Cataluña entierra el ‘procés’ y da la vuelta a la «década perdida»

Cataluña va pasando página al ‘procés’. Se ha podido ver en esta campaña electoral. Los candidatos han orillado la cuestión secesionista, cuando hace cuatro años el tema era dilucidar si habría o no alcalde independentista en Barcelona.

Este giro lo certifican las encuestas. Según el CEO (el CIS catalán), las relaciones entre Cataluña y el resto de España constituyen a día de hoy el cuarto problema para los catalanes, por detrás de la insatisfacción por la política, el funcionamiento de la economía y el paro y la precariedad laboral. En 2017, en el momento álgido del ‘procés’, el tema identitario ocupaba la primera posición del podio, muy por encima de los demás problemas.

La agenda del Govern ha virado en consonancia con este cambio en las necesidades sociales y las políticas públicas están más orientadas a otras carpetas, que tienen que ver con la sequía, las energías renovables o los trenes de Cercanías. Por ejemplo, las leyes aprobadas este año en el Parlament son sobre medidas urgentes para afrontar la sequía, para reducir la temporalidad entre los funcionarios, para la creación de una nueva comarca, sobre el uso y aprendizaje de lenguas en la enseñanza, de reconocimiento del escultismo —la formación infantil y juvenil en valores y al aire libre—, los presupuestos y acerca de la vivienda y la okupación La política catalana ha estado centrada durante años en la confrontación con Madrid.

Cuando esta batalla ha acabado, han salido a la superficie todos los déficits que aquejan a la comunidad catalana. La resaca del desafío independentista aún es larga y de hecho, según una encuesta publicada recientemente por el ICIP, el ‘procés’ continúa siendo el tema que más polariza la sociedad catalana.

El Círculo de Economía, influyente ‘lobby’ empresarial catalán, ha calificado esta semana en una nota de opinión los años del ‘procés’ como la «década perdida». El mundo de los negocios ha hecho inventario de las consecuencias del desafío nacionalista. La evolución de la economía autonómica es preocupante, señalan los empresarios, que creen que la fuga de miles de compañías como consecuencia del ‘procés’ «ha agravado el problema». No existe aún un plan específico del Govern para tratar de que esas firmas regresen a su lugar de origen. Pero sí ha dicho que lo que no hará es dar incentivos para que vuelvan.

Ni los empresarios ni el Gobierno catalán se ponen de acuerdo en qué condiciones han de crearse para facilitar la vuelta a casa. El conflicto político sigue latente, pero la mayoría secesionista ha saltado esta legislatura por los aires y el Govern en solitario de ERC ha aprobado los Presupuestos con el PSC y los comunes. Pere Aragonès aún insiste en su propuesta de referéndum acordado con el Gobierno, Pero la gestión marca las carpetas y él mismo sitúa la prioridad en la lucha contra la sequía y la administración del día a día.

Según los empresarios, la mala evolución de la economía catalana ha ido en paralelo a un deterioro progresivo de algunos servicios sociales básicos durante estos últimos años. La atención primaria en la sanidad y el transporte público son los casos más flagrantes. «Hoy en Cataluña hay un nivel importante de malestar que amenaza a la cohesión social», según el Cercle.

Las cifras son elocuentes. En 2000, la renta per cápita en Cataluña era un 24% superior a la española y un 20% superior a la media de la UE. En 2021, estos porcentajes se habían reducido al 17% y al 1%, respectivamente. Más datos. En 2012, la tasa de fracaso escolar en Cataluña era medio punto mejor que la media nacional, mientras que en 2021 estaba un punto y medio peor, según el INE. En cuanto a la tasa de riesgo de pobreza, también según el INE en Cataluña era del 19% en 2011 frente al 26% del conjunto de España, en tanto que en 2020 el porcentaje alcanzó el 22% en Cataluña y un 26% en el resto del país.

El independentismo ha empezado a virar el rumbo y se ha puesto manos a la obra con las cuestiones domésticas cotidianas. El Govern, por ejemplo, ha admitido el concepto de «década perdida», pero solo en el ámbito las energías renovables. No es para menos. En los últimos diez años, Cataluña ha pasado de ser líder a situarse en la cola del ámbito español, según los empresarios. Recientemente, el Govern anunció un ambicioso proyecto para dotar de placas solares a todos los edificios de su titularidad (unos 1.200) para ante de 2030.

Lo mismo ocurre con la sequía. El problema ha estallado de golpe este año. Desde la anterior, en 2008, la Generalitat no realizó ninguna actuación estratégica. El Govern, además, ha situado la negociación del traspaso de la gestión de los trenes de Cercanías (Rodalies) como un asunto central.