Diario de León

La navegación noquea a Calleja

El aventurero leonés no esquiva la trampa de la segunda jornada en el Dakar Sainz pierde más de dos horas respecto a Al-Attiyah y se despide del triunfo

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Jesús Calleja tuvo un mal día en la segunda jornada del Dakar. No fue el único ya que buena parte de los participantes sufrieron los rigores de la navegación. Incluso los favoritos como Carlos Sainz y Peterhansel que han dicho adiós a todas sus opciones de triunfo.

Calleja, que ya había tenido algún problema en la prólogo del sábado con el navegador digital, no se libró ayer de la trampa en la que cayeron buena parte de los protagonistas del raid más exigente del mundo, tanto en coches como en motos y camiones. La mejor demostración es que pasada la media noche sólo habían completado los 33 kilómetros 64 pilotos en el apartado de coches. Otros 87 faltaban por hacerlo esperando a que el nuevo día y los rayos de sol ocuparan el lugar de la oscuridad de la noche para intentar completar a contrarreloj la jornada 1B y poder salir, eso sí sin descanso, en la siguiente etapa de hoy lunes.

Entre ellos Jesús Calleja cuya última información de la carrera por parte de la organización lo situaba a más de siete horas y 40 minutos del tiempo que lograba el a la postre vencedor de la jornada y salvo Loeb que aún esta a su estela, el llamado a reinar en esta edición por su gran ventaja respecto al resto de rivales. El aventurero leonés paraba el crono en 8h43:37, muy lejos del catarí. Apenas cuatro kilómetros después como otros tantos pilotos, sus tiempos desaparecían de la página de la organización. Síntoma de que tampoco se libraba de una navegación que ayer reportó una mala pasada a los protagonistas de la carrera. Al menos a la mayoría.

Al leonés como a tantos otros les tocará madrugar para no quedarse fuera de carrera y afrontar los kilómetros que restan para llegar a tiempo de la segunda etapa. Menos mal que a esta se le ha reducido los kilómetros tras las lluvias caídas en los últimos días que han llevado a que la considerada etapa maratón quede algo menos complicada.

AL-ATTIYAH Y SANDERS

Los vencedores del prólogo repitieron en la primera jornada seria de competición. Los 333 kilómetros de especial fueron un reto absoluto para la navegación, especialmente en la segunda parte, donde las dunas y la llamada hierba de camello pusieron en muchos apuros a los favoritos. Los que se la jugaron por instinto, caso de Daniel Sanders en motos y de Nasser Al-Attiyah en coches, obtuvieron su premio. Si bien en dos ruedas no es definitiva la ventaja obtenida por el alumno aventajado de Toby Price, ya que solo le sacó dos minutos a Pablo Quintanilla, lo que hizo el catarí sí puede haber sido determinante. En la categoría de motos, ‘Chucky’ Sanders le dio a Gas Gas una victoria de prestigio, especialmente porque dejó por el camino a muchos rivales. Entre otros, a un Joan Barreda que se dejó más de media hora en ese punto crítico en el que acabó dando vueltas hasta picar la zona de control en su GPS.

Para los coches fue clave contar con un buen navegante. Mientras otros, como Lucas Cruz (el copiloto de Carlos Sainz) quedaron nuevamente señalados en la foto del día, Mathieu Baumel, el acompañante de Al-Attiyah, le dio a su piloto buena parte de sus opciones en este Dakar. La apuesta de Audi para este Dakar no podía ser más ambiciosa. Pero difícilmente les podría haber salido peor el días.

El primero en decir adiós a sus opciones de victoria fue el mismísimo Stéphane Peterhansel. ‘Monsieur Dakar’ reventó la suspensión trasera de su Audi Q RS e-Tron, hasta el punto de que la rueda trasera izquierda quedó literalemente arrancada. La avería fue de tal calado que, cuando por fin pudo obtener ayuda de las asistencias, ya había perdido más de cinco horas y media. Todo apunta a que seguirá en carrera pero ya como un mero escudero de su equipo, si es que queda alguno intacto.

Porque Carlos Sainz no tuvo un día mucho mejor. En el kilómetro 270 se puso a dar vueltas sobre sí mismo porque no era capaz de encontrar el rumbo óptimo de navegación. Se dejó más de dos horas al final, y lo explicaba por un fallo en el libro de ruta. «En un camino el ‘roadbook’ ponía que el rumbo medio tenía que ser de 10 grados, pero de pronto variaba y llegaba a 300, por lo que pensábamos que íbamos equivocados y dábamos la vuelta. Ese ha sido el motivo de la gran pérdida».

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