Nueve experiencias de Tokio con sello leonés

Tokio ya es pasado... ahora toca mirar a París 2024. Quedan tres años por delante y muchas ilusiones y trabajo por asimilar. El ciclo olímpico, más corto de lo habitual dará paso a un nuevo escenario en el que sin duda alguna habrá algún representante leonés. Desde hace años es algo habitual.

En la cita japonesa no iba a ser distinto. Hasta nueve en una nómina que regresa con muchas historias por contar en su equipaje, una presea de bronce, algún que otro diploma o el reto de sacarse la espina en la próxima oportunidad que puedan disponer.

En el caso de Lidia Valentín, la haltera berciana regresa de Tokio con cierto sabor amargo. Con tres medallas a su espalda aspiraba a una cuarta pero el hecho de competir en un peso nada habitual en ella y de no poder afrontar su puesta en escena en las mejores condiciones físicas lastraron sus opciones. Esta vez no pudo subir al podio teniendo que conformarse con una décima posición. Pero queda París para que pueda cerrar su historia con el Olimpo del deporte de la mejor manera posible.

De una veterana en los Juegos a un debutante como Saúl Ordóñez. El ochocentista de Salentinos se había ganado la plaza para Tokio y allí estaba dispuesto a brillar a pesar de tener por delante a una excelsa nómina de rivales. Llegar a la final era un sueño que se disipaba para él de manera cruel en las eliminatorias. La caída de un rival y el verse encerrado en el momento clave convirtieron el deseo en un imposible.

En el agua el palista de raíces barcianas Paco Cubelos, por su partte, tenía que conformarse con el diploma olímpico. Tras el séptimo puesto en la prueba individual del K-1 1000 en Londres 2012 y su ausencia en Río 2016, el objetivo pasaba por luchar por una de las tres preseas en disputa. Subcampeón del mundo en el K-2 1000 junto a Iñigo Peña la opción de podio era muy real. En las eliminatorias el reto se allanaba aunque en las semifinales comprobaban que iban a tener que dar lo máximo. Lo hicieron en la final pero a Cubelos y su compañero no le salieron las cosas como esperaban. El resultado, la sexta plaza. Diploma y a remar hacia París dispuestos a que a la tercera las piragüas puedan reportarle un metal.

Saúl Ordóñez no pudo superar las eliminatorias de 800 metros en la cita japonesa. RONCORONI

La ‘guerrera’ leonesa Mireya González. FÖSTERLING

Manolo Cadenas, seleccionador de Argentina. DL

 

En el golf Álvaro Alonso Prada también pisaba por vez primera una villa olímpica. Lo hacía como mano derecha de la mexicana Gaby López. El caddie berciano vivía la experiencia olímpica en cuatro jornadas de competición en la que la suerte no estuvo de su lado y del de Gaby. Con un golpe bajo par las medallas quedaron esta vez lejos de su horizonte.

Por equipos la nota más sobresaliente llegaba del balonmano masculino. Y con un leonés que a pesar de no saltar a la pista ha aportado su grano de arena al éxito de bronce de una generación irrepetible: el fisio Emilio Martín. Sus manos han sido esenciales para que todo el desgaste de unos Juegos no pasara factura a los jugadores en exceso y pudieran llegar al final de la competición en condiciones.

El mismo deporte tuvo a otros dos protagonistas en la pista japonesa. Una en categoría femenina con las Guerreras y otro en la masculina, en este caso en el banquillo de Argentina.

La primera, Mireya González, acudía dispuesta junto a sus compañeras a trasladar el buen resultado de las últimas citas internacionales, Europeo incluido, a unos Juegos que le abrían la posibilidad de luchar por las preseas. El camino en la fase de grupos parecía transcurrir de una manera más que positiva hasta que en los dos últimos partidos, con la mirada puesta en los cuartos de final, se convertían en una pesadilla. Las derrotas frente a Hungría y Rusia pasaron una excesiva factura hasta el punto de llevar a las españolas a la eliminación prematura.

José Enrique Villacorta (atletismo), Álvaro Alonso (golf) y Alejandro Vaquera (baloncesto), representantes leoneses en los Juegos de Tokio 2021. DL

En la categoría masculina Manolo Cadenas dirigía a una Argentina que tampoco podía superar la fase de grupos. Y que precisamente se medía en uno de los partidos a los Hispanos. El potencial de la albiceleste, a pesar del buen hacer del de Valdevimbre, no daba para más frente a ‘ogros’ como Francia, Suecia y España.

En cuanto al atletismo y en una faceta también técnica José Enrique Villacorta pudo disfrutar del buen hacer de los mediofondistas y fondistas como responsable de este sector en la Federación Española. Lo hizo con varios diplomas firmados por Adrián Ben en el 800, el de ‘Mo’ Katir en el 5.000 o el último de Lamdassem en el maratón. También el de Marta Pérez en los 1.500 metros o la presencia de finalistas como Fontes.

Y en el baloncesto Alejandro Vaquera, a nivel institucional y con una labor también de campo como responsable de la preparación física de los árbitros de baloncesto por parte de la Fiba. Un trabajo que se veía plasmado a lo largo de la competición en uno de los deportes más representativos de la cita olímpica en Tokio.

Paco Cubelos logró el diploma en el K-2 1000 de piragüismo. BIZERRA