Desacuerdo en el toque de queda

Desde el inicio de la pandemia se ha generado un conflicto terminológico sobre el que, en su origen, quizá existió un cierto interés. No es lo mismo estado de alarma, que confinamiento, que toque de queda, que límites perimetrales, que horarios de cierre comercial. Ayer de nuevo se reanudó al asunto. Al informar algunas comunidades autónomas sobre los contactos del Ministerio de Sanidad para comprobar si había disposición a alterar de nuevo las medidas se usaron fórmulas diferentes. En principio el Gobierno defiende que sólo hablo de cierre comercial ya que para alterar el toque de queda sería necesario que el Congreso aprobase un nuevo decreto alterando las condiciones del vigente toque de queda. En Castilla y León, donde la ‘guerra’ del adelanto a las 20.00 horas aún no ha cicatrizado, el vicepresidente Igea se lanzó a través de las redes a anunciar que la Junta apoyaría ese horario que ya defendió en su momento. Pero parece que se precipitó, que el debate no era ese. Y erró más quien salió a pedir dimisiones entre los que en su día las reclamaron tras el varapalo judicial del Supremo al cerrazón de las ocho.