Presentan 228.000 firmas para que reconozcan como víctimas de ETA a los huérfanos

José Miguel Cedillo, hijo de un policía asesinado por ETA el 14 de septiembre de 1982, acudió ayer a las puertas del Ministerio del Interior con las 228.000 firmas recogidas para exigir que se conceda el estatus de víctima de terrorismo a los huérfanos que «aún a día de hoy sufren secuelas».

En la que, según él, fue la «séptima» y «última vez» que acude a las puertas del Ministerio, Cedillo expresó a los periodistas que se siente «huérfano de padre y de Estado» debido a la «falta de protección» en la que se encuentra.

Minutos antes de ser atendido por personal del Ministerio del Interior, Cedillo recordó ante los medios que también está ahí por los demás huérfanos que «no pueden hacer su vida con normalidad», y reiteró el deseo de que las instituciones «hagan su trabajo» y «se pongan en contacto» con él.

Sobre el acercamiento de presos de ETA que hay en marcha en la actualidad, el hijo del policía asesinado sostuvo que le «duele», pero defendió que «detrás de esas personas hay familias» y él «no es nadie para juzgar esos acercamientos».

José Miguel Cedillo tenía cuatro años cuando su padre, Antonio Cedillo Toscano, un policía, fue asesinado en el alto de Perurena de Errenteria, lugar al que volvió en 2018, 36 años después de haberlo pisado por última vez, para rendirle homenaje a su progenitor.