Diario de León

La bajada de la luz logra moderar un punto y medio el IPC al 8,4%

La subvención a los carburantes también reduce la inflación desde el récord de marzo

Una torre eléctrica de alta tensión en Madrid. SERGIO PÉREZ

Una torre eléctrica de alta tensión en Madrid. SERGIO PÉREZ

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Tras un mes de marzo con los precios marcando su récord desde la década de los 80 y rozando la barrera del doble dígito, en abril ha mejorado la situación, aunque el IPC aún registra niveles no vistos desde hace décadas. Los datos publicados ayer por el INE revelan que la inflación de abril fue del 8,4%, 1,4 puntos menos que el mes anterior pero la tasa más alta desde 1986.

Es la mayor bajada en un solo mes de los últimos 35 años y se debe, fundamentalmente, a la gasolina y la luz. Por un lado, porque la electricidad ha comenzado a bajar de precio por el abaratamiento del gas natural, el aumento de la producción eólica y fotovoltaica y el menor consumo de los hogares por la llegada de la primavera. Y, por otro, por el descenso del coste del petróleo en los mercados —aunque sigue por encima de los 100 dólares por barril— y la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante aplicado en las gasolineras desde que entró en vigor el 1 de abril el plan anticrisis del Gobierno.

Pese a ello, siguen siendo los dos elementos que más tiran de la tasa del IPC hacia arriba, aunque no son los únicos ya que Estadística reconoce que toda la cesta de la compra sigue subiendo sus precios respecto a abril de hace un año.

«Es una rebaja significativa que rompe la tendencia alcista de los últimos meses, en la que se pueden apreciar los primeros efectos de las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, para reducir el coste de la energía para las familias», aseguran fuentes gubernamentales, que reconocen que a esta reducción ha contribuido también la «desaceleración» de los precios de la electricidad.

Además, esperan que la inflación siga su bajada los próximos meses gracias a la limitación de los precios del gas que se está negociando con Bruselas, lo que permitirá reducir «sensiblemente» el precio de la electricidad. «La bajada en la factura de la luz de los hogares y de las empresas se producirá cuanto antes», argumentan.

En tasa mensual (abril sobre marzo), la inflación baja un 0,1%, su primera caída tras dos meses de alzas. El problema ahora es la inflación subyacente, que permite observar cómo la tasa de IPC no es tan alta solo por la electricidad y la gasolina, sino que el incremento de precios es generalizado. Este indicador, que no tiene en cuenta energía ni alimentos frescos, subió en abril un punto hasta situarse en el 4,4%, la más alta desde diciembre de 1995.

Un problema para la economía española ya que es una tasa que «tiende a perpetuarse en el tiempo» y es más elevada que la media europea, lo que supone «pérdida de competitividad para España», explica a este periódico el director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres, que asegura que la inflación subyacente es el «principal barómetro de la marcha de la economía». El economista advierte además de que esta es la medida que el Banco Central Europeo (BCE) mira para ajustar sus tipos de interés.

Por su parte, el IPCA, que proporciona una medida común de la inflación para poder hacer comparaciones internacionales, se situó en el 8,3% en tasa anual, un punto y medio por debajo de la de marzo y solo una décima por debajo del IPC general.

El BCE prevé caída en el segundo semestre. La elevada inflación no es un problema solo de España, sino de Europa en general. Por ello, el Banco Central Europeo (BCE) se ha pronunciado sobre el asunto vaticinando que los precios comenzarán a moderarse en la segunda mitad del año, aunque seguirán en niveles altos.

Así, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, detalló ayer que estamos «cerca del pico» y cifró en el entorno del 4% la inflación media con la que termine el año en la eurozona. De esta forma, España estaría muy por encima de los países del entorno, con un IPC que cerrará 2022 cerca del 7% según la mayoría de organismos económicos.

Y aunque descartó un crecimiento económico negativo este año, incidió en que la inflación será alta por los elevados precios de las materias primas. De Guindos apuntó que la «extrema volatilidad» de los precios ha provocado «cierta tensión» en los mercados de derivados de materias primas aunque sin «ningún incidente importante».

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