Diario de León

El Banco de España prevé un 2022 con la inflación disparada al 7,5%

Sitúa el IPC en el doble de lo previsto pese a las medidas del Gobierno y rebaja el crecimiento al 4,5%

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El tirón de la economía tras dejar atrás los peores meses de la pandemia parece que se ha estancado. El Banco de España ha certificado que la recuperación de la economía española continuará los próximos tres años, pero a un ritmo mucho menor del esperado debido al alza de los precios energéticos, la guerra de Ucrania y las incertidumbres asociadas.

Así, en su nuevo informe macroeconómico el organismo prevé que el PIB avance un 4,5% este año, casi un punto menos que en sus estimaciones de hace solo tres meses. Para 2023 espera que la economía crezca un 2,9%, un punto también por debajo, y solo mejora sus previsiones de 2024, cuando España por fin logrará recuperar el nivel previo a la crisis creciendo un 2,5%, 0,7 puntos más que lo estimado en diciembre.

El Banco de España reconoce que la guerra de Ucrania es una «nueva perturbación negativa» cuando el país todavía no había completado la recuperación de la crisis sanitaria. A nivel intertrimestral, la economía ha sufrido una desaceleración de enero a marzo, con un crecimiento estimado de solo el 0,9%, y seguirá esta tendencia hasta cerrar el segundo trimestre en tasas cercanas al 0,1%, según sus cálculos.

El motivo fundamental de esta rebaja en sus previsiones es la menor aportación del consumo privado al PIB. Las familias ralentizarán sus compras debido a la gran subida de los precios, aunque se contempla que los hogares utilicen un tercio de su bolsa de ahorro acumulada (que se cifra en unos 85.000 millones de euros) desde el comienzo de la pandemia durante los dos próximos años. De hecho, calculan que si el gasto de la bolsa de ahorro aumenta hasta los dos tercios, el PIB podría subir cuatro décimas más de lo previsto.

De esta forma, se estarían utilizando ahorros para pagar productos básicos de la cesta de la compra dada la elevada tasa de IPC, que cerró el mes de abril en un 9,8%. Esta situación, además, seguirá siendo así al menos hasta julio, que es cuando el Banco de España espera que los precios comiencen a contenerse.

Así, prevé que la inflación termine el año en un 7,5%, casi cuatro puntos más de lo que consideraban hace solo tres meses. De confirmarse, este sería el año con los precios más altos desde 1986. En su informe detallan que ha habido un «fuerte repunte de los precios de la energía», lo que ha conllevado tasas de inflación más elevadas y «más persistentes». Además, alertan de que el aumento de la incertidumbre lastrará las decisiones de consumo e inversión de hogares y empresas durante todo 2022.

Eso sí, las medidas adoptadas en las últimas semanas por el Gobierno —bonificación de los carburantes, tipos reducidos del IVA de la factura eléctrica o límite máximo de revisión de los alquileres al 2%— supondrán la reducción de entre un 0,5% y un 0,8% la tasa de inflación media de 2022 frente a un escenario sin este tipo de soluciones, según explicó Ángel Gavilán, director general de Economía del organismo. Para el año que viene consideran que la situación esté más controlada y los precios marquen un 2% de media anual, una tasa mucho más acorde a las recomendaciones de Bruselas. Todo dependerá de la duración e intensidad del conflicto en Ucrania, de la evolución de los precios de la energía y de los «cuellos de botella en las cadenas globales de valor», reconoce el supervisor.

En este contexto, la tasa de paro se situará en el 13,5% al finalizar este año, siete décimas por debajo de lo previsto en diciembre por la buena marcha del empleo en el último trimestre de 2021, que ha hecho mejorar las previsiones de este año. La tasa seguirá siendo muy elevada en 2023 (13,2%) y 2024 (12,8%). Hay que tener en cuenta que con la subida de los precios, el Banco de España constata que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo. Además, Gavilán afirmó que por el momento las empresas no están trasladando completamente a los precios de sus productos el aumento que están soportando en el coste de sus insumos, sino que sus márgenes «se están reduciendo».

En cuanto al déficit, el Banco de España considera que las medidas de ayuda a empresas y familias para paliar los costes de la guerra —que supondrán 6.000 millones de gasto público— supondrán aumentar el déficit hasta el -5% este año, y se elevará al -5,2% el que viene, un punto por encima de lo estimado hace tres meses. Y todo ello pese a que en 2021 se cerró con una tasa mucho mejor de lo previsto.

«El déficit se mantendrá en niveles muy elevados los dos próximos años y las medidas del Gobierno presionarán al alza», aseguró Gavilán.

La deuda de las administraciones públicas llegará este año al 112,6% del PIB, casi tres puntos mejor de lo previsto inicialmente por el Banco de España, pero en 2024 aún seguiremos en el 113,5%.

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