Diario de León

Sánchez avisa, tras recibir el no de PP y Cs, que no tiene plan B si fracasa el pacto

El líder del PSOE deja claro a Pablo Casado e Inés Arrimadas que no romperá con Podemos y se vuelca en ERC

Pedro Sánchez estrecha la mano de Pablo Casado en su encuentro de ayer.

Pedro Sánchez estrecha la mano de Pablo Casado en su encuentro de ayer.

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El trámite se cumplió sin sorpresas. Pedro Sánchez se reunió hoy con Pablo Casado durante aproximadamente cuarenta minutos y con Inés Arrimadas cerca de una hora para constatar lo que ya todos sabían. El líder del PSOE no contempla en ningún caso romper su acuerdo para un Gobierno de coalición con Unidas Podemos; el presidente del PP no maneja en ningún caso una abstención que facilite la investidura y la portavoz de Ciudadanos no dará en ningún caso su ‘sí’ a un Ejecutivo del que forme parte Pablo Iglesias. Todo sigue, pues, igual que antes de ayer, con la formación de Gobierno pendiente del acuerdo que puedan alcanzar los socialistas con los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya.

En realidad, nadie esperaba que los encuentros concertados por Sánchez con el líder de la oposición y la dirigente llamada a suceder a Albert Rivera pudieran acabar de otra manera. El presidente del Gobierno en funciones cumplió en ambas citas con la formalidad de pedir la abstención, en un caso, y el apoyo, en el otro, al programa de Gobierno que eventualmente planteará ante el pleno del Congreso de los Diputados, pero de facto eligió otros compañeros de camino el día siguiente a las elecciones del 10 de noviembre.

Con UP firmó un acuerdo el 12, y el 13 ya comenzaron los contactos informales con la formación de Oriol Junqueras. Aun así, las reuniones le sirvieron para ratificarse y justificar su actuación.

«Con un PP y un Cs que de manera reiterada dicen que van a votar ‘no’ en la investidura, que no van a desbloquear, lo que hacemos es cumplir con nuestra obligación y buscar los apoyos a esta investidura con nuestro socio preferente, que siempre ha sido Unidas Podemos», dijo Lastra por un lado. «Si Arrimadas no quiere que ERC sea determinante, que vote a favor. Y si el PP no quiere que ERC sea determinante -continuó-, lo que tiene que hacer es abstenerse. Es así de sencillo. No hay juegos de trileros».

Lastra confía en el sí

La vicesecretaria general del PSOE, a la que Sánchez ha confiado las negociaciones tanto con los independentistas como con el resto de partidos pequeños en cuyo ‘sí’ confía —el PNV, PRC, Más País, Compromís, BNG, Coalición Canaria, Nueva Canarias y Teruel Existe—, despejó a córner, sin embargo, ante la pregunta de si los socialistas aparcarían la negociación de una mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat en caso de que el PP aceptara estudiar una abstención. Primero replicó que Casado ya ha descartado esa posibilidad «de manera rotunda» y a continuación matizó que su partido «siempre va a defender el diálogo para resolver conflictos» y que «la responsabilidad de cualquier político es sentarse a hablar con el que no piensa como tú».

Fuera de foco

Lastra no pudo ser más clara, en cambio, al admitir que su formación no contempla una alternativa al esquema que ha puesto en marcha. «El ‘plan B’ -dijo- es conseguir que la investidura salga cuanto antes». Las conversaciones con Esquerra han quedado esta semana fuera de foco porque los republicanos quieren esperar a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad como europarlamentario de Junqueras (que de rebote puede afectar a Carles Puigdemont), el día 19, y a su congreso, el sábado. Pero eso no significa que el PSOE no siga trabajando en el acuerdo, aunque de momento guarde su contenido bajo siete llaves. La portavoz socialista insistió en que la discreción es necesaria para que el pacto pueda llegar a buen puerto y una vez más reiteró que, cuando esté cerrado, se podrá comprobar que está «sujeto a la seguridad jurídica -ese término ambiguo ya empleado en la declaración de Pedralbes de 2018-, a las normas, a la ley y a la Constitución». Al contrario que Sánchez el viernes, ella sí hizo una alusión expresa a la Carta Magna y acompañó de un «¡Es que somos el PSOE!» su aserción para tranquilizar a quienes, incluso desde sus propias filas, se muestran recelosos. Mientras, Sánchez y su lugarteniente llenarán esta semana con otro tipo de reuniones. El presidente en funciones iniciará mañana con Iñigo Urkullu y Quim Torra la ronda de llamadas con los presidentes autonómicos - ideada para disimular la decisión de dar satisfacción a la demanda de los republicanos de levantar el veto al presidente de Generalitat- y Lastra se reunirá con los portavoces de todos los grupos de la Cámara, lo que incluye a la CUP y, por primer vez, a EH-Bildu, pero no a Vox porque lo ha rechazado.

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