El primer capítulo llega a su fin

Un año más, y como es habitual cada 31 de julio, la temporada de pesca en los ríos no regulados por embalse de la Comunidad baja el telón. Lo hace en clave positiva y mejorando de manera sustancial a un pasado ejercicio en el que la pandemia del coronavirus no sólo obligaba a retrasar su inicio, también marcaba ciertas directrices reguladoras en el tema de movilidad que afectaron el buen desarrollo de una actividad que tiene a León como uno de sus escenarios predilectos con varios miles de kilómetros de masas de agua y también un número considerable de pescadores. Y muy buenos.

Aunque los aficionados aún tendrán la oportunidad de saciar esta pasión hasta el 15 de octubre en los ríos regulados, en el caso de los de montaña mañana sábado la campaña tocará a su fin dejando un buen poso entre los pescadores que sin duda alguna tienen en estas masas de agua uno de sus escenarios favoritos.

Desde que el pasado 27 de marzo la temporada levantara el telón con el paso de las semanas se ha comprobado que los augurios en clave positiva se iban a cumplir. Bien es cierto que como todo balance final habrá que esperar a que la actividad en los ríos regulados cese también. Pero por lo visto y con algún que otro vaivén se puede decir que la tónica favorable ha sido el pan nuestro de cada día para los cientos de pescadores leoneses y los procedentes de otras provincias que han disfrutado de la caña y el sedal a lo largo y ancho de la provincia. También que todo es mejorable y se esperanza que el próximo año, ya con alguna dosis de mayor tranquilidad sin la amenaza del covid, la línea ascendente se vea plasmada en los muchos y muy buenos ríos leoneses desde los cotos a los Arec y EDS. La pesca se ha convertido ya en una actividad que no sólo cuenta con la participación destacada de los pescadores, junto a las truchas y demás fauna piscícola (en la provincia este pez es la estrella), también es una fuente importante de reclamo turístico y económico que a buen seguro quedará plasmada en años venideros cuando todo vuelve a normalizarse.

Respecto a la presente temporada hay que precisar que gran parte de los condicionantes y protagonistas han contribuido de manera positiva a que el desarrollo sea notable. Aún sin llegar al sobresaliente.

Primero porque las grandes protagonistas, las truchas, se han visto y en número importante, en cada jornada de pesca y con piezas de notable tamaño. Algunas veteranos y más esquivas pero también con el aliciente extra del mano a mano entre estas y los propios pescadores.

Otro de los factores que siempre cuentan, y mucho, es el de los ríos. En la provincia leonesa existen muchos y en su mayoría en condiciones más que favorables para proporcionar jornadas brillantes. Buenos caudales, fluctuantes como no podía ser de otra manera en el caso de los ríos no regulados a causa de la época del año, y de los regulados dependiendo de los embalses, pero sin duda alguna acompañando a esas buenas perspectivas que se ha cerrado con la climatología.

Y esta, también salvo excepciones, también ha sido benévola con los aficionados sumando numerosas jornadas en las que ha sido otro elemento para tener en cuenta y poder regresar a casa con la sensación de haber disfrutado de la caña.