Rifirrafe por el estado de alarma que antes nadie quería y ahora reclaman al Gobierno

Pablo Casado urgió ayer a Pedro Sánchez a convocar ya una Conferencia de Presidentes para que explique qué va pasar a partir del 9 de mayo cuando decaiga el estado de alarma y no haya «marco legal» para imponer toques de queda o cierres perimetrales en plena cuarta ola.

«No es mucho pedir», aseveró el líder del PP en un acto en Granada junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, con el que mantiene diferencias por los congresos provinciales del partido.

Casado lanzó la petición, que ya había hecho el miércoles el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, porque considera necesario que el jefe del Ejecutivo «asuma su responsabilidad» en la lucha contra la pandemia que, a su juicio, no ha asumido dejando «abandonadas, de nuevo a las comunidades», y «yéndose a Angola sin dar ninguna explicación».

A Pedro Sánchez le costó más de un varapalo político aprobar las prórrogas del estado de alarma en el Congreso de los Diputados, en donde lo logró por la mínima de votos. Ahora, en cambio, que el estado de alarma va a desaparecer el 9 de mayo, se lo exigen partidos políticos que en su día se opusieron a las prórrogas, entre ellos el PP, y también algunas comunidades autónomas.

El final de la excepcionalidad constitucional ha disparado los temores y recelos entre las autonomías al quedarse desprovistas de la principal arma política que tienen para luchar contra la pandemia. Los territorios del PP reclaman sin éxito desde hace meses un ‘plan B’ jurídico que permita a los gobiernos regionales tener plena competencia para limitar la movilidad, alternativa que también recomienda el Consejo de Estado. Pero el Gobierno considera que no hacen falta esas reformas y se mantiene en que el Consejo Interterritorial de Salud y la vía judicial solucionarán el papel de las comunidades. «Jamás el máximo órgano consultivo del Estado —lamentó Casado— había recibido tal desprecio».