Diario de León

Fútbol | Fase de grupos para el Mundial de Catar

España saca billete al Mundial y manda a Suecia a la repesca

España 1 Suecia 0 Un tanto de Morata en el tramo final clasifica a los de Luis Enrique para la cita de Catar

Morata fue el autor del gol que supuso la victoria de España frente a los suecos y la clasificación directa al Mundial de Catar. JULIO MUÑOZ

Morata fue el autor del gol que supuso la victoria de España frente a los suecos y la clasificación directa al Mundial de Catar. JULIO MUÑOZ

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España sufrió más de la cuenta pero estará en el Mundial de Catar (1-0). Chata de nuevo en ataque y vulnerable en defensa ante una Suecia a la que le faltó colmillo para cazar a su presa, La Roja acabó adjudicándose una victoria trabajadísima con un gol de Morata a última hora que acabó con lo que hasta entonces fue un padecimiento extremo para terminar de abrochar un objetivo que parecía en la mano.

La diana del delantero de la Juventus, que aprovechó un trallazo de Dani Olmo al palo para embocar a placer, selló la duodécima presencia consecutiva de España en la fase final de una Copa del Mundo. Un logro extraordinario al que debe darse el mérito debido. Máxime teniendo en cuenta las penurias de una fase de clasificación que comenzó de mala manera en marzo y que terminó con susto final. Las cosas que más cuestan son las que más se valoran. Conviene tenerlo en cuenta.

Fue una versión ramplona la que mostró el combinado nacional, falto de ritmo para descomponer al ordenado combinado escandinavo, lo que aviva las dudas de cara a empresas mayores en el futuro, pero el fin, al menos esta vez, justifica los medios. Dentro de un año nadie recordará la grisácea imagen que dejó el equipo de Luis Enrique en un choque en el que tuvo que batirse el cobre para certificar el pasaporte al Mundial más atípico de la historia.

El asturiano metió piernas frescas para afrontar el segundo encuentro de La Roja en cuatro días. Introdujo seis variantes respecto al once que comenzó frente a Grecia, incluyendo tres cuartas partes de la defensa, donde solo se mantuvo Laporte, el nuevo jefe de la retaguardia. Soler se incorporó a la medular, donde regresó Busquets, mientras que arriba se cayó Morata para ensanchar el campo con Dani Olmo. En el bando sueco la noticia fue la entrada de Kulusevski por Ibrahimovic. Eso situaba a Isak como gran referente de un bloque al que solo le valía la victoria.

Un rival sin pólvora
Los suecos gozaron de varias ocasiones aunque su falta de puntería les acabó pasando factura

Pese a ello, los escandinavos fueron fieles a su naturaleza. Líneas juntas, bloque bajo y protagonismo para el rival, a la espera de un robo que les permitiese salir a la contra. Mantuvo también su idiosincrasia España, que lanzó su primer aviso con un disparo cruzado desde la frontal de Sarabia que se marchó por poco. Replicó Suecia con una cabalgada de Forsberg que metió el miedo en el cuerpo a la hinchada local, receptiva al llamamiento de Luis Enrique para que llenase La Cartuja.

Suecia volvió a ser un rival ulceroso. Penetrar en sus líneas era tan difícil como avanzar en pleno invierno ruso. De oficio andan sobrados y cuando se estiran tampoco son precisamente mancos. España extremó las vigilancias para evitar balones en largo que permitiesen a sus delanteros lanzarse en estampida, pero cuando pisaban campo ajeno intimidaban. Forsberg perdonó la vida a España en un remate que buscaba el palo largo con Unai Simón ya superado.

Premio final
No fue el mejor partido de la selección, pero aún así supo sufrir y esperar su momento para el gol

Para entonces a los de Luis Enrique se les habían agotado las ideas en ataque, lo que facultó un paso adelante de los nórdicos, que sin necesidad de despendolarse generaron más oportunidades venenosas que una Roja demsiado espesa de tres cuartos en adelante. El guion de partido convenía al plan del seleccionador sueco, que neutralizó a una España tan roma como cuando se midió a los escandinavos en la Eurocopa. La Roja trenzaba sin filo porque faltaba chispa por el centro y profundidad por los costados.

Al borde del precipicio

España bordeaba el precipicio porque un descuido podía mandarla a la repesca. Pese a ello, Luis Enrique mantuvo el bloque tras el paso por vestuarios. El escenario no cambió e Isak volvió a indultar a España al poco de la reanudación. La Roja comenzaba a vivir de prestado y Forsberg volvió a desperdiciar una ocasión pintiparada.

España estaba aletargada y Luis Enrique optó por intervenir al fin alistando a Morata y Rodrigo Moreno en busca de la contundencia que faltaba.

Es la gran rémora de esta selección, que padece lo indecible frente a rivales que se atrincheran en su área.

Mejoró La Roja con los relevos. Morata marró una llegada diáfana porque pecó de individualismo cuando tenía a Rodrigo Moreno liberado. Janne Andersson hizo un favor a España retirando a Forsberg, pero se guardaba una bala en la recámara. El reloj apretaba y tuvo que gastarla.

Salió Ibrahimovic en busca del gol que metiese a Suecia en el Mundial con el que el díscolo ariete aspira a poner el broche a su carrera. Achucharon los nórdicos, con España resistiendo a su manera en un partido que se le hizo muy largo. Pero Morata acabó con el soponcio y prolongó el idilio de la selección con Sevilla. 41 victorias en 52 partidos a orillas del Guadalquivir.

España logra el objetivo y ya puede decir que está clasificada para el Mundial de Catar de 2022.

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