Diario de León

La ruta de la semana

El río sin fronteras

El Duero cruza buena parte de la Península antes de fugarse hacia Portugal. Historia, paisaje, vinos, gastronomía, un sinfín de oportunidades a ambos lados de la frontera ahora que tanto se está recuperando el turismo de interior con el final de la pandemia del covid

El Duero, a su paso por Castronuño. SANCHO

El Duero, a su paso por Castronuño. SANCHO

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León

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Desde los Picos de Urbión hasta la desembocadura en Oporto son 900 kilómetros mágicos, cruzando parajes muy diversos y ricos en recursos. Un patrimonio excepcional, con magníficos castillos, bellas iglesias, sorprendentes monasterios y casas solariegas se asoma a sus orillas, y rincones únicos con naturaleza exuberante, con valles, acantilados, suaves praderas, campos de cereal y frondosos bosques se bañan en sus aguas. Y esas aguas, regando millones de vides, logran el milagro de producir algunos de los mejores vinos del mundo. No en vano, en las seis provincias de Castilla y León que el Duero atraviesa se concentran una decena de denominaciones de origen.

Recorrer el camino del Duero y sus tierras próximas es un viaje apasionante, tanto como lo es, salvando las distancias, el de su vecino y casi paralelo Camino de Santiago. La iniciativa  Duero/Douro  Patrimonio para el Desarrollo que promueve  AEICE  nació hace seis años —y ha recibido el Premio Mejor Iniciativa de desarrollo local de Castilla y León—, busca la colaboración entre los agentes públicos y privados y la sociedad con el objetivo de conseguir un modelo dinamizador y generador de desarrollo socioeconómico para el territorio, basado en la puesta en valor de su patrimonio cultural de manera sostenible y en la integración de su patrimonio natural, enogastronómico y social. Surge del Grupo de Trabajo Patrimonio, Turismo y Lengua en el seno del Clúster Aeice.

El clúster que dirige  Enrique Cobreros  es una agrupación de empresas que promueve el desarrollo socioeconómico del territorio a través de la colaboración, la innovación, la internacionalización, la capacitación y la comunicación en el sector hábitat con varias facetas: construcción, patrimonio, equipamiento e industria manufacturera, rehabilitación de edificios, economía circular y entornos amigables. Es una iniciativa privada que surge de abajo a arriba, desde las empresas hacia las instituciones, con una filosofía clara de colaboración público-privada y en clave de compromiso con las personas y el territorio. Por los caminos del Duero

Desde el punto de vista turístico el programa Discover Duero/Douro propone diversas rutas, la mayoría de seis o siete días, en tierras de España y Portugal con el Duero como protagonista. Un recorrido más corto para tres o cuatro días permite disfrutar de algunas de sus esencias, desde Peñafiel a Miranda do Douro, en el que todos los sentidos permanecerán alerta.

No es mala idea iniciar esta ruta en  Peñafiel, un lugar que se denomina «cuna de la Ribera del Duero» y que en un espacio pequeño reúne un deslumbrante castillo, un buen Museo del Vino, una encantadora plaza, la del Coso, símbolo de la mejor arquitectura popular y, por supuesto, una deliciosa gastronomía... todo, o casi, lo que se irá encontrando en esta ruta.

Viñedos que acompañan al río Duero a lo largo de su recorrido. SANCHO

Viñedos que acompañan al río Duero a lo largo de su recorrido. SANCHO

Después, aguarda el monasterio cisterciense del siglo XII Santa María de Valbuena, que ostenta el orgulloso título de ser el mejor conservado de Europa. Gestionado por  Castilla Termal  se ha transformado en un exclusivo complejo turístico, con 79 habitaciones de lujo, un magnífico y completo balneario con aguas mineromedicinales.

El magnífico complejo que dirige  Javier Polo  es, además, sede permanente de la Fundación  Las Edades del Hombre, esa iniciativa que está permitiendo exponer cada año el abundante patrimonio de arte religioso de Castilla y León en distintas localidades.

En un recorrido por el Duero con el vino como uno de sus grandes protagonistas, no puede faltar la visita a Aranda de Duero, en cuyo apellido muestra su vocación, y que ha sido reconocida como Ciudad Europea del Vino lo que la sitúa en el mapa de ciudades del vino de Europa. Claro que habría que decir lo mismo de su pasión por el lechazo y el cordero asado, presente con la mejor calidad en toda Castilla.

La última etapa de este viaje a lo largo del río lleva hasta el lugar conocido como «la Raya», donde Duero y Douro se funden y marcan la frontera entre dos países: España y Portugal

Hay muchos motivos para describir Tordesillas. El primero es el del Tratado al que dio nombre, que dividió el mundo entre las dos grandes potencias de entonces (1.494): Portugal y España. Las Casas del Tratado recogen documentos de la época, maquetas de las tres naves que llevaron a Colón a América y también de los principales monumentos de la región. Un paseo por la ciudad lleva a visitar el Real Monasterio de Santa Clara, la plaza Mayor, el puente medieval de diez ojos y algunos restos de la muralla que rodeaba toda la villa.

Ya en tierras de Toro, una denominación en crecimiento, es el momento de descubrir una comarca a través de su gastronomía, el patrimonio artístico-cultural y la naturaleza. Acoge la Escuela Superior de Enoturismo de Castilla y León, que dirige  David Muriel  y apuesta con diferentes cursos por un sector enoturístico profesional. Y ofrece una plaza Mayor con el símbolo por excelencia de Toro: la Colegiata de Santa María la Mayor. Tras un contundente almuerzo en  Bodegas Divina Proporción  —en realidad es más un restaurante, con capacidad para cientos de comensales a la vez, que una bodega— con platos típicos zamoranos, se sigue camino a uno de los paisajes más bellos que el Duero ofrece: el meandro de  Castronuño, en medio de la Reserva Natural Riberas de Castronuño -Vega del Duero, única reserva natural de la provincia de Valladolid. La localidad ha sido elegida como «El Pueblo Más Bello de Castilla y León 2021», entre otros 82 que han participado en la elección.

Las riberas del Duero lo comparten todo entre España y Portugal. SANCHO

Las riberas del Duero lo comparten todo entre España y Portugal. SANCHO

Buen lugar para conocer los secretos de la  Ruta del Vino de Rueda, cuya gerente,  Cristina Solís, recuerda que estos vinos son los blancos más vendidos de toda Europa gracias a las 74 bodegas que se encuadran en la Denominación, pero que no todo es vino en la Ruta, que acoge un importante legado patrimonial con un total de 42 monumentos de diferente tipo que han sido reconocidos como Bien de Interés Cultural (BIC), por su valor artístico, histórico y etnográfico y que, como tales, deben ser disfrutados y protegidos.

Y hablando de disfrutar, también Castronuño es un buen lugar. Aquí se ha instalado  José I. Colinas, más conocido como Catacho, y su empresa  Xocoreto  en la que elabora dulces tentaciones golosas, en las que, curiosamente, el vino —ya que él también forma parte de la Ruta del Rueda— tiene cierto protagonismo.

A ambos lados de «la Raya»

La última etapa de este viaje lleva a «la Raya», donde Duero y Douro se funden y marcan frontera entre España y Portugal. Ahí se concentran tal vez los más bellos paisajes de todo el recorrido, con los célebres Arribes del Duero y el Parque Natural do Douro Internacional, ambos declarados por la Unesco Reserva de la biosfera transfronteriza. Acantilados vertiginosos, cascadas, aguas tranquilas o revueltas, una fauna en la que predominan aves de todo tipo y especies vegetales autóctonas conforman un verdadero paraíso que merece ser contemplado en ambas direcciones: navegando por sus aguas y vistas desde arriba en algunos salientes de vértigo, como el Mirador de Sáo Joáo das Arribas, junto al castro y también asentamiento romano de Aldeia Nova.

En el lado español,  Fermoselle  se atribuye el título de Capital de los Arribes del Duero y con la F de su inicial, su entusiasta alcalde,  José Manuel Pilo, apuesta por Fortaleza, Firmeza, Fe y Futuro, nada menos.

Balneario Castilla Termal Valbuena. SANCHO

Balneario Castilla Termal Valbuena. SANCHO

Y en el lado portugués destaca  Miranda do Douro, donde su alcaldesa,  Helena Barril, acoge con entusiasmo todo lo español, hablando nuestro idioma pero defendiendo el de esta tierra, la «lingua mirandesa», hermana de las hablas tradicionales de León, Asturias y Zamora y casi abandonada hace cuatro siglos pero que se pretende recuperar como parte de su patrimonio cultural, signo de una comunidad viva y respetuosa con su historia.Tras visitar algunas de sus encantadoras casas rurales, como la de  Puial de l Douro, magníficamente decorada y cuidada, la despedida gastronómica de Portugal, y de este breve recorrido Discover Duero/Douro no podía ser de otra forma que en otro miradouro, el del Hotel Parador Santa Catarina, con el plato más típico de todo el país, el Bacalao a Bras y con una especialidad de la zona, el Posta de carne Mirandesa certificada, acompañados, naturalmente con el popular y sabroso vinho verde.

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