Diario de León

España quiere sacar de Kabul a líderes civiles afganos y defensores de los derechos humanos

Sánchez aparece en medio de la avalancha de críticas por su silencio; el PP le exige que explique la operación de evacuación

Sánchez, en el consejo de ministros ‘online’ desde lanzarote. MONCLOA

Sánchez, en el consejo de ministros ‘online’ desde lanzarote. MONCLOA

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El Gobierno quiere traer a España también a líderes de la sociedad civil y defensores de los Derechos Humanos afganos, con prioridad a mujres y niñas, cuya vida podría estar en peligro tras la victoria de los talibanes, además de los colaboradores afganos y sus familias que aún están pendientes de su evacuación, escondidos en Kabul o de camino a la capital. La lista se ha ampliado según pasan las horas y las últimas estimaciones eran de unas 800 personas, que es precisamente la capacidad habilitada en el campamento de la base de Torrejón.

En la segunda fase de evacuación, una vez completada la salida de todos los españoles —salvo el embajador y su segunda y el personal de seguridad— se dará prioridad a la seguridad de las personas a trasladar a España, muchas de las cuales están escondidas y tienen problemas para llegar al aeropuerto de Kabul.

Pedro Sánchez presidió ayer la reunión del grupo ministerial que supervisa la operación de repatriación del contingente español en Afganistán. Lo hizo por vía telemática desde Lanzarote, donde pasa sus vacaciones desde el 4 de agosto, y en medio de un chaparrón de críticas de la oposición por su silencio. El presidente del Gobierno regresa hoy a la Moncloa.

A la cita online acudieron los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de Defensa, Margarita Robles, de Interior, Fernando Grande-Marlaska, de Sanidad, Carolina Darias, el de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y de la Presidencia, Félix Bolaños, que coordina el grupo de trabajo. Aunque no figuraba en la agenda gubernamental, también participó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Unas horas antes de la reunión, Albares y Escrivá recibieron en la base madrileña de Torrejón al primer avión A400M de las Fuerzas Armadas que trasladó a 53 personas desde Kabul, cinco españoles de la misión diplomática y 48 afganos que trabajaron para las tropas españolas y para la embajada. «Concluimos la primera fase de la evacuación. Ya no quedan prácticamente españoles en Afganistán», explicó el ministro de Seguridad Social y Migraciones. El de Asuntos Exteriores precisó en la posterior reunión ministerial que sólo permanecen en la capital afgana el embajador, su segunda en la misión diplomática y el personal de seguridad.

Durante el encuentro, según informó la Secretaría de Estado de Comunicación, tomaron la palabra todos los ministros para detallar las acciones tomadas en sus ámbitos. El titular de Exteriores apuntó que, una vez que se haya trasladado a todo el personal español y los colaboradores afganos, se estudiará la evacuación a España de líderes de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos que pueden sufrir represalias del régimen talibán. La Moncloa no hizo una evaluación del éxito de la operación en su nota informativa, pero fuentes del Ejecutivo indicaron que en la reunión hubo satisfacción.

La reaparición de Sánchez estuvo precedida por una avalancha de críticas de la oposición por su silencio tras la crisis abierta en Afganistán con la ofensiva talibán que culminó con el control casi absoluto del país, incluida la capital, y que puso en riesgo la operación de evacuación de los funcionarios de la misión diplomática y los colaboradores afganos por la caótica situación en el aeropuerto de Kabul y las dificultades para llegar al mismo.

Pocas horas antes del encuentro telemático del presidente y sus ministros, el jefe de la oposición denunció en su cuenta de Twitter que el Gobierno «es una jaula de grillos incapaz de gestionar nada pero Sánchez sigue de vacaciones». Pablo Casado exigió en el mismo mensaje al jefe del Ejecutivo «comparecer en el Congreso como hacen en otros países y poner orden en el caos del precio de la luz, las normas anticovid, la crisis migratoria en Ceuta y la salida de Afganistán».

La demanda del líder del PP quedó plasmada en una solicitud en el registro de la Cámara para que el presidente acuda a un pleno extraordinario. La petición se debatirá la próxima semana en la Diputación Permanente del Congreso. La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, se sumó a la petición de los populares porque Sánchez «debe dar la cara» y rendir cuentas para conocer «el minuto y resultado de las personas que permanecen en Afganistán». Es necesario, añadió, tener «una posición como país» consensuada entre todas las fuerzas políticas.

La reunión de la Diputación Permanente no tiene fecha pero es probable que se convoque el 25 de agosto. La Moncloa aún no ha informado de si el presidente acudirá al hemiciclo, pero si lo hace, explicaron fuentes gubernamentales, será a petición propia y no por las exigencias de los partidos de la oposición. Habría en todo caso un problema de agenda para que la comparecencia sea inmediata porque el presidente del Gobierno tiene previsto un viaje para la próxima semana a Egipto y Kenia.

Sánchez, aseguran en el Gobierno, ha estado encima de todos los detalles de la operación de Afganistán y recuerdan que el miércoles ya mantuvo una reunión telemática con los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa. La Moncloa difundió fotos y vídeos de esa reunión, lo que dio pie al PP para lanzar en las redes sociales la campaña #DóndeEstaSánchez para denunciar el silencio presidencial y ridiculizar el hecho de que Sánchez conversara con Albares y Robles con unas alpargatas veraniegas. El portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, Martínez Almeida, escribió: «En alpargatas uno decide mejor. En verano, tampoco vamos a ponernos zapatos que uno se estresa».

Desde el Gobierno no quisieron entrar en el cuerpo a cuerpo con la oposición. Sólo insistieron en que mañana regresará su despacho, presidirá el Consejo de Ministros el martes y a continuación emprenderá la gira africana con empresarios.

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