«Jugar el Mundial y subir al podio es algo que no olvidaré nunca»

Rubén Marchán (Manzanares, 1994) no olvidará nunca el Mundial de Egipto, el de su debut en una gran competición por selecciones con España. La medalla de bronce lograda frente a Francia se lo recordará siempre. El pivote del Abanca Ademar espera que no se la última. En los Juegos de Tokio, donde ha hecho méritos para estar, espera seguir escribiendo con letras de oro su camino en el balonmano.

—¿Qué sensaciones se le quedan a uno tras el éxito, uno más, de España a nivel internacional?

—Ha sido una experiencia única. Y no lo olvidaré nunca. Jugar con España y además lograr subir al podio es un sueño que se ha hecho realidad. Para mí el torneo ha sido una experiencia muy gratificante. Y eso que después de la derrota contra Dinamarca en semifinales parecía que se nos caía el mundo encima. Pero pudimos reponernos en apenas 48 horas para dar lo mejor de nosotros ante otro gran equipo como Francia. Y de paso colgarnos el bronce.

—Entre los internacionales que conforman los Hispanos has sido uno de los últimos en llegar. ¿Esperabas una adaptación tan rápida y un rol tan destacado?

—En cierta medida mi intención ha sido siempre hacerlo lo mejor posible. Y responder a la confianza que en mí ha depositado Jordi Ribera. Pero no me esperaba disputar tantos minutos. Y creo que con mis actuaciones me he hecho un hueco. Y eso que en el puesto de pivote existe mucha competencia. Por eso hay que luchar al máximo para que en un futuro siga en esta gran familia que son los Hispanos.

—Hablando precisamente de eso. Además de la enorme calidad de la selección. Otra parte del éxito tiene como base el que conforman una familia.

—El ambiente que he vivido ha sido fantástico. Al principio llegaba algo más cortado al ser el ‘nuevo’. Pero me han hecho sentir como uno más. Más que jugadores son compañeros. Y eso se nota. Puedes tener un equipo de grandes jugadores pero si cada uno va a lo suyo seguro que te quedas en el camino. Eso no pasa con España. Todos remamos en la misma dirección. El buen rollo se traduce así en la pista en la que todos nos ayudamos.

Emilio Martín, otro jugador del Ademar en la Selección. FERNANDO OTERO

—Jugar un Mundial en tiempos de pandemia, ¿cómo se vive?

—El covid afecta a todos los ámbitos de la vida. Eso no vamos a negarlo. Tienes que tener todas las precauciones posibles pero más que miedo hay que aplicar respeto. La lástima ha sido que en un recinto tan espectacular los partidos no se hayan podido disputar con público. Pero ojalá esto pase pronto y que los éxitos que vengan puedan tener un mejor y más concurrido escenario.

—España siempre cumple. Y esta vez lo ha hecho de nuevo. Y eso que en la primera jornada Brasil nos llevó al empate.

—Sabíamos que nos tocaba un grupo difícil y posteriormente si pasábamos los cruces. En el inicio siempre existen ciertos nervios y a nosotros nos pesó un poco. Y eso que tuvimos en nuestra mano el triunfo. Aunque siempre quieres ganar se puede decir que no nos vino tan mal. Nos hizo espabilarnos y tener los pies en el suelo. A partir de ese momento la cosa fue a mejor y prueba de ello es la medalla de bronce conseguida. Y eso que para nosotros las semifinales fueron un mal trago.

—De todo el campeonato el momento malo supongo que fue caer derrotados en las semifinales ante Dinamarca con un lanzamiento final precisamente tuyo que no pudo convertirse en gol. ¿Y el mejor?

—Hubo bastantes. Entre ellos la victoria ante Noruega en los cuartos de final. Pero si me tengo que quedar con uno sin duda alguna fue el disputado por el tercer puesto con Francia.

—Ahora toca cambiar de chip. Y centrarse en el Abanca Ademar. ¿Cómo ves el panorama?

—Exigente y excitante. Vamos a tener un mes de locos con tantos y tan duros partidos que nos deben decir a lo que podemos llegar.

—Ribera y Cadenas. No se puede tener mejores entrenadores.

—Cada uno tiene sus particularidades pero ambos coinciden en la exigencia. Y en saber lo que quieren. Son dos de los mejores.