TIC para salvar vidas

La Sanidad cambió espoleada por el covid ante la urgente necesidad de desarrollar aplicaciones y programas tecnológicos que resolvieran en el menor tiempo posible y con eficacia los retos de salud que iban surgiendo. La pandemia visibilizó la importancia estratégica de todo tipo de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como motor de innovación y para la detección temprana, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades. El trabajo de cambio fue silencioso, pero vital, ya que se establecieron las nuevas pautas para desarrollar los proyectos asistenciales a gran escala con apoyo de la telemedicina. Ejemplo de ello fue el sistema de registro y monitorización informatizado de los pacientes críticos que se aplicó a todos los puestos de UCI, la cobertura tecnológica a los grupos covid de las áreas de Atención Primaria para facilitar la asistencia a los pacientes en sus domicilios o las interconsultas no presenciales entre médicos de cabecera y el Hospital.

En pocos meses de invirtieron cuatro millones de euros y se recopilaron 1,2 millones de resultados de pruebas al unificar en una plataforma los datos de todos los hospitales de Sacyl y los laboratorios encargados de PCR. También el programa CRCO, diseñado contra reloj cuando se empezaron a realizar los cribados. Una automatización que sustituyó a los larguísimos listados excell y que posibilitó efectuar esos pruebas de forma masiva (la primero de la Comunidad en San Andrés) e informar con un SMS del resultado a las personas afectadas y a Sanidad.

También se ‘inventaron’ las nuevas utilidades de la app Sacylconecta, que habilita a pedir las cita con los médicos de cabecera, enfermeras y matronas en un sólo clic desde el móvil o el ordenador, e incorpora la utilidad de descargar los partes de baja sin desplazamientos al centro de salud, la pauta del simtron y anticoagulantes, la hoja de medicación, las pruebas covid y las analíticas.

El desarrollo de aplicaciones para seguir a los pacientes crónicos, el análisis masivo de historias clínicas mediante técnicas de Big Data o la puesta en marcha de servicios de teleasistencia son otras de las innovaciones encaminadas a ahorrar a la Sanidad decenas de millones de euros anuales, aunque el impacto de las nuevas tecnologías en el sector salud no debe medirse exclusivamente en euros. Según estudios del Clúster europeo de tecnología sanitaria Med Tech Europe, su aplicación contribuiría además a salvar 400.000 vidas y a liberar 1,8 millones de horas de trabajo anuales al personal sanitario, lo que equivaldría a disponer de 500.000 profesionales más. Traducir esas cifras a León o la Comunidad es una tarea aún no cuantificada, pero la Junta coincide en que las TIC reducen costes, liberan de tareas tediosas a los sanitarios y aportan rapidez y eficacia. El reto actual es interconectar las herramientas digitales que ya existen para abordar la teleasistencia y la telepresencia que tendrán una importancia decisiva en la Sanidad. Ya se conectó el sistema Jimena de los hospitales y el Medora de Atención Primaria y se invirtió mucho esfuerzo en que los sistemas no se cayeran ante la sobreutilización que se efectuó y en dotar de equipamientos tecnológicos e infraestructuras que los soporten. La telemedicina es inevitable y más en una Comunidad como Castilla y León extensa, con una población dispersa y envejecida que sufre enfermedades crónicas y polipatologías. Así que cualquier intervención que se realice para favorecer la accesibilidad y mejorar la comunicación entre el personal sanitario y los pacientes es muy relevante.

La tecnología ha sido capaz de que en un mero parpadeo, que en el caso del corazón se traduce en un solo latido para bombear sangre, el nuevo y revolucionario equipo de Tomografía Computerizada Avanzada (TAC) que incorporó el Hospital de León, sea capaz de fotografiar en todo su conjunto a ese órgano vital para el cuerpo humano. Salva vidas al detectar patologías más complejas y permite que se sienten pacientes con trastornos del ritmo. También el Da Vinci ha cambiado la forma de operar en menos tiempo y con mayor precisión, lo que puede agilizar las listas de espera.

Queda mucho por hacer, pero con la pandemia se ha visto necesario dar soluciones a las residencias de ancianos, a los hospitales y a los centros de salud. Todos necesitan sistemas para controlar el acceso, la gestión, los movimientos o las situaciones de aislamiento. El covid causó mucho dolor, pero también supuso un impulso para las TIC en salud. A través de biomarcadores, los especialistas ya pueden conocer de antemano la probabilidad que tiene una persona de necesitar un ingreso hospitalario o de desarrollar una sepsis.