Diario de León

Golpe a la vivienda de costa por la fuga del comprador extranjero

Bajada generalizada de precios y prolongación del parón de las ventas de casas en la playa

Carteles de la construcción y venta de villas al borde del mar en la costa española. EFE

Carteles de la construcción y venta de villas al borde del mar en la costa española. EFE

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El mercado inmobiliario estuvo «congelado» en su conjunto con el confinamiento. Al vacacional le puede costar más reponerse. En primer lugar, porque, con cifras de Fotocasa, si en 2017 el 12% de los potenciales compradores de vivienda buscaba una segunda residencia, en 2020, apenas representan un 9%.

A ello se suma la depresión de la demanda extranjera, a la que se ha dado una vuelta de tuerca en la última semana, con la decisión del Reino Unido de aplicar cuarentenas a los viajeros que regresen al país procedentes de España; o a las recomendaciones vertidas por Francia o Alemania a sus ciudadanos de que no viajen a determinadas regiones españolas. Sólo esas tres nacionalidades suponen casi el 50% de los compradores de viviendas vacacionales en España, según los números de Tinsa.

El cierre total de fronteras paralizó el mercado de costa. Las nuevas medidas, que no son tan drásticas, alargarán la sequía de operaciones. En el primer trimestre de 2020, cuando aún no había estallado la pandemia en Europa con todos sus rigores y el confinamiento apenas tuvo impacto unos días, las compraventas por parte de extranjeros ya habían caído un 6,4% interanual, hasta las 14.850 operaciones. En 2019, los extranjeros compraron 63.000 viviendas en España, lo que representa un 12,5% de las operaciones, de acuerdo con el Colegio de Registradores. La inmensa mayoría, el 90%, en grandes ciudades y en zonas turísticas, según cálculos de Servihábitat. Una buena porción de las compraventas, por tanto, se encuentra en serio peligro. Y ello se puede traducir en caídas de precios: es de prever que gran parte de la oferta que absorbería el cliente extranjero pueda quedar pendiente de venta.

COSTAS MÁS EXPUESTAS QUE OTRAS

Aunque no todas las zonas son igualmente vulnerables. Andrea de la Hoz, consultora senior de Tinsa, explica que la presencia del comprador extranjero británico y del resto de nacionalidades europeas destaca en el litoral mediterráneo y en las islas.

En particular, enumera las costas catalanas, las de Valencia, además de la malagueña y las de Canarias -donde los alemanes dominan en Gran Canaria y los británicos, en Lanzarote y Fuerteventura- o las de las islas Baleares, mucho más dependientes de los compradores alemanes.

Arturo Díaz, director ejecutivo de residencial en Savills Aguirre Newman, acota un poco más las zonas potencialmente más afectadas a la Costa Blanca alicantina, algunas zonas de Baleares y Canarias y la Costa del Sol. De todas maneras, considera que si bien cualquier medida restrictiva afecta al mercado, limita los potenciales daños: «Teniendo en cuenta la circunstancialidad y temporalidad de estas medidas no prevemos que la afectación sea profunda». Y, de hecho, declara que hay promociones con «un alto nivel de interés en estos momentos».

Desde Servihabitat atisban la posible oportunidad que el comprador local puede obtener de la reducción de los extranjeros. Además, recuerdan que en la crisis pasada las compras de segundas residencias por parte de españoles cayeron menos que las compraventas totales, algo que consideran que ocurrirá ahora también. Y De la Hoz, si bien reconoce que hay demandantes nacionales que retoman la confianza en la medida en que se han levantado las restricciones al movimiento y a la actividad, también que hay quien prefiere esperar por la incertidumbre sobre el empleo o ante la posibilidad de que haya recortes de precios, algo que, por el momento, ante las escasas operaciones que se están produciendo, no se está reflejando.

De la Hoz no descarta que los precios acaben bajando: su previsión pasa porque haya «un ajuste retardado y de intensidad moderada». Aunque los descuentos serán muy diferentes por zonas, según las necesidades de liquidez de los propietarios y la afectación de la crisis al perfil de demanda al que esté dirigido el inmueble.

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