Diario de León

Sánchez saca sus segundas cuentas pero sus socios le avisan de que romperán su apoyo

ERC deja caer que puede retirar su respaldo antes del fin de la legislatura y Bildu exige una reforma laboral más profunda

Pedro Sánchez conversa con Yolanda Díaz durante la segunda jornada de debates de las enmiendas a la totalidad del Presupuesto. MARISCAL

Pedro Sánchez conversa con Yolanda Díaz durante la segunda jornada de debates de las enmiendas a la totalidad del Presupuesto. MARISCAL

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El Gobierno ve cada día más cerca su objetivo de aprobar con una amplia mayoría, como en 2020, los Presupuestos Generales del Estado para 2022. El pleno del Congreso rechazó ayer por una amplia mayoría las siete enmiendas de devolución que habían presentado el PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, Foro Asturias y Coalición Canaria.

Para este primer trámite, el Ejecutivo contó con el apoyo de ERC, PNV, EH Bildu, Más País, Compromís, BNG, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe. Ahora se abrirá la negociación de cientos de enmiendas parciales para amarrar antes de fin de año el apoyo de los aliados habituales, fundamentalmente ERC, PNV y EH-Bildu, que ya han advertido al Ejecutivo de que no se lo pondrán fácil.

Los socialistas siempre se han mostrado optimistas sobre las posibilidades de sacar adelante unas cuentas que, como las del año anterior, tienen un fuerte caracter expansivo gracias a los fondos europeos ( 27.633 millones de euros), contemplan una inversión récord de 40.000 millones de euros y, en pleno inicio de recuperación tras la pandemia, dedican seis de cada diez euros al gasto social. Saben que las de 2023, año electoral, serán harina de otro costal y que quizá entonces sea más difícil alcanzar acuerdos, pero es precisamente esa evidente confianza en obtener luz verde al texto en tramitación lo que exaspera a sus aliados.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró humilde y aseguró a los portavoces de los tres partidos en los que la coalición PSOE-Unidas Podemos ha hecho descansar la gobernabilidad que no es necesario que le recuerden constantemente que no dispone de un «cheque en blanco».

«De verdad que lo tenemos muy claro —prometió—. Este Gobierno suda la camiseta cada vez que salta al campo de juego». Sus interlocutores, aun así, recelan. Y tanto Esquerra como Bildu advirtieron de que llegará un momento en el que el temor a una llegada de Vox al poder no será suficiente para tenerlos a su lado.

Los dos partidos secesionistas ayudaron con sus discursos a combatir la idea de que el Gobierno está dispuesto a vender España y a «blanquear» a ETA con tal de seguir en el poder, como recrimina la oposición. Ambos circunscribieron sus demandas a asuntos de calado social o económico. Pero avisaron de que eso no hará más leve la negociación.

Esquerra, marcado de cerca por Junts per Catalunya, fue especialmente expresivo. Su portavoz, Gabriel Rufián, llegó a advertir de que Sánchez se equivocará si da por sentado que su partido no le retirará el apoyo antes de que acabe una legislatura que el presidente del Gobierno pretende agotar e incluso alargar hasta el límite de lo posible, a enero de 2024.

«La soberbia en política y en la vida es mala consejera», dijo. «Sabemos que tras el congreso nacional de Valencia viven un momento álgido, altivo, alfa. Olvidan que aún dependen de los mismos para las mismas cosas», amenazó.

El líder de los republicanos en la Cámara baja desdeñó las críticas de sus socios de gobierno en la Generalitat, que el día anterior le habían recriminado un apoyo a los Presupuestos «a cambio de nada». «Son sólo la promesa de centenares de miles de euros pero tenemos la responsabilidad de ejercer toda nuestra fuerza para no desaprovechar una sola oportunidad de mejorar la vida de la gente y quien cree que eso significa ‘a cambio de nada’ hace mucho tiempo que se sienta en un escaño, usa coche oficial y vive en Twitter».

«Empiezan a tener a mucha gente demasiado cabreada y no sé si les queda gasolina en los motores para tanto viaje», dijo.

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