Diario de León

Díaz dirigirá la negociación de la reforma laboral pero Calviño tiene la última palabra

La vicepresidenta segunda sostiene que las diferencias son de «contenidos», no de «metodología», como dice el Gobierno

Yolanda Díaz en uso de la palabra ante Pedro Sánchez y Nadia Calviño. EMILIO NARANJO

Yolanda Díaz en uso de la palabra ante Pedro Sánchez y Nadia Calviño. EMILIO NARANJO

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La Moncloa ha buscado una solución de compromiso en la pugna entre las vicepresidentas primera y segunda por la negociación de la reforma laboral. Yolanda Díaz representará al Gobierno en la mesa de diálogo social, pero Nadia Calviño tendrá la última palabra sobre lo que se pacte.

Pero la crisis en la coalición gubernamental está lejos de cerrarse, como constataron este lunes los representantes del PSOE y Unidas Podemos en la reunión de la comisión de seguimiento del pacto que acabó sin acuerdo.

Aunque la ministra portavoz repitió hoy una y otra vez que «todo» el Gobierno «está alineado» en la negociación de la reforma laboral, sus palabras no encontraron eco en ningún ministro ni dirigente de Unidas Podemos. El comisario europeo de Economía se permitió el lunes una broma esclarecedora sobre el ambiente que se respira en el Ejecutivo. «Siendo italiano —dijo Paolo Gentiloni— entiendo» lo que significa «unánime» en una coalición.

Isabel Rodríguez explicó tras la reunión del Consejo de Ministros que la vicepresidenta segunda, como hasta ahora, dirigirá las negociaciones sobre la reforma laboral en la mesa de diálogo social, pero no estará sola. Irá acompañada de representantes de los ministerios afectados por las modificaciones en el mercado de trabajo. Lo que allí acuerden el Gobierno, los empresarios y los sindicatos se elevará a la mesa para el plan de recuperación, transformación y resiliencia en la que la vicepresidenta primera lleva la voz cantante.

marcaje a Díaz

La portavoz negó que la presencia de otros ministerios en la mesa de diálogo social suponga un marcaje a Díaz para controlar qué ofrece. Se trata, explicó la ministra, de «enriquecer» la negociación con la presencia de los departamentos afectados. Es «lógico», apuntó, porque la reforma es «estructural» y «no se entendería que una parte importante del Gobierno no participara».

El acuerdo al que se llegue, si se alcanza, con empresarios y sindicatos debe ser refrendado en la mesa para el plan de recuperación, en la que participan el Gobierno y los agentes sociales. Pedro Sánchez la preside, pero solo lo hizo en la reunión constitutiva en noviembre de 2020. Las demás han sido dirigidas por Calviño. Esta mesa da el visto bueno final al documento que se enviará a Bruselas, cuya aprobación es inexcusable para la recepción de los fondos europeos.

Modernizar, no derogar

Rodríguez eludió el concepto derogación de la reforma laboral, habló de «modernización de las relaciones laborales», y se empleó a fondo para negar que existan diferencias de fondo entre los socialistas y Unidas Podemos. Son, precisó, discrepancias «en la metodología» de la negociación que se han hecho patentes ahora, y no antes, porque se acerca el final del plazo (31 de diciembre) para presentar el proyecto a la Comisión Europea. Pero el Gobierno, insistió, es «uno». Unas palabras a las que Yolanda Díaz respondió desde Roma con una sonora negativa. «Este no es un debate metodológico», es sobre «los contenidos» de la reforma. A los ciudadanos, subrayó, «no les importa la metodología, les importa saber si vamos a acabar con la precariedad».

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