Diario de León

Marruecos bloquea las aduanas en Ceuta y Melilla pese al giro de Sánchez en el Sáhara

El encuentro de Marlaska y su homólogo se salda en blanco y sin una contrapartida que reportaría 100 millones en aranceles

Pedro Sánchez en un acto de Infraestructuras de Recarga del Vehículo Eléctrico Feria Genera 2022. JAVIER LIZÓN

Pedro Sánchez en un acto de Infraestructuras de Recarga del Vehículo Eléctrico Feria Genera 2022. JAVIER LIZÓN

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Buenas palabras, pero ningún compromiso. La reunión entre Fernando Grande-Marlaska y su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, en la sede el Ministerio del Interior en Madrid acabó ayer como empezó: con la negativa de Rabat a poner fecha a su promesa de reabrir la aduana comercial de Melilla cerrada en 2018 y de crear la de Ceuta. A pesar de que España esperaba poder abordar este asunto que considera prioritario para la economía de las dos ciudades y para acabar con el conocido como «comercio atípico» —eufemismo para definir todo un sistema basado en el contrabando tolerado—, la delegación marroquí volvió a dar largas. Sin más explicaciones.

No hubo ni siquiera comparecencia conjunta tras el encuentro entre Marlaska y Laftit para evitar la incómoda pregunta de por qué Rabat no responde a las insistentes peticiones del Gobierno español para empezar los trabajos de activación de la aduana. Se trata de un compromiso adquirido por los dos países en la hoja de ruta conjunta suscrita el pasado 7 de abril tras el viaje de Pedro Sánchez a Marruecos y su encuentro con Mohamed VI, con el que se firmó la paz después de la crisis bilateral por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado de covid. Una crisis que acabó con el volantazo diplomático de Sánchez el 18 de marzo al respaldar el plan de Marruecos para el Sáhara Occidental, que reconoce ‘de facto’ la soberanía de Rabat sobre la excolonia española y ha terminado por precipitar otro cisma, esta vez con Argelia.

Moncloa esperaba que ese gesto con el Sáhara fuera recompensado con la puesta en marcha de las aduanas. Los cálculos del Gobierno apuntan a que la apertura de estos pasos podría redundar, entre otras cosas, en una recaudación de cerca de 100 millones de euros en aranceles. En 2017, último año totalmente operativa, la aduana de Melilla facturó en torno a los 40.

Sin embargo, para Marruecos —explican fuentes de la delegación española— el visto bueno a esta medida representaría tanto como reconocer la soberanía española sobre las dos ciudades. Así que, una vez más, la cuestión fue aparcada a la espera de que la Casa Real alauí decida dar un empujón al asunto.

Ni siquiera la excelente relación personal entre Marlaska y Laftit, que se han visto ya cara a cara en diez ocasiones y que no interrumpieron sus contactos ni en los peores momentos de la crisis diplomática, hizo Rabat regalara ayer un gesto.

El grupo de trabajo hispano-marroquí sobre las aduanas que se reunió a principios de junio ya constató que la tarea iba a ser ardua por la escasa prisa que manifiesta al respecto el país magrebí, pero esperaban que la reactivación de la Operación Paso del Estrecho (OPE) este mismo miércoles pudiera servir de acicate en el tema aduanero. Y es que la vuelta de la OPE tras dos años de parón —apuntan fuentes españolas— beneficia en realidad en mayor medida a la parte marroquí y a sus ciudadanos, ya que para España, más allá de las ventajas para las navieras, supone un fuerte gasto en despliegue de seguridad. Para certificarlo, Interior anunció ayer que en esta 33ª edición de la operación movilizará a cerca de 16.000 agentes de las fuerzas de Seguridad del Estado.

La impresión de la delegación española, según explicaron fuentes cercanas al encuentro, es que Rabat, al menos por el momento, se encuentra cómodo con la reapertura el pasado 17 de mayo de los pasos fronterizos con las dos ciudades exclusivamente para pasajeros tras dos años de clausura, primero por la covid y luego por la crisis diplomática. Además, el BOE publicó ayer la prórroga hasta el 15 de julio de la necesidad de visado para acceder a Ceuta y Melilla, lo que todavía disminuye más el transito en las fronteras.

El Gobierno, sin embargo, no quiso reprochar a Marruecos la falta de avances y la lentitud en las negociaciones. Así, y a falta de preguntas, los dos países protagonzaron una declaración conjunta de carácter meramente protocolario, en la que aunque hicieron mención a la «hoja de ruta» fimada por Mohamed VI y Sánchez que prometió la apertura de aduanas, se obvió por completo el tema. En ese documento sin ningún compromiso tangible se limitaron a destacar «la ejemplar cooperación hispano-marroquí en los ámbitos migratorio y de la seguridad, especialmente en la lucha contra el terrorismo y la criminalidad transnacional».

La reunión entre los dos ministros constituye el primer encuentro de alto nivel entre ambos países después de que el Gobierno español desvelara que los móviles de Pedro Sánchez, Margarita Robles y el propio Grande-Marlaska fueron espiados con Pegasus entre mayo y junio de 2021. Un lapso que concidió con los momentos más críticos del conflicto diplomático entre Madrid y Rabat, con la avalancha de cerca de 10.000 inmigrantes, muchos de ellos marroquíes, a Ceuta.

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