Diario de León

Podemos presiona a Yolanda Díaz, que hace frente con Sánchez para frenar un adelanto

Presidente y vicepresidenta rechazan los planteamientos de Iglesias y Redondo a favor de unas generales en 2022

Yolanda Díaz conversa con Pedro Sánchez ayer, en el Congreso de los Diputados. MARISCAL

Yolanda Díaz conversa con Pedro Sánchez ayer, en el Congreso de los Diputados. MARISCAL

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Si algo le preocupa a Pedro Sánchez es transmitir, tras años de enorme convulsión política e incertidumbre económica, que será capaz de ofrecer cierta estabilidad a España. Y si algo intenta demostrar su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, es que su forma de estar en política tiene poco que ver con el tacticismo que condicionaba cada paso de su predecesor en el cargo.

Los marcos conceptuales que uno y otra se afanan en construir se vieron, sin embargo, sacudidos ayer por un fantasma, el del adelanto electoral agitado por fuego supuestamente amigo. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la propia ministra de Trabajo se vieron obligadas a salir al paso de las insinuaciones coincidentes del que fuera director de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, y del exvicepresidente y exsecretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, sobre la convocatoria de unas generales en 2022. Los dos exaltos cargos del Ejecutivo, reconvertidos en analistas políticos, defendieron en sendas colaboraciones periodísticas que el presidente tiene mucho que ganar si opta por anticipar los comicios.

Ambos coincidieron en que, si espera a finales de 2023, el líder del PSOE se arriesga a llegar a la cita con las urnas desgastado por las derrotas electorales que pueda sufrir su formación en las autonómicas y municipales de mayo de ese mismo año o incluso, previamente, en las andaluzas que el popular Juanma Moreno podría convocar ya para la próxima primavera. También apuntaron que las elecciones sorpresa permitirían a Sánchez evitar la consolidación del liderazgo de Yolanda Díaz al frente de un proyecto aún en fase de construcción pero con visos de poder pescar en caladeros socialistas.

«Yolanda Díaz puede ser presidenta», llegó a titular Redondo su último artículo en ‘La Vanguardia’.

El mensaje que hasta ahora se ha dejado traslucir desde la Moncloa es justamente el contrario del dibujado por el tándem de politólogos. El propio jefe del Ejecutivo volvió a insinuar hace unos días, en un acto de partido, que se plantea muy alargar la legislatura hasta enero de 2024, en el límite de lo legalmente posible, para asentar la recuperación económica.

Rodríguez insistió en esa idea. Defendió, tras la reunión del Consejo de Ministros, la «solvencia absoluta» del Gobierno y aseguró que el escenario es de «tranquilidad absoluta». También Díaz, más directamente interpelada por los análisis de Iglesias se esforzó por espantar el debate. «Vamos a hacer tres cosas: gobernar, gobernar y gobernar», advirtió desde la misma mesa en la que expuso su Plan Estratégico de Inspección de Trabajo.

El exsecretario general de Unidas Podemos conminó el lunes a la ministra a que acelerara la definición de su proyecto y a cerrar el papel que tendrán en él Unidas Podemos e IU. Ella ni siquiera admite que se haya puesto manos a la obra en la construcción de una candidatura, pese al acto que el pasado domingo protagonizó con Ada Colau, Mónica Oltra, Mónica García y Fátima Hamed Hossain.

En el entorno de la vicepresidenta segunda no ocultaron ayer, además, su incomodidad. «No hace falta que la quieran tanto», ironizaron. «Tranquilidad, que no va a haber elecciones».

El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, conminó, sin embargo, a prestar atención a las palabras de su exjefe de filas y adujo que convendría no desdeñar su capacidad «predictiva» porque es un analista «brillante», si bien se mostró partidario de respetar los tiempos y las decisiones que tome la ministra de Trabajo en la configuración de un frente amplio de izquierdas.

Fuentes socialistas también censuraron la «frivolidad» mostrada por Redondo al que acusan de reducir la política a «un juego».

«Ya se equivocó con las de 2019» , recordaron además en alusión a la decisión, que siempre le achacaron, de ir a una repetición de las últimas generales bajo la premisa errónea de que el PSOE se comería a Ciudadanos y podría gobernar sin depender de Unidas Podemos ni los independentistas.

Las «elucubraciones», como las llamó Díaz, de Redondo e Iglesias tienen además otro inconveniente. Llegan justo cuando las dos alas del Gobierno daban por zanjada la crisis abierta hace unas semanas en torno a la negociación de la reforma laboral. Una crisis que ambas partes achacaron, en privado, precisamente, a su competencia electoral.

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