El final sólo es el principio

C ontrol de la euforia’. Así titulábamos el primero de los artículos de opinión al comienzo de la temporada, después de aquella victoria inicial ante el Rápido de Bouzas. Cuesta creer que haya pasado la temporada, y que el mismo equipo que aquella tarde mostraba tal superioridad en todas las facetas del juego, haya terminado el curso futbolístico, antes de tiempo y con los objetivos mínimos sin cumplir. Pero como se suele decir, agua pasada no mueve molinos, y este final ojalá sea el inicio de una buena planificación y gestión de los recursos para que la Cultural sea convierta realmente en un equipo de fútbol, y deje de ser únicamente, una plantilla con jugadores que tienen salarios elevados.

El fútbol nos demuestra nuevamente, que el todo en este deporte no es la suma de las partes, y que a la hora de competir siguen siendo básicos factores como, la consistencia del colectivo, el esfuerzo por el compañero y la entrega total en lo que haces, como principios fundamentales. Si esto se consigue con el añadido de la cantidad de recursos que Aspire ha dotado a la entidad, el objetivo de regresar a segunda división podrá ser real.

En cuanto al partido de ayer, venía contextualizado por dos equipos que apenas se jugaban nada, lo que propició un ritmo de juego muy bajo. El Coruxo se estructuró con un 1-4-5-1, en el que realizaba un repliegue intermedio sin la posesión del balón y en el que mostró cierta capacidad en el juego combinativo en acciones ofensivas, siendo Manu Justo su jugador más diferencial en este aspecto.

En cuanto a los goles, tanto el primer tanto como el segundo vinieron precedidos de acciones exteriores en el lado izquierdo. En el tercero, Kawaya aprovechó la posición adelantada de Alberto para batirle.

Ojalá que este final de temporada dé lugar al inicio de un buen proyecto que lleve a la Cultural a la categoría de la que nunca debió descender.