Innovative food clusters
BIOECONOMÍA. Vitartis y el ICE ponen en marcha un plan de innovación agroalimentaria para pymes, que se centra en la bioeconomía y cuenta con el apoyo de los fondos europeos para adaptar las políticas de inversión regional.
Strategies for Regional Innovative Food Clusters (String) es un programa cofinanciado con fondos Feder.
La Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León, Vitartis, y el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) han diseñado un plan de acción de innovación agroalimentaria para pymes centrado en la bioeconomía, que se nutre de las experiencias y ejemplos que durante dos años han compartido los once socios del Proyecto String, integrado por clústeres y administraciones públicas de siete regiones europeas.
El proyecto Strategies for Regional Innovative Food Clusters (String), cofinanciado con fondos Feder a través de la convocatoria Interreg Europe, tiene como objetivo adaptar las políticas regionales de apoyo a la I+D+i a las necesidades de las empresas agroalimentarias.
En el proyecto participan las regiones de Noord Brabant (Países Bajos), Central Denmark (Dinamarca), Alsace (Francia), North Plain Hungary (Hungría), Covasna (Rumanía), Emilia Romana (Italia) y Castilla y León. Tras finalizar su primera fase de análisis e intercambio de experiencias, ahora arranca la segunda, que se extenderá hasta septiembre de 2021, en la que se pondrá en marcha el plan de acción desarrollado en función de los resultados obtenidos.
En concreto, se han analizado las políticas de innovación desarrolladas en cada región participante, lo que ha permitido identificar las buenas prácticas llevadas a cabo en cada territorio y sus necesidades gracias al intercambio de sus experiencias.
Posteriormente han tenido lugar una serie de visitas para conocer ‘in situ’ esas políticas de innovación y ejemplos de su aplicación en el sector agroalimentario. Castilla y León recibió la visita del resto de participantes en febrero de 2018, donde pudieron conocer el funcionamiento de la Red de Emprendimiento e Innovación (REDEI) que coordina ICE y en la que participan los principales agentes de innovación agroalimentaria de Castilla y León, detalla la asociación.
Además, la representación de la Comunidad –en la que también han participado centros tecnológicos y empresas– acudió a Noord Brabant y Emilia Romana, donde han visitado entidades que han aplicado esa innovación a través de la digitalización del sector primario y la industria alimentaria en el caso de Noord Brabant; y en el segundo caso, conociendo el sistema de gestión de las DOP/IGP, que trabaja para poner en valor los procesos de producción artesanales y para lograr el equilibrio entre tradición e innovación.
Según explican los programas europeos de apoyo a estas iniciativas, la industria alimentaria, percibida como tradicional, es de hecho un motor desafiante para la innovación y el crecimiento.
El programa String unifica las regiones que comparten «la ambición de mejorar la capacidad de innovación de sus grupos de alimentos, permitiéndoles satisfacer las necesidades cada vez más diversificadas y la creciente demanda de mayores cantidades de alimentos». Según la UE, estos clústers se ven obstaculizados en su desarrollo y no apoyan de manera eficiente el ecosistema de innovación y dificultan el acceso de los socios a nuevos mercados. Los cuellos de botella compartidos de los ecosistemas de innovación agroalimentaria, a menudo arraigados en el mal funcionamiento de políticas, instan a los socios a trabajar en soluciones adaptables a contextos regionales específicos.