Diario de León

Biden invita a Zelenski a su gran cumbre de democracias del mundo

Putin encuentra en el viaje del presidente de China una vía de escape contra el aislamiento

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EFE

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El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha invitado al mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, a participar en su gran cumbre de las democracias del mundo que se celebrará la semana próxima en Washington y otras capitales.

Rob Berschinski, uno de los principales asesores de Biden, confirmó en una rueda de prensa que Zelenski participará y explicó que la guerra en Ucrania será uno de los temas principales del encuentro, junto a debates sobre economía, corrupción y la lucha contra el autoritarismo, entre otros.

Zelenski intervendrá de manera virtual el primer día de la cumbre, el martes 28 de marzo, y hablará sobre su visión de una «paz justa y duradera» para Ucrania, según el calendario de la reunión hecho público por el Departamento de Estado. El líder ucraniano hablará en un panel moderado por el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, en el que participarán responsables de Exteriores de un «grupo de países regionalmente diverso» con el fin de que haya diferentes perspectivas. EE UU no ha revelado el país de origen de esos ministros de Exteriores y ni Rusia ni China figuran entre los invitados.

Esta es la segunda edición de la cumbre de las democracias que celebra el Gobierno de Biden, quien propuso por primera vez esa idea cuando se presentó a las elecciones presidenciales de 2020. La primera edición, en la que Ucrania también fue invitada, se celebró entre el 9 y el 10 de diciembre de 2021 y giró en torno a asuntos como la lucha contra el autoritarismo, el combate a la corrupción y la promoción del respeto a los derechos humanos, pero acabó sin anuncios concretos.

Se espera que Estados Unidos use esta segunda para anunciar «inversiones significativas» de dinero en programas para proteger los derechos humanos, adelantó Berschinski, director de democracia y derechos humanos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, encargado de la política exterior.

El objetivo será profundizar en uno de los principios que guían la política exterior de Biden: la idea de que las democracias del mundo están en un punto de inflexión en el que deben demostrar a sus ciudadanos que son la mejor forma de gobierno y así frenar el avance del autoritarismo.

Los anfitriones de esta cumbre serán Estados Unidos, Costa Rica, Corea del Sur, Zambia y Países Bajos.

En el segundo día del encuentro, el miércoles 29, los líderes de esos países darán inicio al día con unas declaraciones junto al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y luego cada uno liderará una sesión centrada en un tema específico.

Biden hablará sobre cómo la democracia puede afrontar problemas globales, mientras que el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, se enfocará en el papel de las democracias para generar igualdad, detalló el Departamento de Estado.

Las sesiones de la cumbre se celebrarán en Washington, pero también en las capitales de cada uno de los países anfitriones.

Los eventos en Costa Rica estarán centrados en promover el papel de los jóvenes en la democracia y contarán con la participación en persona de altos cargos de todo el mundo, entre otros la embajadora de EE UU en Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, que liderará la delegación estadounidense a ese país.

En total, 120 gobiernos han recibido invitaciones para la cumbre. De ellos, ocho no habían sido invitados en la anterior edición, pero Estados Unidos ha decidido incluirlos por los avances que han hecho a nivel democrático. Entre esos nuevos invitados figuran Honduras, Bosnia y Herzegovina, Mauritania y Mozambique.

Mientras, el presidente ruso, Vladímir Putin, acorralado por las sanciones occidentales y la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional, ha encontrado en China una vía de escape contra el aislamiento, tanto en el plano político y económico como en el campo de batalla ucraniano.

En Moscú no se recordaba un recibimiento tan ostentoso a un jefe de Estado como el que tuvo esta semana el líder chino, Xi Jinping. Ningún líder occidental disfrutó nunca de un trato tan caluroso en los salones de oro y mármol del Kremlin.

Xi fue tratado como lo que es, el último salvavidas para Rusia, que depende de China y otros países, como la India, para sobrevivir al embargo y boicot europeos por la campaña militar en Ucrania.

Rusia necesita un aliado en su actual pugna con Occidente en Ucrania y lo ha encontrado en China, que también tiene sus más y sus menos con Washington por Taiwán.

Putin y Xi marcaron las nuevas líneas rojas del orden mundial multipolar, que se resumen en rechazar categóricamente la hegemonía occidental en todos los asuntos internacionales. Se acabó el dictado de la Otan y el dólar. Dos tercios de los intercambios comerciales ya se realizan en rublos y yuanes.

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