Diario de León

Las familias tiran del crédito al consumo y frenan en hipotecas

La financiación a hogares y empresas cae en 22.000 M€, con unos bancos más exigentes

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Tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo llevan meses advirtiendo de una contracción del crédito que está siendo especialmente fuerte en el segmento hipotecario, aunque afecta a todos. El problema va en una doble dirección, con una oferta cada vez más exigente en sus requisitos y una demanda cada vez más débil ante el encarecimiento de los préstamos.

En total, la financiación a los hogares se situó en abril en 691.261 millones de euros. Son 482 millones menos que en marzo, engordando una tendencia a la baja que se ha repetido mes a mes durante todo este año. De hecho, el saldo actual es 8.185 millones de euros inferior al presentado a cierre de 2022. Y casi 11.000 millones menos que hace un año.

El crédito a las empresas también ha caído en 13.669 millones de euros este 2023, hasta dejar el dato en 941.493 millones de euros, con muchas compañías —especialmente pymes—, haciendo acopio de liquidez ante futuros riesgos. Si esa cifra se suma al descenso experimentado en las familias, el resultado es que la financiación a ambos segmentos se ha contraído en casi 22.000 millones de euros este año (a cierre de abril).

En esta evolución destaca sobre todo el cambio de tendencia que ha provocado la pérdida de poder adquisitivo de los españoles ante el actual entorno inflacionista: al contrario de lo que sucedía hasta hace poco más de un año, el crédito al consumo está aguantando mucho mejor que los préstamos para financiar una vivienda. En concreto, los datos del Banco de España reflejan que el endeudamiento hipotecario de las familias ha pasado de 513.273 millones de euros en diciembre de 2022 a los 506.381 millones actuales. Es decir, una contracción de casi 7.000 millones de euros en el periodo analizado. Y la cifra se amplía hasta los 11.000 millones si se compara con la registrada hace un año.

En esta rápida evolución a la baja no solo influye el encarecimiento de las hipotecas con la subida de los tipos de interés y el euríbor ya muy cerca del 4%, tras cerrar mayo en una media del 3,862%. También impacta la intensificación que han experimentado las operaciones de amortización de los préstamos que muchos hogares se han visto obligados a acometer, precisamente, para protegerse de esa subida del indicador.

El ritmo a la baja en hipotecas contrasta con la resistencia que está mostrando el crédito al consumo, que puede verse beneficiado por las mayores dificultades que presentan los hogares para llegar con cierta holgura a final de mes.

Además, la subida de los tipos de interés por parte del BCE tampoco se está trasladando a estos préstamos de una forma tan intensa como en las hipotecas. En concreto, el tipo de interés TAEde las nuevas operaciones hipotecarias ha pasado del 1,91% en julio de 2022 —cuando el BCE inició las subidas de los tipos de interés— al 3,73% actual. En consumo, se pasa del 7,94% al 9%.

Con este telón de fondo, el saldo del crédito al consumo en abril se situó en 95.666 millones de euros. Son 1.000 millones menos que a cierre de 2022, pero la cifra sí aumenta respecto a enero y también frente a los 93.083 millones de euros registrados hace un año. Las entidades también se han vuelto especialmente estrictas en este segmento, que suele presentar tasas de morosidad mucho más elevadas. De momento, parecen tener controlada la situación, con una morosidad que a cierre del pasado año —últimos datos disponibles— se situaba en el 4,3%, desde casi el 5% que rozaban estos préstamos al consumo a comienzos del ejercicio.

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