Diario de León

Contracción histórica

El PIB sufre en España su mayor desplome desde la Guerra Civil

La economía se hundió un 11% por la pandemia pero en el cuarto trimestre creció un 0,4% más

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Cristina Vallejo | Madrid
León

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Contracción histórica del PIB español. Como inédita es la pandemia que azota al mundo desde hace prácticamente un año. La economía doméstica se hundió un 11% en 2020, en su mayor desplome desde la Guerra Civil, y en su tercer peor registro en siglo y medio, comparable al estallido de la burbuja del ferrocarril en 1868 o a la primera depresión global, la de 1873.

El golpe que han propinado el coronavirus y las medidas de confinamiento a la economía española es de tal dimensión que supera, y con mucho, a la caída sufrida con la crisis de 1929 o a la de 2008 y 2009. La cifra que este viernes reveló el INE entraba dentro de lo previsto, incluso lo mejora un poco. El Fondo Monetario esta misma semana publicaba su nueva estimación para el PIB español de 2020: una contracción del 11,1% (revisada desde la caída del 12,8% que había calculado en octubre). Y la previsión del Gobierno contemplaba un recorte del 11,2%. El dato, en todo caso, constata el mayor castigo sufrido por España respecto a otros países: el PIB de EE UU bajó un 3,5% el año pasado, el alemán un 5% y el francés un 8,3%.

El nivel de actividad en el cuarto trimestre estanco de 2020 fue un 9,1% inferior al del mismo periodo de 2019. Ello supone un deterioro respecto al trimestre previo, cuando el descenso interanual era de un 9%, pero dista mucho del desplome del 21,6% sufrido entre abril y junio.

La caída del cuarto trimestre se debe a que el consumo final fue en el último tramo de 2020 un 4,4% inferior al del término de 2019. En concreto el gasto en consumo final de los hogares bajó un 8,4% en comparación interanual. Pero el desplome es más abrupto en la formación bruta de capital, en la inversión, que cayó un 14,3%. Sólo contribuyó positivamente el consumo público, del Estado, que subió un destacable 7%.

Por sectores, la actividad creció en el sector primario (agricultura, ganadería silvicultura y pesca), que se expandió a un ritmo interanual del 8,7%. Pero la construcción retrocedió un 18,2%. Los servicios, por su parte, perdieron un 9,8%, liderados por las actividades artísticas, recreativas y otros servicios (-31,5%), mientras el comercio, el transporte y la hostelería se hundieron un 20,4%.

Esquivar la recaída

La cifra total del año, la pérdida del 11% en 2020, es el resultado de una caída trimestral del PIB del 5,3% entre enero y marzo; al que siguió el desplome del 17,9% en el segundo, coincidiendo con el confinamiento; luego tuvo lugar un rebote del 16,4% entre julio y septiembre con el levantamiento de las restricciones; y al final, en el cuarto trimestre, se expandió mínimamente, un 0,4% en comparación con el tercero.

Esta última cifra, expone Matilde Mas, economista del Ivie, estaba muy en duda. Porque, explica, si empezó bien, la situación poco a poco se fue complicando con el crecimiento de los contagios y la toma de medidas de restricción.

El Banco de España había estimado una caída del 0,8% para el último dato del año, según su escenario central y su previsión más pesimista recogía una contracción del 3%. Por tanto, la cifra que ayer publicó el INE se acerca al escenario más optimista del supervisor, que contemplaba una expansión del 0,6%.

Desaparece por ahora el riesgo de recaída en recesión. La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, valoró que 2021 empieza con un «mejor punto de partida» de lo previsto para acelerar la recuperación en el segundo semestre, hasta un crecimiento inercial del 7% en el conjunto del año.

Raymond Torres, de Funcas, explica que el repunte del cuarto trimestre obedece a que el consumo de los hogares (+2,5%) sorprendió al alza. Pero le da más importancia al consumo público, que subió un 4%, y aportó ocho décimas al PIB, que supone que sin su contribución, se habría producido una caída del 0,4% en el cuarto trimestre. Y destaca que el sector productivo ha demostrado su capacidad de adaptarse al entorno cambiante. Con todo, Torres señala que este año será difícil un crecimiento superior al 6%.

El salvavidas de los ertes

«Es la primera vez que el empleo cae menos que el PIB. Lo normal es que suceda lo contrario», afirma la economista Matilde Mas, del Ivie. Así, si la economía se contrajo un 11% el año pasado, el número de horas efectivamente trabajadas cayó un 6,3% interanual en el cuarto trimestre y los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se redujeron un 5,4%, lo que supone, de todas maneras, la destrucción de más de un millón de empleos. El esquema de los expedientes de regulación temporal de empleo (erte) ha funcionado para proteger el empleo. Aunque, a juicio de Raymond Torres, director de coyuntura y de análisis internacional de Funcas, el instrumento podría haber sido más eficaz si el mercado laboral español fuera menos volátil y en él tuviera menos peso el trabajo temporal.

Torres también anima a dar un giro a los erte —y a los préstamos avalados por el ICO— para que sigan siendo útiles para mantener empleo y tejido productivo. El esquema de protección social también ha contribuido a que el reparto de las cargas de la crisis haya sido diferente a lo que suele ser habitual. Así, el PIB tuvo un comportamiento diferente por tipos de renta: mientras la remuneración de los asalariados cayó un 3,6% en el cuarto trimestre en tasa interanual, los beneficios empresariales bajaron un 12,5%. Aunque los que más cayeron fueron los impuestos netos sobre la producción y las importaciones, que recortaron un 12,7%.

La caída en la remuneración de los asalariados es consecuencia de la reducción de su número en un 5,6%.

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