Diario de León

Balonmano

Un punto... pero más lejos de Europa

Los leoneses empatan en el último segundo un partido en el que llegaron a ir perdiendo de seis y cuyo exiguo botín dificulta aún más su objetivo continental (37-37)

Santista, en una acción de ataque del Ademar. El brasileño sumó cinco goles para su casillero frente al Huesca en un partido que los leoneses acabaron empatando. fERNANDO OTERO

Santista, en una acción de ataque del Ademar. El brasileño sumó cinco goles para su casillero frente al Huesca en un partido que los leoneses acabaron empatando. fERNANDO OTERO

León

Creado:

Actualizado:

Un punto siempre es un punto, pero en este caso para el Abanca Ademar es botín más que un premio se convierte en una condena, o lo que es lo mismo, un paso atrás significativo en sus aspiraciones de sacar billete para Europa. Un reto que ya se encuentra a tres puntos con cuatro jornadas por disputarse, y la última nada menos que frente al todopoderoso e inexpugnable FC Barcelona.

Después del traspié en Valladolid que mostró a un equipo ademarista demasiado débil en defensa, ayer tocaba afrontar una reválida de altos vuelos nada menos que frente a un Huesca situado a dos puntos en la tabla y que precisamente había doblegado a los de Cadenas en la primera vuelta. El examen se convertía en vital. Y el resultado, aparte de la épica de enjugar seis goles en contra en los diez últimos minutos, significó más bien poco. El 37-37 con reparto de puntos ‘castigó’ a ambos. En cierta medida algo más a los leoneses que ejercía como locales en el Palacio y que ven como su sueño de pisar canchas fuera de España se complica en exceso para el próximo ejercicio.

Y eso que el encuentro iba a comenzar de la mejor manera posible con el tanto de Milosavljevic. Y el siguiente de Zanas Virbauskas. En un visto y no visto el marcador se ponía 2-0. Y el horizonte parecía clarear. Huesca acortaba distancias pero el coreano Kim volvía a elevar la renta a los dos goles. Gonzalo iba a poner apenas unas jugadas más tarde el 4-2. Pero ahí la fiabilidad del Abanca Ademar empezó a flaquear. Y por una zona que en esta temporada ha sido su talón de Aquiles, la defensa. El Huesca, que había salido algo dubitativo, empezaba a sacar la cabeza hasta lograr situarse por delante en el electrónico con el 6-7 apenas superados los diez minutos de juego. Gonzalo desde los siete metros y Liapis por partida doble lograban enderezar el rumbo para poner las cosas en el 9-7. Dos paradas consecutivas de Bomastar contribuían a ello.

Semedo lanza ante la defensa oscense. El ademarista no tuvo ayer su mejor faena. FERNANDO OTERO

Semedo lanza ante la defensa oscense. El ademarista no tuvo ayer su mejor faena. FERNANDO OTERO

Si en ataque las cosas parecían transcurrir en clave más que aceptable en la línea de retaguardia, especialmente por la parte central, empezaban a traslucir ciertas grietas que llevaron el pulso a un intercambio de golpes, en este caso goles que en cierta medida no iba a favorecer a los ademaristas. Más que nada porque posibilitaban que su rival sacara partido de su juego para irse hasta los dos goles de renta (15-17) a falta de cuatro minutos para el intermedio. Y menos mal que una parada de Bomastar evitaba que el agujero en contra de los leoneses fuera mayor. Eso sí, fue imposible que el electrónico se mostrara favorable a un Ademar que se iba al descanso uno abajo tras el tanto de Antonio Martínez (18-19).

Las espadas estaban en todo lo alto con 30 minutos por delante. Pero el Abanca Ademar debía mejorar. Más que nada porque en el tira y afloja en el que se había visto inmerso el panorama ofrecía altas dosis de peligro.

Un gol abajo no era un escollo insalvable pero la imagen no era la óptima. El gol del Huesca que situaba el 18-20 era un aviso lo suficientemente claro. Y más cuando esa renta en contra de dos goles pasaba a ser de tres antes de que se cumpliera el minuto cinco de este periodo. Zanas Virbauskas y Casqueiro salían al rescate con sus tantos para calmar una situación que mantenía sus dosis de riesgo para los locales. Con el 25-26 de cinco minutos más tarde el panorama se presentaba, a pesar del juego irregular de los locales, como un escenario factible para revertir la situación.

Y eso que el Huesca tampoco estaba haciendo un alarde de juego. Se dedicaba a cumplir con el guión escrito desde el banquillo. Y las cosas le estaban saliendo bastante bien. Con 13 minutos consumidos Manolo Cadenas no lo veía nada claro y eso lo llevó a solicitar tiempo muerto. El 26-29 lo decía todo. Y más con menos tiempo por delante para intentar salir del atolladero.

Pero las cosas no iban a mejorar. Apenas un minuto más tarde la desventaja se iba a los cinco goles con el 26-31 tras un parcial en contra de 0-4. El Abanca Ademar trataba de sobrevivir a base de impulsos a un margen en contra que fluctuaba entre los cinco y los seis goles. Con el 27-33 era más que peligroso. Más si los recursos de los que parecía echar mano el plantel leonés se estaban mostrando insuficientes.

Pero cuando parecía muerto un ataque de casta y pundonor propio de las mejores tardes en el Palacio y con una grada volcada, llevó a que la herida mostrara menos sangre. Ya no eran borbotones. De los seis goles se pasaba a los cinco, cuatro, tres y hasta dos abajo.

Hasta que Gonzalo Pérez lograba anotar el 36-36 a poco menos de dos minutos para el final. El partido estaba abierto. Y de las nubes se pasaba a una situación de esperanza. El 36-37 no evitó que la esperanza siguiera siendo notable. Ni tampoco un fallo en ataque posterior. Hasta que en la última jugada Gonzalo, con un segundo, anotaba el 37-37. Un empate de garra que no obstante sirve de poco al Abanca Ademar.

tracking