en Kiev, donde antes de la invasión de Rusia se vivieron historias muy bonitas alejadas del drama de la guerra y sus muertes innecesarias. Una de ellas, la dio el fútbol una noche de verano de 2012 que tal vez pueda rememorar Del Bosque algún día, cuando regrese la paz. «No he vuelto a Kiev y me gustaría volver, claro que sí me gustaría. Son personas como nosotros, somos todos iguales. Lo que le está ocurriendo a ellos es pura geopolítica, es la leche. Allí viví un día muy bonito». Ojalá Del Bosque pueda regresar a la capital de Ucrania. Será una buena noticia, porque la paz, habrá vencido a la guerra. Y, Del Bosque, podrá recuperar la memoria de uno de los partidos de su vida.

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