El Madrid busca otro golpe de efecto

ÓSCAR BELLOT | MADRID  

El pleito que Atlético y Real Madrid tramitarán hoy (a las 21.00 horas en Movistar LaLiga) en el Wanda Metropolitano adquiere en ambos ejércitos un carácter trascendental, por mucho que se produzca a una tempranera altura del curso. Para empezar, el liderato está en juego. Y para terminar, porque los eternos e irreconciliables adversarios acuden con el orgullo herido.  

Las huestes de Diego Simeone conviven aún con las llagas que produjo el asalto blanco al coliseo atlético la pasada campaña. Corría la vigésimo tercera jornada de Liga cuando los goles de Casemiro, Sergio Ramos y Bale dispararon la euforia del Madrid de Santiago Solari en una semana fantástica que hizo volar las ilusiones de la hinchada merengue hasta que el Girona las devolvió a la Tierra. Fue la cuarta derrota de los rojiblancos desde que estrenaron su majestuoso feudo en septiembre de 2017. Sigue siendo la última. Las tropas de Zinedine Zidane lidian todavía con la cólera que provocó entre su parroquia el histórico vapuleo de Nueva Jersey, cuando el Atlético desbordó a un equipo sin tensión competitiva en plena pretemporada a lomos de un voraz Diego Costa y un chispeante Joao Félix al que le bastó un partido para ganarse el corazón de su nueva afición.  

Agravios que sobrevuelan las horas previas de un enfrentamiento entre dos conjuntos que velan armas en lo más alto de la tabla tras un inicio de temporada que les ha dado ya para convivir con el cielo y coquetear incluso con el averno. Embalado salió el Atlético, que enlazó tres triunfos antes de que la derrota frente a la Real Sociedad y el empate contra el Celta templasen los ánimos y generasen dudas en su afición, inquieta con la desacostumbrada permeabilidad defensiva que le llevó a conceder seis goles en tres partidos contando también el choque de Champions contra la Juventus. Tartamudeando abrió el Real Madrid la campaña de su pretendida rehabilitación, con dos empates ligueros y una debacle en París que hizo sonar el ruido de sables en el Santiago Bernabéu, con Zidane en la diana y el nombre José Mourinho apuntando a la recámara.  

Poco más de una semana después, el francés llega reforzado tras blindar a su batallón en la siempre incómoda visita al Sánchez Pizjuán y desempolvar ante Osasuna.  

Pero el fútbol es voladizo como pocas cosas en la vida y un derbi tiene siempre la capacidad de provocar movimientos sísmicos. Fe de ello pueden dar con sobrado conocimiento de causa Simeone y Zidane, rivales primero en el césped que afrontan ahora el noveno capítulo de su pulso en los banquillos. Por ello no se guardarán nada en un derbi con Eden Hazard y Joao Félix portando el ‘7’ que otrora defendiesen Cristiano Ronaldo y Antoine Griezmann.