Diario de León

«El rosado es nuestro vino»

Rubén Roldán Caballero.
Asturleonesa de Vinos, S.L.

«No podemos subirnos al guindo. Debemos dosificar la fama y contener los precios, aun sabiendo que los costes de producción suben en todos los casos. Se vende bien y debemos mantener una alta calidad y un precio razonable». Rubén Roldán pone criterio y sensatez en Asturleonesa de Vinos

Rubén Roldán, entre las dos grandes cubas que son las joyas de la bodega.

Rubén Roldán, entre las dos grandes cubas que son las joyas de la bodega.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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El rosado es nuestro vino, el que tira de esta tierra y de las ventas. Se pueden hacer muy buenos claretes con cepas de veinte o treinta años. No hace falta que sean centenarias». Las reflexiones de Roldán Caballero, que ha hecho sabiduría de la observación de la viña, prologan el lamento por un problema histórico de la subzona de producción de Los Oteros y en concreto de Pajares, donde se ubican seis de las treinta y tres bodegas adscritas a la Denominación de Origen Tierra de León.

El «atasco» de la concentración parcelaria ha supuesto una merma injusta y preocupante de la actividad vitivinícola en el pueblo que se autoproclama «cuna del Prieto Picudo». «Está claro que debería haberse hecho en su momento y que ahora no hay dinero para ello. Pero el tiempo sigue corriendo y lo hace contra nuestros intereses, propiciendo el descepe, impidiendo al reordenación del viñedo y evitando que la gente de fuera con capacidad de inversión venga, se acomode y tire de la variedad», afirma Roldán Caballero al llevar a la conversación un sentimiento que es común en el pueblo de mayor tradición vinícola del sur de la provincia.

A la inevitable amargura por esa sensación contrapone al bodeguero la satisfacción por «las buenas cosechas y las buenas maduraciones de los últimos años, que aseguran una altísima calidad». La base de elaboración en este caso concreto son dieciocho hectáreas de viñedo propio que Rubén Roldán Caballero, responsable técnico del proyecto, mantiene impecable. Como impecable mantiene también la bodega, una cueva tradicional de la zona ejemplarmente conservada y dotada de los medios tradicionales más característicos. Es casi un museo. O al menos el mejor muestrario de cubas y bocoyes que pueda encontrase en perfecto estado de revista.

Conserva Asturleonesa de Vinos ese rico patrimonio, que son los medios, pero también las prácticas enológicas en la bodega que a mediados del siglo pasado fundó Juan José Suárez Gutiérrez, un asturiano al que, como a muchos otros, un día lo entusiasmó esta tierra, Pajares de los Oteros concretamente, y decidió regalarse a sí mismo el placer de vivirla y disfrutarla allí donde el vino es una forma de vida… o al menos una manera de entenderla.

Legada a otras generaciones, Asturleonesa elabora un par de tintos cada año más apreciados y unos rosados de lo más característico de la comarca. A los Quinta de Vides de menor recorrido temporal, rosado y tinto joven, se sumó a partir de la vendimia del 2006 un crianza de muy limitada producción.

El embotellado, bajo esa hermosa mención, es ya la apuesta inequívoca de la bodega que lo presenta como vino de mesa. Hoy, cuando la razón social ha pasado por varias referencias y la bodega ha alcanzado un alto nivel de calidad, todavía siguen sin darse algunos pasos importantes.

Adscrita a la denominación de origen como sociedad dedicada a la vitivinicultura, sigue elaborando sus vinos fuera de su certificación, aunque sea con muy buen criterio y con un crecimiento sostenido de las ventas en el entorno geográfico, pese a la escasa proyección comercial. Muchos compradores son clientes históricos, algunos de ellos asturianos, conocidos por su nombre y apellidos.

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