Ya van siete jornadas de desajustes defensivos

La Cultural vuelve a perder la unidad de bloque por sus continuos fallos defensivos, debido a desajustes y también a los errores cometidos en la salida del balón. Acciones que en categorías infantiles ya no suelen producirse, y si suceden el banquillo es el destino inmediato como castigo para que no vuelvan a producirse.

A mayores y como males a corregir con urgencia hay que destacar la falta de concentración a la hora de seguir con sus marcas, como se pudo observar en los dos goles encajados por el equipo leonés frente al Talavera de Víctor Cea. Lo más doloroso es que esos desastres atrás en el primer cuarto de hora de partido echaron por la borda la consecución de una victoria necesaria para mirar hacia arriba en la clasificación del Grupo I de la Primera RFEF.

La Cultural en la transición ofensiva fue un equipo vertical, pero de escasa elaboración en la medular. Sus jugadores trataban de conectar de manera inmediata con los hombres más desequilibrantes en esta fase del juego, concretamente Aarón Piñán y Niko Obolskii en el partido del sábado frente al Talavera, para aprovechar el posible descuido en la estructura defensiva del equipo rival, faltándole solo la efectividad necesaria en el área rival para conseguir gol. Como sucedió en el disparo de Aarón, solo ante el portero Edu Sousa, y otro del delantero ruso Obolskii que no acertó a superar al guardameta rival, a la que hay que añadir el penalti no convertido en gol por Ander Vitoria.

Los jugadores locales mostraron una falta de concentración impropia de la categoría a la hora de realizar una defensa de garantías. En los dos goles encajados, los rematadores Rodrigo Rodrigues y Dani Pichín quedaron libres de marca sobre el área de meta para llevar el balón a las mallas de Edu Frías.

La variante táctica por parte del equipo de Ramón González con sus laterales en salida de balón fue una rémora que pagó muy cara el cuadro leonés. Los laterales se ubicaron a la misma altura que Alberto Solís, pero curiosamente sin entregarle el balón, para dar continuidad al juego combinativo en situaciones de presión alta del Talavera, buscando en su lugar a los centrales para que fueran ellos los encargados de trasladar el balón a la siguiente zona. Situación que provocó el descontrol defensivo local, castigado con dos goles en un cuarto de hora de inicio de partido que condenó a los de Ramón González a una derrota dolorosa.

Los desajustes defensivos de la Cultural en su última línea, en la que Riki Mangana y Julen Castañeda cometieron errores a la hora de realizar basculaciones y anticipaciones defensivas, produjeron errores de bulto de Jorge Moreno y sobre de Cristian Galas. Un despropósito continuado que ya ha costado demasiados puntos de castigo.