Diario de León

Un mes después siguen desaparecidos los trabajadores del vertedero de Zaldibar

Limitan durante un año los residuos que pueden ir a estos almacenes en el País Vasco

Dos operarios durante la búsqueda de los trabajadores desaparecidos hace un mes.

Dos operarios durante la búsqueda de los trabajadores desaparecidos hace un mes.

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Hoy se cumple un mes desde el derrumbe del vertedero de Zaldibar, el 6 de febrero, que costó la vida a dos operarios cuyos cuerpos no se han rescatado y abrió una crisis medioambiental y política en Euskadi, en precampaña electoral.

El derrumbe se produjo el jueves día 6 en un vertedero de Zaldibar, un pequeña localidad rural vizcaína, muy cercana a dos pueblos grandes como Ermua y Eibar. La escombrera recibía cada año medio millón de toneladas de residuos no urbanos, es decir, materiales de construcción, restos siderúrgicos, lodos de papeleras.

Se desconoce qué provocó el derrumbe, pero desde el primer día se supo que había dos trabajadores sepultados, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. Los primeros intentos de rescate fueron el mismo jueves, por bomberos y ertzainas, de manera manual, con palas. Hasta la fecha no han aparecido.

Falta de espacio

El Gobierno Vasco ha limitado durante un año el tipo de residuos que se puede depositar en los vertederos de Euskadi dado el problema de falta de espacio generado tras el colapso de la escombrera de Zaldibar (Vizcaya) el pasado 6 de febrero.

El consejero de Medio Ambiente y Planificación Territorial, Iñaki Arriola, ha firmado una orden en la que señala por ejemplo que se requerirá de la aprobación expresa de su Departamento para admitir en vertederos vascos los residuos procedentes de otras comunidades autónomas.

El Gobierno calcula en 250.000 toneladas anuales el déficit de capacidad de los vertederos de Euskadi tras el colapso de Zaldibar y el cierre del de Mutiloa (Guipúzcoa).

Esta cifra la obtuvo tras la reunión mantenida a mediados del pasado mes de febrero con los vertederos de la comunidad autónoma para analizar la situación generada tras el cierre de Zaldibar y Mutiloa, ya que entre ambos, recibían 850.000 toneladas de residuos, más de un tercio del total.

El Gobierno estimó que la capacidad adicional disponible en el resto de vertederos era de 440.000 toneladas anuales, por lo que se generaba un déficit de 410.000 toneladas que, finalmente, se calculó en 250.000 tras analizar las posibilidades de reciclaje de algunos residuos industriales.

Por ello, la orden impone a los dueños de los vertederos de residuos no peligrosos de Euskadi y a los productores de determinados residuos una serie de limitaciones.

Además se requiere a todos las plantas de reciclaje del País Vasco que tomen medidas para «alcanzar el máximo de su capacidad autorizada y para admitir con carácter preferente» los residuos del País Vasco.

El objetivo es minimizar el vertido de residuos industriales como escorias de acería, residuos de construcción y demolición, lodos de depuradoras de aguas residuales urbanas, lodos y la fracción ligera de la fragmentación de vehículos.

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