Diario de León

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La dama del urogallo

ELENA SORIANO (1917-1996), CUYO CENTENARIO SE CUMPLE ESTE FEBRERO, VIO INTERRUMPIDA SU CARRERA COMO NOVELISTA POR LA CENSURA Y SÓLO CONOCIÓ EL ÉXITO TARDÍO Y CRUEL CON TESTIMONIO MATERNO (1985), RELATO ESCALOFRIANTE DEL LENTO E IMPLACABLE SUICIDIO DE SU HIJO JUANJO CON LAS DROGAS. divergente

Elena Soriano (Fuentidueña de Tajo, 1917–Madrid, 1996)

Elena Soriano (Fuentidueña de Tajo, 1917–Madrid, 1996)

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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L a llegada de la democracia contribuyó al rescate de la figura intelectual de Elena Soriano, cuya hija estaba casada con Miguel Boyer. Ya antes, desde 1969 hasta 1976, había puesto en marcha la revista literaria El urogallo, expresando su ambición de contribuir a mejorar la vida estancada de los españoles con la circulación libre del pensamiento. En su despedida, después de 36 números, Elena Soriano advertía que no dieran por muerto al urogallo, simplemente retraído al fondo del bosque esperando tiempos mejores para reaparecer. La espera se prolongó diez años, hasta mayo de 1986, cuando el nuevo Urogallo promovido por el escritor José Antonio Gabriel y Galán volvió a cantar. Pero aquel no fue el único ni el último paréntesis en la vida literaria de Elena Soriano. Después de estudiar magisterio en Madrid, la guerra civil interrumpió sus estudios de Filosofía y Letras recién emprendidos. Se casó en Valencia con el maestro represaliado Juan José Arnedo (1918-2015) y padeció el rechazo en las oposiciones a Bibliotecas, donde obtuvo la nota más alta pero acabó doblegada por el estigma de la ideología familiar. Los cuarenta fueron década carcelaria, durante la cual Arnedo pasó seis años preso en Valladolid por motivos políticos, definitivamente alejado de su trabajo como maestro. El laboreo de la supervivencia lo condujo a la prosperidad, primero como editor económico asociado a concursos y subastas, para concluir de promotor inmobiliario.

ANA Y LOS LOBOS

La primera novela que publica Elena Soriano (Caza menor , 1951) es un melodrama cainita y bravío, que nos muestra a la advenediza Ana casada con el mayor de tres hermanos, mientras padece y alienta el cortejo de los cuñados en una casona situada en escenario serrano. Una noche la mujer se asusta de los oscuros lazos que la van anudando y huye a casa de sus padres. Un vuelco del carruaje en el camino acaba con su vida. A raíz de su ausencia, la heredad de deshace entre la avaricia, la indiferencia y la tenaz cerrazón de los hermanos abandonados. Entonces estalla la guerra y acaba con todo, incluida la casona destruida por un bombardeo. Veinte años después, la película Ana y los lobos (1972), de Carlos Saura, plagió capítulos completos de la novela, según peritaje de la Sociedad General de Autores. En 1976, Caza menor inspiró una serie televisiva de veinte capítulos.

MUJER Y HOMBRE

Superado su estreno de realismo naturalista, en 1955 Elena Soriano ensaya un tipo de novela más ambicioso y muy distinto al que practican sus compañeras generacionales. De repente, se propone indagar en una trilogía narrativa las relaciones de pareja con una exigencia literaria y confidencial insólitas para la época. Son tres novelas independientes que ofrecen calas sucesivas en la experiencia de la mujer, concebida sin minusvalías ni veladuras. El resultado fue el previsible y aquellas novelas de mediados de los cincuenta resultaron prohibidas, permaneciendo secuestradas durante treinta años, hasta la reedición de 1986. No es fácil encontrar un veto similar en la literatura española de cualquier tiempo, que en este caso explica la preeminencia de la censura eclesiástica. De hecho, Elena Soriano permaneció en silencio narrativo hasta el tardío rescate de sus cuentos, reunidos en el volumen La vida pequeña en 1989. La playa de los locos (1955) despliega la rebeldía de la novelista frente a la educación femenina represiva, especialmente con el mito de la virginidad. Entonces, verano de 1936, la guerra puso fin a su aventura, cuando unos compañeros se acercan a la playa de Suances en busca de su pareja. Ella aguarda impaciente su regreso, hasta que la ferocidad de la guerra la impulsa a refugiarse con unos tíos en Francia. Su vida queda detenida en aquel verano y cuando regresa lustros después a España, vuelve a la misma playa para escribir una larga carta doliente a quien posiblemente ya esté muerto. Novela epistolar, en su desarrollo articula confidencias e introspecciones, que evocan con nostalgia la pasión juvenil desde una distancia de veinte años.

La playa de los locos vio prohibida su distribución una vez impresa, cortando el vuelo a las otras dos novelas de la trilogía: Espejismos (1955) y Medea (1955), retenidas en los almacenes de la distribuidora. Espejismos disecciona la rutina conyugal con sus reticencias e insatisfacciones. Adela, a punto de ser operada, confiesa que su fidelidad se ha debido al pudor de mostrar un cuerpo decaído a otro hombre, mientras su marido se relaja en una aventura con una joven. Medea actualiza el mito en una pareja de exiliados en América, donde son recogidos por un mecenas de gustos sexuales ambiguos. Pasiones desatadas y venganzas coléricas ilustran el drama desbocado de Miguel y Daniela, un Jasón y una Medea con ambición sin escrúpulos, que ponen cara a la ruina de un amor sofocado por el egoísmo.

TESTIMONIO MATERNO

Durante quince años, la novelista silenciosa anota en un diario reflexiones y alegatos para acompañar el camino hacia la muerte de su hijo pequeño, caído en las fauces de la droga. Testimonio materno (1985) es un éxito desde que ve la luz. La autora dona sus derechos a Cruz Roja para ayudar a otras víctimas. Ya en los noventa, ven la luz tres volúmenes de ensayos (Literatura y vida ) y otro libro de relatos: Tres sueños y otros cuentos (1996). Póstumo aparece su ensayo El donjuanismo femenino (2000), prologado por su hija Elena Arnedo.

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