Ucrania y Rusia acuerdan un alto el fuego para evacuar civiles antes del asalto final

Representantes de los grupos negociadores de Rusia y Ucrania afirmaron que en la reunión de ayer se acordó un alto el fuego temporal en los lugares donde se establezcan corredores humanitarios para la evacuación de civiles en Ucrania.

El asesor presidencial ucraniano Myjailo Podoliak informó de que se alcanzó un acuerdo para un cese el fuego temporal por motivos humanitarios en las negociaciones de ayer con Rusia.

«Las partes han llegado a un entendimiento sobre la creación conjunta de corredores humanitarios con un alto el fuego temporal», señaló en su canal de Telegram.

«Es decir, no en todas partes, sino sólo en aquellos lugares donde se ubicarán los propios corredores humanitarios, será posible el cese al fuego durante la operación», dijo.

Podoliak añadió, no obstante, que la delegación negociadora ucraniana «no obtuvo los resultados que esperaba y continuará el diálogo en una tercera ronda de conversaciones».

El jefe negociador ruso, Vladímir Medinski, señaló que las delegaciones lograron un entendimiento mutuo en algunos temas.

«Las posiciones son absolutamente claras. Están desglosadas por puntos. En parte de ellas logramos un entendimiento mutuo», afirmó.

La segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania sobre la invasión rusa tuvo lugar en Belovezhskaya Pushcha, en la región bielorrusa de Brest, cerca de la frontera polaca.

Mientras, la Unión Europea aprobó ayer de forma unánime la directiva que permite la entrada ilimitada de refugiados ucranianos en su territorio. La normativa, propuesta por la comisión, se publicará hoy mismo para su validación y Bruselas espera que entre en vigor «lo antes posible» para dar protección al millón de ucranianos que, según la ONU, han abandonado ya el país debido a la invasión rusa. «Y vendrán muchos más —avisó la comisaria de Interior, Ylva Johansson—. Estamos preparados para acogerlos. Todos los países están mostrando su solidaridad». Sin embargo, varios Estados —entre ellos Hungría— mostraron sus reservas a la propuesta inicial de Bruselas y presionaron para modificarla.

Esta nueva directiva europea permitirá a los refugiados ucranianos moverse libremente por el continente, así como trabajar, acceder al sistema educativo y al sanitario, entre otros. No obstante, tras una negociación, los Veintisiete han acordado poner límites a ese estatus especial. Así, solo podrán disfrutar de los derechos recogidos en la norma los ucranianos nacionalizados que hayan abandonado el país después del 24 de febrero.

En cuanto a los ciudadanos de terceros países residentes en Ucrania, la UE «facilitará su evacuación y se pondrá en contacto con sus países de origen para facilitar su repatriación». Del mismo modo, Bruselas dejará en manos de cada Estado miembro decidir sobre qué hacer con los ucranianos que, por distintos motivos (estudios, trabajo...), se encontraban en territorio europeo antes del 24 de febrero.

ALUMBRADOS EN LA OSCURIDAD

Todo se desmorona ahí arriba, pero el bebé duerme a pierna suelta, arrebujado en una manta de borreguito y con esa placidez propia de los recién nacidos. Se diría que ni un bombazo podría despertarlo. Y esto es literal. El pequeño, en brazos de su padre, es la viva imagen de la esperanza en medio del desastre bélico.

Vino al mundo en los sótanos de una maternidad de Kiev durante uno de los ataques más furibundos de las tropas rusas. Bien visto, tuvo suerte. Al fin y al cabo, a pesar de nacer bajo tierra, su madre fue atendida en un hospital. Otras muchas mujeres ucranianas están dando a luz en medio de la oscuridad de la guerra en unas condiciones penosas, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus criaturas. El Unfpa, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, calcula que hasta 80.000 mujeres ucranianas darán a luz en el país en los próximos tres meses.

A pesar de que, a día de hoy y aunque en precario, la mayor parte de los centros sanitarios siguen funcionando, «nos llegan informes desgarradores de hospitales dañados en los que es difícil garantizar partos con todas las garantías», señala el español Jaime Nadal, representante en Ucrania y Bielorrusia, en un vídeo difundido por el organismo internacional.

Según el último parte de esta agencia que depende de la ONU, en las últimas noches se han sucedido más de 80 nacimientos en Kiev. Muchos de ellos en sótanos subterráneos e incluso en las estaciones del metro en las que busca refugio la población, en unas condiciones infrahumanas, sin las más mínimas garantías higiénicas y «sin acceso a servicios esenciales de salud materna», señalan los responsables del organismo, que ya han reportado casos de mujeres que han perecido en el parto.

«Para todas será una experiencia que amenace sus vidas, en lugar de un acontecimiento cargado de esperanza», se lamentan.