Dónde comprar carne de caballo: en Mariano Andrés y en Zapaterías

La carne de caballo hispano-bretón, criado en las montañas leonesas, sólo se puede comprar en dos carnicerías de la capital a pesar de que su interés culinario va en aumento y de sus muchas bondades. Una de ellas está situada en el número 66 de la avenida Mariano Andrés. Su propietario, Carlos Suárez forma parte de la tercera generación de carniceros que abrieron el establecimiento hace casi seis décadas. Asegura que desde hace treinta años, la venta de carne de caballo se ha mantenido bastante estable, si bien ahora son los jóvenes los que muestran más interés por este manjar culinario. Dice que es la carne «más natural» que existe, tanto como los pastos de la montaña leonesa, desde Babia hasta Picos, dónde adquiere los animales que luego pasan a su cuadra, de ahí al matadero y después al despiece para ponerlos a la venta. Recalca que, en los últimos años, «la gente se preocupa más por lo que come y busca alimentos más naturales». Y ahí, la carne de potro tiene las de ganar. Sin embargo, llama la atención los pocos lugares en los que se puede adquirir esta carne porque, argumenta, «aquí no hay cultura de su consumo». Algo que sí ocurre, por ejemplo, en las provincias mediterráneas o países como Italia, importantes consumidores de este tipo de carne que cada vez es más recomendada para niños o para personas con carencia de hierro, para lo que está especialmente recomendado el jugo de carne de caballo. Un animal del que se puede degustar el entrecot, el chuletón o el morcillo, según gustos, y también la última novedad, la hamburguesa elaborada exclusivamente con carne de caballo en esta carnicería. El otro establecimiento está situado en la calle Zapaterías, 4 en pleno casco antiguo de la ciudad y también es especialista en este tipo de carne. Alvaro Rodríguez es el carnicero que ha apostado por la venta de esta variedad que cuenta, cada vez más, con mayor número de adeptos. Los animales también proceden de la montaña leonesa y dispone con todos los certificados que garantizan la máxima calidad de la carne. Quien la prueba, dicen, repite.