Diario de León

Vídeo | La lava entra en La Laguna que queda a merced del volcán

El cinturón de fuego que más inquieta es el que se desplaza hacia el mar en Tazacorte

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Ayer se evidenció de nuevo que las coladas volcánicas son caprichosas y discurren por donde se les antoja. Las del Cumbre Vieja no son una excepción. Había esperanza en que el material volcánico, al topar con algún accidente del terreno, acabara tomando otra trayectoria y dejara en paz el barrio de La Laguna, en Los Llanos de Aridane. Pero todo fue una ilusión. Dos coladas desgajadas de otra que se hallaba al norte del volcán se adentraron en el casco urbano de La Laguna, del que habían sido evacuadas unas 1.500 personas. Una de las lenguas arrasó una gasolinera, cuyos depósitos de combustible habían sido vaciados para prevenir mayores desgracias.

Otra colada que días atrás atravesó el campo de fútbol enfilaba el camino del colegio. De no encontrar obstáculos, podría alcanzar la plaza de la iglesia y el casco viejo. La incursión de la lava no pilló de sorpresa a nadie, pues el barrio había sido desalojado la semana pasada.

Con todo, el cinturón de fuego que más inquieta en estos momentos es el que se desplaza hacia el mar, del que dista un centenar de metros y que obligaría a ordenar el confinamiento de los habitantes de Tazacorte.

Por la tarde, su avance era muy lento. Tan pronto como la lava se desplome contra el agua y emita una nube de vapor de agua, ácido clorhídrico y otros gases tóxicos se volverá a dictar la reclusión de los vecinos de San Borondón, La Condesa, Marina Alta y Marina Baja. Los vecinos de Tazacorte escrutaban con paciencia el acantilado, provistos algunos de ellos de primáticos. El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, se mostró esperanzado en que la lava se dirigiera hacia una vaguada que se encuentra al sur de la montaña de La Laguna y allí se remansara. Si el frente proseguía su devastación hacia el norte, pintaría un escenario «poco deseable», por cuanto aumentaría el balance de edificios y cultivos devastados.

  La Virgen del Pino, en rogativa con el volcán al fondo. MIGUEL CALERO               

Un terremoto tras otro

Entretanto, los seísmos, indicadores de que la erupción está lejos de aparecer, se siguen sucediendo. La isla fue sacudida por un terremoto de magnitud 4,8, el mayor desde que comenzó la erupción del volcán de Cumbre Vieja, según informó el Instituto Geográfico Nacional. El temblor se produjo avanzada la noche del martes en Villa de Mazo y a 39 kilómetros de profundidad. Esta vez sí fue apreciado con nitidez por los vecinos, que notaron cómo el terremoto hacía temblar el mobiliario.

Los científicos observaban ayer con especial atención la reactivación de una boca eruptiva que abrió se el pasado viernes. Situada en el este, hasta el momento solo emitía gases y cenizas, pero ayer empezó a expulsar también piroclastos. El presidente del Gobierno canario, Angel Víctor Torres, confesaba ayer su impotencia para detener el progreso de las rocas incandescentes. «No podemos pelear para evitar que la lava llegue a donde finalmente va a llegar. Estamos a merced del volcán. Pero haremos lo humanamente posible y casi lo imposible para paliar su dolor», se lamentó.

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