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Fútbol | Primera División

Mbappé tendrá que esperar

El Real Madrid no podrá contar con el francés para esta temporada tras cerrarse en banda el PSG a dejarlo marchar Otro galo, Camavinga, si vestirá esta Liga de blanco

El deseo de Mbappé de jugar en el Real Madrid tendrá que esperar al menos hasta 2022. VALAT

El deseo de Mbappé de jugar en el Real Madrid tendrá que esperar al menos hasta 2022. VALAT

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Tras un sinfín de filtraciones, rumores, dimes, diretes, ofertas y lucha de egos entre Florentino Pérez y Al-Thani, el emir de Catar que desde la distancia controla todo en el PSG, se cerró el mercado veraniego sin esa gran noticia que haga soñar al Real Madrid con otro período de dominio galáctico, y más si cabe con el Barça arruinado. De momento, Kylian Mbappé sigue ligado al club parisino, que tiene los millones por castigo, se ha cerrado en banda y prefiere retener a una de sus estrellas aun a riesgo de que el curso próximo vuele gratis hacia el Bernabéu, tras concluir su contrato en el Parque de los Príncipes.

Mientras todos los focos apuntaban a Mbappé, el club blanco sorprendió con un movimiento que acabó con el fichaje del joven Eduardo Camavinga, procedente del Rennes y comprometido por seis temporadas, hasta el 30 de junio de 2027. Es un buen centrocampista de solo 18 años, una perla que también estaba en el radar del PSG, que costará al menos 30 millones más variables y que le viene muy bien a Carlo Ancelotti para dar descansos a Casemiro, hasta ahora sin un sustituto natural en su plantilla, y a los veteranos Kroos y Modric. Pero es indiscutible que el angoleño nacionalizado francés no ilusiona como Mbappé, sin duda uno de los mejores jugadores del mundo y con una capacidad de progresión extraordinaria a sus 22 años.

Cerrados en banda

Ni la última oferta de 200 millones hizo cambiar la decisión de los rectores del club parisino

Ya no habrá más esperas. Las últimas ofensivas de Florentino Pérez, que según ‘L’Equipe’ llegó a poner sobre la mesa una oferta de 200 millones de euros, de ellos 30 en variables, no hizo saltar el cerrojo de un club estado al abrigo de los petrodólares cataríes. Mbappé, concentrado con la selección francesa en Estrasburgo, donde este miércoles el combinado de Didier Deschamps se mide a Bosnia y Herzegovina en choque clasificatorio para el Mundial de Catar 2022, pasó el día inquieto, pero sin un mal gesto público hacia su club. No obstante, sí le había trasladado a Leonardo, director deportivo del PSG, que si no alcanzaban un acuerdo con el Real Madrid ahora, firmaría con la entidad merengue cuando quede libre, sin ataduras.

En Concha Espina sabían que tenían muy difícil poder consumar este fichaje, casi en chino, pero hasta última hora confiaron en la enorme capacidad como estratega demostrada por Florentino en sus 18 años al frente de la entidad. El tiempo, sin embargo, jugaba en su contra y también en contra de que el PSG diera su brazo a torcer y pudiera reaccionar con otro fichaje sonado como el del noruego Erling Haaland, propiedad del Dortmund y con un agente tan duro como Mino Raiola.

El final es muy diferente, pero la ‘operación Mbappé’ guardaba similitudes con el fichaje de Ronaldo Nazario, anunciado en agosto de 2002 casi sobre la bocina. Entonces, tras semanas de duras negociaciones, el Real Madrid emitió un comunicado explicando la «existencia de diferencias insalvables con el Inter» y que renunciaba a esta contratación. Le funcionó la estrategia y a falta de cinco minutos para que expirase el plazo de inscripción, los blancos contrataron al galáctico brasileño a cambio de 45 millones. La diferencia es que Ronaldo amenazó al club lombardo con declararse en rebeldía y Mbappé no ha llegado hasta ese extremo.

Sin olvidarse aún de Kylian Mbappé, el Real Madrid se movía con discreción en Francia y sorprendía para atar a Camavinga. El Rennes dio el visto bueno para el desembarco en la capital de España del talentoso internacional galo, que se había negado a renovar y estaba en el punto de mira de clubes importantes.

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