Cuando Nicolás Redondo plantó cara en la MSP al todopoderoso Solchaga

Nicolás Redondo fue uno de los protagonistas del mayor acto de fuerza sindical vivido en la provincia de León en las últimas décadas, coincidiendo con el conflicto de la MSP. Fue el 2 de marzo de 1992, cuando los sindicatos de Laciana mantenían toda la presión sobre el Gobierno con un encierro de las cúpulas sindicales de la empresa en el pozo Calderón, a 300 metros de profundidad. Allí bajó Redondo junto a Antonio Gutiérrez, de CC OO, Manuel Zaguirre, de USO, y Emilio Navasqües, de la Confederación de Cuadros en representación de los vigilantes, que también tenían dos representantes en el encierro, para mostrar su apoyo y dar una serie advertencia al Ejecutivo de Felipe González y a aquel ministro de Industria de triste recuerdo, Claudio Aranzadi.

La explanada del pozo Calderón vivió aquella fría mañana del mes de marzo de hace tres décadas un emotivo acto para una comarca con gran tradición reivindicativa.

Sus máximos dirigentes apoyaron el conflicto que mantenía el valle con la dirección de la primera empresa minera privada de España. Nicolás Redondo alabó el sacrificio de los ocho sindicalistas en su intervención. Entonces llevaban 26 días encerrados. Y denunció la gestión de la MSP «que ha incumplido sistemáticamente todos los planes de viabilidad», añadió.

En una encendida intervención, a dos días de una reunión con Felipe González para hablar de la conflictividad laboral y de otros asuntos como el conflicto de la MSP, su mayor dardo fue contra Carlos Solchaga, entonces poderoso ministro de Economía: «A quienes dicen que la mejor política minera es la que no existe, yo les digo que es execrable lo que ellos dicen», aseguró el histórico dirigente ugetista ante un público entregado.

Más de 12.000 personas asistieron a aquel acto. Muchas fueron andando desde Villablino. Además de la visita sindical, la jornada de movilización dejó otro anuncio: la posibilidad de una marcha a Madrid, que al final se hizo realidad.