Diario de León

Calviño se abre a incluir propuestas al impuesto bancario y evitar un fracaso

Economía presentará la próxima semana el proyecto, que permite aportaciones en el trámite parlamentario, ante el rechazo del sector

Imagen de la ministra de Economía, Nadia Calviño. FERNANDO VILLAR

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El Gobierno sabe que se la juega si el nuevo impuesto sobre los beneficios extraordinarios de la banca no consigue recaudar todo lo previsto por el Ejecutivo (unos 3.000 millones de euros en dos años); o si la banca consigue encallar el proyecto por la vía judicial, al recurrirlo; e incluso si el ciudadano comprueba cómo las entidades se lo acaban repercutiendo en su operativa diaria, a través de comisiones o restricción al crédito.

Por eso, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, intentó calmar este viernes los ánimos del sector en la reunión que mantuvo con los representantes de las entidades antes de dar a conocer la propuesta inicial del Gobierno. Para iniciar con buen pie la negociación, Calviño anunció que el nuevo impuesto a la banca se aprobará a través de una proposición de ley que se negociará con los grupos parlamentarios y cuyos detalles se conocerán la semana que viene, antes de que finalice el mes de julio.

El camino en las Cortes, con aportaciones de diversos grupos políticos, también permitirá indirectamente ir modulando la idea inicial del Gobierno con las consideraciones que puedan llegar de diversos sectores, fundamentalmente el bancario, a través de los partidos. Cualquier otra fórmula sería más rápida, pero dejaría menos margen para ser más flexibles ante una medida que ya ha generado polémica antes de ver la luz.

De este modo, el nuevo impuesto tendrá trámite parlamentario para incorporar «las mejoras más adecuadas» con el fin de conseguir el objetivo de recaudación, sin afectar de forma negativa al crédito ni a los ciudadanos, según ha puesto de manifiesto Calviño tras la reunión con las patronales bancarias AEB, CECA y Unacc, las principales entidades financieras españolas y el gobernador y la subgobernadora del Banco de España, Pablo Hernández de Cos y Margarita Delgado. La vicepresidenta primera ha asegurado al sector que este impuesto es «la decisión correcta» para repartir «los esfuerzos» que suponen el impacto de la guerra y de la elevada inflación.

También ha indicado que el sector le ha trasladado el deseo de «no ser estigmatizado» y ser considerado una actividad que «contribuye a las demandas sociales y al crecimiento económico». La imagen pública de la banca ya salió mal parada de la anterior crisis financiera y, según apuntan varias fuentes del sector, no quieren mantener esa imagen estigmatizada después de haber superado la crisis del coronavirus sin impacto reputacional gracias a las acciones puestas en marcha de ayuda y protección a los clientes de las entidades. Ya soportan otros tributos Pero las entidades siguen mostrando su oposición. La presidenta de la Asociación Española de Banca, Alejandra Kindelán, ha afirmado que «no es el momento» para aprobar un nuevo impuesto a la banca y que «no es una medida» que resuelva el problema de la inflación, «sino todo lo contrario, no ayuda a mejorar ni el crecimiento económico ni el empleo». «Conocen nuestra opinión: no es el momento», ha asegurado además de reiterar que la imposición de este tributo puede ser «contraproducente».

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