Diario de León

Tenis | Roland Garros

Nadal vuela en la tierra de París

El español barre de la pista a Diego Schwartzman y luchará por conquistar su decimotercer Roland Garros El balear se medirá a Novak Djokovic en la final

Rafa Nadal no dio opciones a Schwartzman y ya está en la final. I. N.

Rafa Nadal no dio opciones a Schwartzman y ya está en la final. I. N.

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Las dudas que puso sobre Rafa Nadal la derrota en los cuartos de final de Roma las despejó de un plumazo el español. En la revancha de aquel partido con Diego Schwartzman, el balear esta vez sí encontró la pócima al veneno del argentino y lo dispersó de la Philippe Chatrier por 6-3, 6-3 y 7-6 (0). Y mañana luchará por lograr su 13º título de Roland Garros.

No quedaba ya ningún rastro del Nadal inofensivo que cedió en dos parciales con Schwartzman en la capital italiana hace unas semanas. En su territorio, el español le pasó la presión en la previa para luego sobrepasarle en la pista. Los miedos ante una segunda insubordinación de ‘El Peque’, que llegaba tras conseguir su segundo triunfo ante un top 5 como Dominic Thiem, eran palpables en el inicio y por eso a Nadal le costó nada más y nada menos que catorce minutos aguantar el primer servicio.

Copa de los Mosqueteros
La final se disputará mañana domingo a las 15.00 horas y se emitirá por DMAX y Eurosport

Schwartzman planteó un encuentro desde la línea de fondo en el que habría muchas más oportunidades al resto y definiéndose por quién consiguiera aguantar su servicio más veces. Entre el sol y sombra que se asomaba por la central de Roland Garros y del que disfrutaban unos mil espectadores, se avistaba un Nadal mucho más incisivo y preciso en los puntos de rotura (terminó con un seis de nueve). Aunque arrancó con dudas con el saque y permitió que, solo en el primer set, Schwartzman disfrutase de cuatro pelotas de ‘break’, fue entrando en calor y dominando la calidad del argentino, uno de los jugadores más en forma en arcilla tras su pasada final en Roma.

La superioridad de Nadal pasó por desesperarle y por hacerle ver que, aunque estaba jugando a un altísimo nivel, era incapaz de derrocar la estatua que es el español cuando pisa la tierra parisina.

Con un nivel creciente, el balear minó las posibilidades de un Schwartzman que no dudaba en murmullar y mirar con resignación a su banquillo cuando las cosas no iban cómo esperaba. La buena noticia para él es que no acusaba el esfuerzo físico ante Dominic Thiem, cuando pasó más de cinco horas en pista para batir al dos veces finalista en París.

El balear fue de menos a más, mandó con más problemas de los previstos en el primer set, en el segundo cogió confianza y ya en el tercero, pese a que el argentino apretó los dientes, certificó la victoria tras un 7-0 en el tie break final.

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