
La restauración del palomar de Santas Martas ha sido la apuesta personal de Irma Basarte. Recuerda que la historia comenzó tras poner de acuerdo a los dueños del palomar y de la finca y cómo el día que firmó las escrituras en el notario se cayó una de las paredes. «Compramos una ruina pero conseguimos restaurarlo y salvarlo de su desaparición», asevera Irma Basarte, que anima a otras personas a hacer lo mismo. En el sur de León destacan los palomares de barro que se van desplomando con el paso del tiempo. «Parece que, en la actualidad, todo lo que huele a pueblo está condenado a desaparecer y no debemos permitirlo», manifiesta. «Para salvar nuestro patrimonio lo primero es conocer dónde está, sus orígenes y su historia; después, la intención sería poder restaurarlos», aunque es consciente de que será complicado.