Diario de León

Bruselas desoye a España y etiqueta la energía nuclear y el gas como verdes

Considera que estas fuentes son «necesarias» para la transición energética del continente

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El Ejecutivo de la Unión Europea aprobó ayer el texto definitivo en el que etiqueta como verdes el gas y la energía nuclear. Las autoridades de Bruselas consideran que estas dos fuentes son «necesarias» para lograr la neutralidad de emisiones en 2050 y, por ello, las clasifican como «energías transitorias». O lo que es lo mismo; les pone una etiqueta verde temporal.

El texto acordado difiere poco del presentado el 31 de diciembre de 2021, en el que Bruselas ya defendió abrir la puerta a que el gas y la nuclear se situaran entre las inversiones verdes. El Ejecutivo comunitario hizo finalmente oídos sordos a las críticas de los expertos asesores y a países como España y Dinamarca, que consideran esta medida como «un paso atrás». El debate sobre esta medida ha provocado grandes divisiones entre los Veintisiete, pero Bruselas dice haber encontrado un «equilibrio» de opiniones.

Las posturas se reparten en dos grandes bloques, dependiendo de los intereses de cada Estado miembro y de su dependencia del gas y las nucleares. Esas costuras entre países también se vieron en la votación del Colegio de comisarios, que alcanza sus decisiones por consenso y donde hubo, al menos, tres votos discordantes, según fuentes comunitarias.

Francia es la principal defensora de las centrales nucleares —no en vano el 75% de su electricidad proviene de esta fuente—, una postura que defiende una docena de países. Alemania, rechaza la nuclear, pero está a favor de que el gas sea considerado como verde. En el lado opuesto está el bloque formado por España, Austria, Luxemburgo y Dinamarca que han rechazado firmemente la modificación de la ley. Antes de entrar en vigor, la propuesta deberá pasar el filtro del Parlamento Europeo y del Consejo. Los dos organismos tendrán un plazo de cuatro meses —ampliables a seis— para presentar objeciones a la normativa. En caso de que ninguna de las instituciones se posicione en contra, entrará en vigor.

Bruselas espera que los Estados miembro comprendan que la decisión adoptada es necesaria para llevar a cabo la transición verde. «Tratamos de pasar de un sistema basado en energías emisoras de grandes cantidades de carbono, a otro de fuentes menos contaminantes. Es un camino. Actualmente no tenemos los medios para lograr la neutralidad», explicó la comisaria de servicios financieros, Mairead McGuinness.

El Ejecutivo comunitario también quiso dejar claro que la taxonomía es una herramienta para el mercado financiero y que no define la política energética europea. «Cada país es libre de usar su propio ‘mix’ energético.

La taxonomía permite que los inversores privados sepan, con total transparencia, en qué tipo de energía invierten», destacó McGuinness. La comisaria defendió que Europa está centrada en cumplir los compromisos acordados en Glasgow y desterrar el uso carbón en el continente.

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