Diario de León

«La subida de tipos seguirá hasta que la inflación baje al 2%»

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, anticipa más subidas de los tipos de interés en la Unión Europea. FRIEDEMANN VOGEL

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, anticipa más subidas de los tipos de interés en la Unión Europea. FRIEDEMANN VOGEL

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Christine Lagarde (París, 1956) es una de las mujeres más poderosas del mundo y sabe, perfectamente, que una palabra suya basta para condicionar la vida de los mercados. Lo demostró su predecesor, el italiano Mario Draghi, con el ya histórico ‘whatever it takes’ (haremos lo que sea necesario...) que logró salvar el euro aquel verano de 2012, y ahora le toca a ella.

Asegura estar dispuesta a lo que haga falta para combatir una inflación desbocada (8,5%). «Es un monstruo que golpearemos hasta que baje a nuestro objetivo del 2%», advierte. Lo hace en Madrid, en la primera entrevista en exclusiva que concede a un periódico español desde que accedió a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) el 1 de noviembre de 2019.

Llegó a Fráncfort desde Washington, donde llevó las riendas del Fondo Monetario Internacional (FMI) entre 2011 y 2019. Advierte de la enorme incertidumbre que genera la guerra y confirma que la temida escalada de los tipos de interés, ahora en el 3% —niveles no conocidos desde la caída de Lehman Brothers hace quince años—, ha llegado para quedarse una buena temporada. ¿Hasta cuándo? Nada de pillarse los dedos. Toca ir «reunión a reunión», partido a partido. El próximo se juega en Fráncfort, en el Consejo de Gobierno del BCE el 16 de marzo.

—¿Volverán a subir los tipos otro medio punto, hasta el 3,5%?

—Es muy probable que aumentemos los tipos de interés en 50 puntos básicos. Esta fue una decisión que indicamos en nuestra última reunión de política monetaria en febrero y todos los números que estamos conociendo en los últimos días confirman que ese aumento es muy, muy probable.

—El BCE sigue desempeñando un papel crucial en un contexto cada vez más convulso. ¿El espíritu del famoso ‘whatever it takes’ que bautizó Draghi sigue vivo?

—Sí, sin duda. Y haremos lo que sea necesario para que la inflación regrese al 2%. Mario se enfrentaba a una situación diferente y era otro tiempo. Aquel mensaje era muy demandado y tuvo un impacto inmediato. Ahora, nuestra acción es más sostenida, duradera, porque la inflación es un monstruo al que tenemos que golpear para mantenerla en el 2%.

—La inflación, sobre todo la subyacente, sigue disparada. ¿Las medidas del BCE no están dando los resultados esperados?

—En primer lugar, me gustaría destacar que la inflación general ha bajado en los últimos meses y seguirá bajando en los próximos. La inflación subyacente, que en la zona euro excluye energía y alimentos, es demasiado alta. En España, donde en ese indicador se incluyen también alimentos elaborados, es del 7,7%. La dirección es clara: debemos seguir tomando las medidas que sean necesarias para devolver la inflación al 2%. Y lo haremos.

—¿Qué horizonte se han marcado para decidir si cambian el paso y moderan las subidas de los tipos de interés? ¿En la reunión previa al verano, quizá? ¿A finales de este año?

—Dependemos de los datos. Muchos gobernadores están sugiriendo, prediciendo, dando su opinión y análisis personal. Como presidenta del BCE, yo debo centrarme en la toma de decisiones, para la que hay que tener en cuenta los datos. Estos incluyen nuestras proyecciones económicas, las últimas cifras o el impacto de nuestras medidas a lo largo del tiempo. Y, por supuesto, también las opiniones de todos los gobernadores en el Consejo de Gobierno. De lo que estoy segura es de que regresaremos al objetivo del 2% a medio plazo y de que lo haremos con decisión y determinación.

—Muchos expertos hablan ya de que los tipos aumentarán hasta el 4% y no descartan incluso que en 2024 sigan las subidas... ¿Cuál es su techo?

—El BCE no tiene un techo, sino un objetivo del 2%, que es el objetivo de inflación a medio plazo; el que para nosotros define la estabilidad de precios. Como ya he dicho, no puedo decir hasta dónde subirán. Sé que serán superiores a los actuales y que debemos seguir trabajando porque no podemos cantar victoria. Estamos haciendo progresos, pero aún nos queda trabajo por hacer.

—Los gobiernos están advirtiendo de que esta dinámica de subidas de tipos puede dificultar sobremanera la recuperación. ¿Están preocupados?

—Mi principal preocupación es la inflación. No queremos quebrar la economía. Ese no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es controlar la inflación. Y para eso, como banco central, nuestra principal herramienta es la subida de tipos. Al subir los tipos la demanda se frena y hace que los precios se contengan. Por el momento, la economía resiste, el empleo es robusto y el desempleo es el más bajo que nunca hemos tenido.

Dificultar la recuperación

—Las familias están sufriendo mucho con la inflación. La sufren en su factura eléctrica, en la cesta de la compra... ¿Los gobiernos deberían dar más ayudas públicas o bajar impuestos?

—Sé que la gente está sufriendo por la inflación, en particular los más vulnerables y las personas más expuestas, los pensionistas con bajos ingresos. En el BCE creemos que el apoyo de los gobiernos debe dirigirse a esas personas vulnerables. Y que debe ser temporal. Cuando la situación mejore, cuando los precios de la energía bajen, cuando los precios de los alimentos se estabilicen, entonces los gobiernos deberían estar en condiciones de retirar el apoyo. Las medidas, además, deben diseñarse de una forma que anime a las personas a ahorrar energía, no a gastar como si la energía no tuviera precio.

—¿Cuál es su mensaje para los millones de familias españolas que tienen préstamos hipotecarios a tipo variable y están sufriendo la subida del euríbor?

—Las hipotecas con tipos variables son un arma de doble filo. Cuando el tipo es muy bajo, te beneficias de pagos menores, pero cuando suben, como tienen que hacerlo para controlar la inflación, entonces los pagos mensuales suben. Creo que muchos bancos están preparados para negociar y suavizar a lo largo del tiempo la carga sufrida por las familias. A los bancos les interesa hacerlo porque saben que, cuando la inflación esté controlada, los tipos de interés finalmente se reducirán y no quieren tener en sus balances préstamos fallidos.

—En España, la parte minoritaria del Gobierno está exigiendo topar las hipotecas variables para mitigar las subidas. ¿Cree que esta medida es factible?

—Es una relación entre prestatarios y prestamistas. Estoy segura de que muchos bancos están preparados para revisar las condiciones y están preparados para suavizar los reembolsos en el tiempo. Y no porque sean filántropos. Que no se me malinterprete. Los bancos tienen su negocio legítimo y son parte de la solución. Es de su interés no tener préstamos morosos y tener prestatarios con buen crédito.

—Los bancos están ganando miles de millones gracias a las subidas de tipos pero en España, por ejemplo, siguen sin remunerar los depósitos de los clientes.

—De nuevo estamos hablando de una relación entre el banco y sus clientes. Cuando aumentan los tipos de interés, cuando aumenta el coste de los préstamos, es evidente que también se puede discutir la remuneración de los depósitos y ser aumentados.

—Los altos salarios de los banqueros han vuelto al centro de la controversia. ¿Deberían bajárselos?

No le corresponde al BCE tomar esas decisiones. No obstante, hay una parte reputacional de este tipo de decisiones que a los responsables de los bancos no se les debería escapar.

—Hace unos años, la presión era máxima para que se produjeran fusiones bancarias a nivel europeo. ¿Todavía creen que es necesario que se produzcan, incluso dentro de España?

—Creo que lo principal que tenemos que hacer como banco central es trabajar con la Comisión Europea para que se eliminen los obstáculos que puedan estar impidiendo procesos de consolidación. Se deben eliminar las restricciones que evitan que los bancos puedan crear sinergias, ser más competitivos y financiar mejor a familias y empresas. Nuestro trabajo es ayudar a eliminar esos obstáculos. El trabajo de los bancos es decidir cómo quieren organizar su negocio. Son ellos quienes deciden si quieren fusionarse o no.

—Las últimas previsiones macro de instituciones como la Comisión Europea son más optimistas de lo esperado. ¿Comparte este optimismo?

—Publicaremos nuestras propias proyecciones dentro de dos semanas, así que se lo diré entonces. Pero confío en que la inflación general bajará en 2023, aunque a corto plazo la subyacente va a ser alta. También espero un crecimiento económico algo mejor que el estancamiento del último trimestre de 2022. Pero, en cualquier caso, vamos a actualizar las proyecciones en dos semanas y será entonces cuando publiquemos los números.

—Sin embargo, sobre todo a consecuencia de la guerra, la situación geopolítica es muy complicada. ¿El riesgo de una recesión es real o ya ha desaparecido?

—Las previsiones del BCE no incluyen una recesión en 2023. Vemos un crecimiento positivo y una mayor actividad a lo largo de este año. Pero es verdad que hay una enorme incertidumbre. Hace poco más de un año nunca hubiéramos imaginado que tendríamos una guerra justo a las puertas de Europa. Lo que sucederá en los próximos meses es incierto.

—¿Temen que vuelvan a surgir los problemas con las primas de riesgo nacionales con la progresiva retirada de los estímulos?

—Lo estamos analizando con mucho cuidado. De momento, no estamos viendo movimientos bruscos o temores que lleven a aumentos indeseados en la prima de riesgo. Estamos muy atentos y creo que tenemos las herramientas necesarias para hacer frente a esos riesgos si se presentaran. Y si hace falta, las usaremos.

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