Diario de León

Calviño fija cuatro líneas rojas en la negociación de la reforma laboral

La vicepresidenta quiere aprobar ley este mes y pide que la coalición hable «con una sola voz»

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidirá mañana una reunión decisiva junto a las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz sobre la derogación de la reforma laboral. Un asunto decisivo para la buena marcha del Gobierno de coalición y que en la última semana ha provocado un tifón en el Consejo de Ministros.

El sábado, Calviño, durante la reunión del G20 en Roma, explicó a los medios que el Ejecutivo ha estado estudiando la coordinación para asegurarse que actúan con «una posición única y habla con una sola voz ahora que entramos en la fase decisiva de la reforma laboral. Se trata de una negociación en la que se van a tratar cuatro temas fundamentales».

El más delicado, las diferencias entre la patronal y los sindicatos.

La vicepresidenta primera detalló cuatro líneas rojas en las negociaciones de la modificación de la reforma laboral que demanda Bruselas.

1El primero de los puntos que no admitiría una negociación con los socios de Unidas Podemos es la «simplificación de contratos y reducción de la temporalidad, que es excesiva».

2 La segunda de las líneas rojas en la marcha atrás de la reforma laboral de Mariano Rajoy que ha trazado la vicepresidenta primera, ministra de Economía y mano derecha de Sánchez es la «adecuada regulación de las subcontratas».

3 El tercer punto que según Nadia Calviño no admitiría reforma alguna es además una de las patatas calientes, el de establecer un «reequilibrio de las partes en el ámbito de la negociación colectiva».

4 Y, por último, la cuarta línea roja de Nadia Calviño está en «el establecimiento de un mecanismo permanente de flexibilidad, en línea con la experiencia positiva de los erte, para que el ajuste no se produzca con intensas destrucciones de empleo como en crisis anteriores».

Desde el Ministerio de Economía confían en tener aprobada la nueva reforma laboral en noviembre para su aprobación por decreto en diciembre y entrada en vigor a partir de enero.

«Estamos ahora enfilando la fase decisiva de esa reforma laboral. Hemos acordado cuál va a ser el procedimiento que vamos a seguir para la coordinación de la posición del Gobierno y hemos reafirmado el fuerte compromiso de este Gobierno con el diálogo social como el proceso para poder lograr la mejor reforma posible», defendió Calviño.

La vicepresidenta primera también negó la existencia de una crisis en el Gobierno por la reforma laboral y una pugna con Díaz. Calviño confió igualmente que patronal y sindicatos alcanzarán un acuerdo antes de fin de año.

Preguntada por el punto en el que se encuentra la negociación de la reforma laboral, tras el pulso con su compañera Yolanda Díaz, aseguró que el Ejecutivo está ahora «enfilando» la fase decisiva de esa reforma laboral y que ya se ha acordado cuál será el procedimiento a seguir para la coordinación de la posición.

Calviño recalcó el «fuerte» compromiso del Gobierno con el diálogo social para sacar adelante «la mejor reforma posible» que cuente con el máximo apoyo y que recupere los «consensos rotos» en reformas anteriores para que, así, perdure en el tiempo.

«Mi convicción es que los agentes sociales son conscientes de la importancia de esta reforma y están comprometidos con impulsar esa creación de empleo de calidad en el país y apoyar una recuperación fuerte, sostenida y justa. Estoy segura de que van a hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo», zanjó.

La vicepresidenta también aprovechó para comentar el tono «positivo» en el que se desarrollaron los encuentros con los responsables de los principales organismos multilaterales económicos en el marco de la cumbre del G-20 en Roma.

La ministra Calviño resaltó el «dinamismo» del mercado laboral español que está evolucionando de forma «positiva», un asunto que, asegura, comentó con la secretaria general del FMI, Kristalina Georgieva.

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