Diario de León

Polisémico homenaje

el teatro de la luz Juan Vico Premio de Novela Corta Fundación Monteleón, 2013. Gadir, Madrid, 2013. 164 páginas.

Publicado por
nicolás miñambres
León

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E l teatro de la luz, título de la obra, presenta un curioso paralelismo con ‘La ciudad de la luz’, París, donde el protagonista se sitúa al final de la obra y donde escribe su carta testimonio. Hay en efecto en estas páginas una trama precisa y una visión de la Barcelona de los años ente poblada de tipos bohemios y atrabiliarios con los que Mauricio el protagonista se relaciona. En ese mundo sórdido, el cine será para Mauricio una salvación, «el teatro de la luz». El conocimiento de Emilio Ciret, negativo de la miseria humana en la que Mauricio se mueve, será su salvación, su nueva luz. Pero la tragedia humana impide el milagro estético del cine. De ahí la soledad de Mauricio, y su búsqueda de la luz en París, su propia recreación literaria. A pesar de una trama convencional en teoría, El teatro de la luz exige una lectura atenta, que permita desentrañar las múltiples connotaciones humanas y estéticas. Para Mauricio el cine es la salvación y Emilio Ciret el personaje que lo encarna. Pero la zafiedad no perdona y todo los reducirá a la nada, al pesimismo, a la soledad. De ahí que Mauricio tenga que conformarse con ser un «escribano», como los de Las Ramblas, que desde París escribe una carta desolada a su amigo Ciret. Él disfrutó de esa bella ciudad que es ahora el nexo afectivo y estético que une a los dos personajes. La carta nunca llegará, pero será el balance del protagonista de esta espléndida novela. Su brevedad no es óbice para observar en ella un plástico panorama de la Barcelona de los años 20 y, especialmente, toda una exhibición de recursos expresivos. El laconismo expresivo, la brevedad de las frases y un sabio manejo de cierto recursos literarios son la complementación formal perfecta para unas páginas plenas de sensaciones humanas y estéticas.

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