Errejón da portazo a Iglesias y no irán contra Ayuso juntos

La reunificación de la izquierda madrileña se convirtió este martes en una quimera tras el sonoro portazo de Más Madrid a Pablo Iglesias.

La dirección del partido, convocada de urgencia a primera hora de la mañana, rechazó la oferta lanzada el día anterior por el líder de la formación morada para concurrir junto a Podemos en una candidatura unitaria a las elecciones de la Comunidad del 4 de mayo.

Una negativa respaldada por su líder nacional y diputado de Más País, Iñigo Errejón, otrora mano derecha del actual vicepresidente del Gobierno, y defendida por su candidata en Madrid, Mónica García, que criticó lo que considera como un golpe de efecto: «Madrid no es una serie de Netflix que empezó el miércoles pasado».

Se trata del primer tropiezo de Iglesias después de anunciar el lunes su inesperada decisión de abandonar sus cargos en el Gobierno para disputar la presidencia de la Comunidad a la dirigente popular Isabel Díaz Ayuso, su salida se hará efectiva el 18 de abril, cuando empiece la campaña electoral. La negativa de Más Madrid la acogió, según afirmó, con «máximo respeto», aunque lamentó la «ilusión» que la reunificación de los antiguos aliados «había despertado».

Los viejos recelos entre ambas formaciones no tardaron en salir a flote pese a que Iglesias, en una entrevista el lunes por la noche en ‘El Intermedio’ había restado importancia a las «cicatrices abiertas». El objetivo común, mantuvo, era «vencer a la ultraderecha», que el futuro candidato de Podemos materializa en el posible acuerdo entre el Partido Popular y Vox.

Además de las desavenencias que Iglesias y Errejón arrastran desde 2017, cuando ambos colisionaron en Vistalegre 2 por sus dos visiones distintas del rumbo del partido, el principal punto de fricción es el nombre que encabezaría esa lista unitaria. El líder de Unidas Podemos aseguró el lunes en La Sexta que no le importaría ocupar el segundo lugar «siempre que se decida en unas primarias conjuntas», pero en Más Madrid temen que su presencia deje en un segundo plano a Mónica García.

Anestesista en el Hospital 12 de Octubre y destacada activista del movimiento ‘Marea Blanca’, la candidata de Más Madrid se ha fogueado desde 2012 en la defensa de la Sanidad Pública madrileña, postura que mantuvo también en la Asamblea Regional. Ahora considera que no merece dar un paso atrás en beneficio de Iglesias.

«Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos», aseguró en un vídeo en el que tildó los últimos movimientos políticos en la región de «frívolos». Palabras secundadas por el propio Errejón desde las redes sociales, que apeló a que «el feminismo nos ha enseñado a no ser protagonistas», en referencia directa al Iglesias.

Tres candidaturas

A falta de encuestas que muestren las consecuencias de la jugada del líder de Unidas Podemos, todo hace prever que la izquierda concurrirá el 4-M separada en tres partidos. En las autonómicas del 26 de mayo de 2019, el PSOE consiguió ser la fuerza más votada con 37 escaños (aunque no pudo sumar para gobernar), Más Madrid obtuvo 20 parlarmentarios mientras que Podemos quedó relegado a 7, tras una escisión en la que fueron la parte más perjudicada. Pero hay detalles no menores que han cambiado desde entonces, ya que en aquella ocasión los errejonistas contaban con el arrastre de Manuela Carmena, alcaldesa de la capital durante los cuatro años anteriores. A los morados, por su parte, las últimas encuestas internas y públicas apenas les otorgaban el 5% de los votos necesarios para obtener representación, pero el desembarco de su líder nacional cambiará las tornas.

Mientras tanto, el Partido Popular impugnó este martes ante la Junta Electoral la candidatura de Iglesias porque, según entienden, habría violado el principio de «neutralidad, imparcialidad e igualdad» al anunciar su candidatura en un vídeo grabado desde su despacho ministerial. La portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, cargó contra el futuro candidato de Podemos. No solo le exigió la dimisión inmediata de su puesto en el Gobierno, sino que además le llamó «vago redomado».