Diario de León

Así fue el juicio en la jornada de ayer

Los ingenieros del Servicio de Minas, en su declaración hoy. DL

Los ingenieros del Servicio de Minas, en su declaración hoy. DL

León

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16.36

Siguen las preguntas de las defensas, Sergio Celemín insiste en que la empresa tenía los medios técnicos y humanos para actuar, pero que hay que determinar si un fenómeno gasodinámico como el que se produjo era previsible o no, por las dimensiones que tuvo.

Los ingenieros señalan que sí era previsible que se hundiera la bóveda, pero no que se produjera un escape de grisú como el que sucedió. 

El abogado pregunta si la Hullera Vasco Leonesa era un ejemplo en la provincia de seguridad minera, y Abel de Prado indica que "sí, siempre se tuvo a la empresa como referente de cumplimiento de la normativa". 

Pregunta la jueza. Si la rotura del techo de la capa a que se refiere el informe se produjo en el postaller. "Una cosa es el techo y otra el macizo de carbón, que están integrados". No se ponen de acuerdo los ingenieros. "En el taller no se rompió nada". Pero ellos no vieron esa rotura. 

Sobre las prescripciones que recogen en el informe, la actualización del proyecto tipo para explotaciones por debajo de la planta 870 pregunta dónde se regula que debe actualizarse este proyecto. Contestan que la regulación del proyecto tipo está en el Reglamento de Normas Básicas de Seguridad Minera, que no establece que se pueda actualizar. Entonces, señala la magistrada, "¿cómo iban a hacer en la empresa una actualización del proyecto como se prescribió si no se contempla en la normativa? ¿Se requería un nuevo proyecto y no es suficiente con una DIS?". José Luis García explica que no es necesario otro proyecto tipo, pero sí un proyecto nuevo sobre ese trabajo en concreto. 

Sobre el proyecto de explotación en zonas vírgenes, ¿implica que debían hacer un proyecto tipo para esto? "No tiene que ser un proyecto tipo". La jueza pregunta si la falta de autorización por debajo de esa cota que se prescribió podía hacerse si no está regulado así. Y le señalan que en otras empresas sí se aceptó la actualización de proyectos tipo. "En la mina no es habitual que se hagan proyectos tipos, porque no suelen ser trabajos repetitivos", aunque la normativa lo contempla y Minas lo aprobó.

Celemín apunta que se actualizan los proyectos tipo porque sólo incluyen algunas modificaciones pero lo fundamental sigue igual. "Esa actualización era frecuente, y yo creo que las condiciones adversas sí están contempladas en las DIS y es suficiente". 

Finaliza su declaración y la sesión de hoy. 

15.00

Las defensas preguntan a los ingenieros del Servicio de Minas de León por los métodos de explotación del Pozo Emilio, y si la empresa incumplió algunas de las prescripciones, como las medidas de las velocidades de desorción para controlar el grisú. Contestan que no.

Insisten en la situación de la bóveda. "Ya estoy cansado de explicarlo", señala uno de los ingenieros. Los trabajadores vieron bóveda en el postaller y "detectaron" bóveda en los barrenos. "Que son cosas distintas". Y que es peligroso también que haya bóveda en el postaller, no sólo encima del taller. 

José Luis González insiste en que en el informe se aclara qué días se visualizó la bóveda. Y que fue siempre en el postaller. 

Las defensas preguntan también cómo es posible que ante todos estos peligros ni el comité de empresa ni los delegados ni ningún trabajador haya comentado nunca a la autoridad minera. De Prado señala que "quizá es que llevaban gafas oscuras", a lo que la jueza llama la atención y le recuerda que está prestando declaración ante un tribunal. Y los letrados que puede estar faltando al respeto a algunos de los fallecidos. 

Si los ingenieros no vieron la bóveda del postaller no pueden constatar cómo estaba, señala el letrado, lo que reconocen los peritos, "como el resto de las cuestiones que nos comentaron". "Es una hipótesis, no una conjetura". 

Otro de los letrados de las defensas pregunta si durante los años en los que se supone que la Vasco explotó el macizo 7º con un proyecto tipo la autoridad minera requirió alguna vez a la empresa el cambio; y el ingeniero señala que el método de explotación se cambió a partir de la planta 4ª. Y que se hacían las visitas preceptivas a la mina. "No hubo requerimiento porque no había nada que cambiar, la Vasco recibió decenas y decenas de visitas de los actuarios de Minas. Ninguno solicitó que se presentara un nuevo proyecto". 

Tampoco se puso nunca ninguna sanción administrativa a la empresa. Ni se la ha sancionado por incumplir las medidas de seguridad en los años de la explotación.

La defensa pregunta cómo es posible que cuando les comunicó un vigilante que unos días antes del accidente el gas había subido al 5% la autoridad minera no comprobó por qué no se habían puesto los autorrescatadores. "Porque nos dijo que había sacado a la gente del taller", responden. A lo que el abogado responde que también los fallecidos habían intentado huir del taller.

 

13.03

Comienzan las preguntas de las defensas. Las declaraciones de los trabajadores no estaban grabadas, pero sí firmadas por cada uno de los declarantes. Los ingenieros fueron elegidos por el director general de Energía y Minas.

Les pregunta por la declaración del actuario Juan José Vidal Lombas, que declaró que estaba en desacuerdo con el informe oficial y que había oído que "había que acabar con la Vasco". Lo que le llevó a quedarse de baja. 

Vidal señaló que había retirado parte del carbón y vio bóveda. Jesús González señala que "allí nadie sutiró, sólo metimos una barra para ver si estaba muy apretado". Los peritos señalan que "los sindicatos también señalaron que teníamos que haber entrado allí. Y ellos y Vidal creían que se podía entrar, tenían que habérselo solicitado a la empresa". Y el letrado les recuerda que fue Minas quien impidió acceder al taller siniestrado. "No, al taller no se impidió ningún día el acceso, es más, se visitó con el comité de seguridad". 

No se ponen de acuerdo los ingenieros sobre quién tenía que haber autorizado la inspección del postaller, unos dicen que la empresa y otros que la autoridad. Abel de Prado señala que "para entrar allí hay que hacer una labor minera, si alguien creía que debía hacerla tenía que haberla solicitado al director facultativo de la empresa, que es el responsable de seguridad". 

El abogado les pregunta por el informe del perito judicial, que los testigos no conocen; así como otros estudios presentados por catedráticos de Minas, que "concluyen que no colapsó la bóveda". Les pregunta si realizaron algún tipo de comprobación a la vista de que no se podía acceder al postaller. Se remiten al informe que realizaron. Y que llegan a las conclusiones sobre las declaraciones que tomaron.

La defensa pide pruebas de que la bóveda colapsó. Otra abogada protesta porque "además de declarar conjuntamente, se están haciendo indicaciones entre ellos". 

El abogado les pregunta por qué si consideran que la Vasco tenía que haber hecho otro proyecto de explotación no se le exigió en 2009, cuando se decidió estudiar durante un año los desprendimientos instantáneos.

Les pregunta por la hoja de pilas, pero no saben quién la rellena. "Es algo que sólo se hace en la Vasco,, se lo digo yo que conozco todas las minas de León y El Bierzo".

El abogado pregunta si saben los ingenieros en qué calle se hundieron los talleres de las plantas superiores, lo que no conocen y dicen que es "irrelevante". 

La jueza llama la atención a testigos y abogados por reírse "en un juicio como este, ya les he avisado más veces".

El abogado pregunta si el "bufido" o soplido que oyeron algunos de los testigos es compatible con la caída de la bóveda. Uno de los ingenieros le contesta: "Se lo he explicado mil veces, no me lo pregunte más". Y a la pregunta de qué se oiría si cayera la bóveda sobre ellos responde: "Nada, nos mataría".

Los ingenieros señalan que la bóveda no se veía en el taller, sino en el postaller.

Aunque no están de acuerdo los testigos en todos los conceptos por los que les preguntas las defensas, señalan que el informe que enviaron está realizado con consenso. 

12.20

Los ingenieros de Minas reconocen que la situación de explotación del taller era un peligro para los trabajadores, aunque no se esperaba un fenómeno como el que ocurrió. "Los trabajadores estaban satisfechos porque comenzaban a caer minados, estaba a punto de colapsar". 

A preguntas de la acusación inciden en el sistema de ventilación, y si era adecuado para la planta en la que se estaba explotando.

Para mi, señala Celemín, "la única causa del accidente es que no se cumplió la DIS se zonas vírgenes. No voy a entrar en todo eso que ustedes sacan", responde a una de las acusaciones. 

Les preguntan si recibieron directrices para realizar el informe en un sentido concreto, lo que niegan los ingenieros. "La realización del informe fue totalmente imparcial, y hay que agradecer a la empresa que toda la documentación que le pedimos la aportó; a los obreros porque se portaron como nunca creimos que lo iban a hacer. No recibimos presión en ningún sentido de ninguna parte". 

Insisten en que no hubo respuesta técnica para evitar una situación que podía provocar el accidente. 

10.58

Comienzan las preguntas de las acusaciones. Tomaron declaración a 44 personas y examinaron más de 50 documentos para hacer su informe. Reconoce que en su primer informe cometieron algunos errores, pero eran "irrelevantes". 

No pudieron comprobar cuánto carbón se sacó de esa explotación. Y considera que el sutiraje hizo que no estuviera correctamente recebado el taller. 

También señala De Prado que los ruidos que oían los trabajadores eran compatibles con la rotura de la bóveda, no sólo por el gas. "Primero fue el hundimiento, después se creó un hueco. Eso hizo ruidos. Posteriormente pudo haber un derrabe gaseado o un desprendimiento instantáneo. No afectó al taller porque los postes traseros estaban protegidos. El día 28 el tercer relevo rellenó los huecos. Por eso el hundimiento no afectó al taller ni a la llave". 

El plan de seguridad, que era de 2004, no contemplaba subidas de grisú más allá del 5%. Y los ingenieros, dice Jesús González, que la legislación señala que cuando se produce un accidente grave la empresa tiene que modificar el plan de seguridad y salud. 

Celemín señala que la modificación de la ventilación "se propone a la vista de lo sucedido, porque nadie podía prever un fenómeno de la magnitud y las consecuencias como ocurrió". 

También pregunta la acusación que durante la explotación del taller de la 7ª ningún responsable de Minas visitó esta instalación. 

Y a medida que pasaban los días el riesgo era mayor para los trabajadores, porque no hundía y se sutiraba. Lo que suponía incumplir la disposición.

Celemín señala que la estructura de seguridad de la Hullera Vasco Leonesa era "conocido por todos desde hacía años y se consideraba correcto, independientemente de que se produjeran cambios en quienes ostentaban los cargos". 

10.22

Sergio Celemín insiste en que "la situación de riesgo que estaba latente y había provocado incidentes era la abultada presencia de grisú porque no se ha desgasificado la llave de carbón y porque no se ha desgasificado hacia explotaciones superiores. Por eso se establecían los culatones". 

Señala que "la empresa tenía los medios técnicos y humanos para detectar esos riesgos, y si los vio podía haber hecho algo". 

Por su parte Abel de Prado señala que se prescribió la "actualización", que no implica un proyecto de explotación nuevo. Se refiere a la ubicación de los electroventiladores en ventilación primaria, porque "no respondieron para este tipo de incidentes, aunque en general sí". 

El fiscal pregunta si había indicios, con la documentación de la empresa, de que hubiera riesgo de que ocurriera un hecho como el acaecido con el  metano. De Prado señala "el metano en una explotación en talleres en zona virgen sale siempre por la galería. La empresa tiene metanómetros que paran los pánceres a partir del 1,5% de nivel". 

Jesús González indica que "nadie preveía un hecho como el que sucedió, pero que la empresa sabía que había riesgos está claro, porque estaba tomando medidas para desgasificar. Pero un hecho de esta magnitud en el taller o el postaller nadie lo imaginaba". 

En el informe de respuesta a las alegaciones de la empresa se señala que la ventilación estaba ubicada correctamente según lo que se había establecido; pero cuando ocurrió esa salida masiva llenó el culatón y tardó en arrancar el ventilación. "No sabemos lo que hubiera pasado si hubiera estado en otro sitio". Aunque la presión fue tan grande que podría haberlos parado también "seguramente". 

Por eso se prescibió que se situase en otra zona en la que fuera más difícil que se parase. 

Celemín insiste en que la situación "sobrepasó en mucho la capacidad normal de la ventilación". 

El fiscal pregunta si era correcta la forma de explotación que se llevaba a cabo, y los ingenieros señalan que la empresa "hizo todo lo posible para que se hundiera, y no lo hizo. Y luego provocó todo lo demás, no sabemos si al final fue un derrabe gaseado o un desprendimiento, pero es con una fuerza enorme". 

Celemín recuerda que en el accidente salieron 19.000 metros cúbicos de metano, un volumen importantísimo y fuera de todo rango, desde luego. Y la empresa "tenía las medidas de desgasificación necesarias, muchas. Pero bajo mi punto de vista si había ese riesgo y había antecedentes, debería haber parado la explotación". 

"Si era imprevisible es lo que tiene que decidirse en este juicio". 

De Prado señala que "jugaron a la ruleta rusa, podía haber caído en cualquier turno, o el fin de semana, y entonces hubieran tenido más suerte". 

Recuerdan también que tenía que haber caído a la tercera o como mucho a la cuarta calle, y llevaban once. "Sabían que había riesgo, porque estaban disparando al techo para que cayera". El día 25 "la capa les avisó, pero no lo detectaron. El oxígeno bajó al 14%, para eso tuvo que haber más del 30% de grisú, aunque los aparatos no lo midan. Estaban provocando el hundimiento, tenían que haber tomado otras medidas". Y las debió tomar la empresa, "no nosotros". 

José Luis García insiste en que "tenían que tener proyectos y no los tenían", y "si estamos ante un problema técnico tiene que tener respuestas técnicas". Y que el proyecto tipo recoge que como mucho en cuatro calles tiene que caer, "si yo soy técnico me lo hubiera replanteado". 

10.04

Sergio Celemín apunta que el proyecto de explotación por plantas descendentes se considera un proyecto tipo, es repetitivo y hay que establecer los márgenes admisibles y las situaciones adversas. Se entiende que se actualizan los planes de labores, y todos los actuarios que pasamos por allí no habíamos prescrito que se aprobara un nuevo proyecto de explotación para plantas inferiores. 

El jefe de Minas señala que la situación adversa en el macizo 7º era la cantidad de grisú, pero "ya había prescripciones de explotación en virgen donde se contemplan esas situaciones". Entiende que si no figuraba la planta 7ª es un "asunto menor". 

José Luis García señala que las dos prescripciones en relación con el proyecto habla de un proyecto para explotar en zona virgen, que "no lo había"; mientras que el proyecto tipo era para explotar en zonas normalmente sutiradas bajo explotaciones ya explotadas. Y que en la planta 7ª "no se estaba trabajando como contemplaba el proyecto de explotación". 

El jefe del Servicio de Inspección, Formación y Seguridad Minera pide exhibir un plano para explicar cómo se explotaba. Dice que también varía el tipo de explosivos que se utilizaba, así como la ventilación secundaria, porque había más grisú. 

"Los incidentes en ese macizo comienzan en la planta 3ª, lo que dio lugar en 2009 a declararlo como sospechoso de DI. En la planta 4ª en 2010 hubo un derrabe y un fuego. Y lo más significativo, en 2012 tres incidentes en la planta 6ª relacionados con explosiones de grisú". 

En 2011 hubo varios derrabes en varias plantas, también fuegos, y "lo que nos llamó la atención es que todo eso se concentra en esta zona, mientras en el macizo 9º no hay incidentes. Por eso esa zona ya no es igual a lo que se puso en el proyecto tipo". Tampoco, según el ingeniero, el taller siniestrado comenzó a explotarse como los demás. "Por eso los trabajos no se ajustan a lo establecido en el proyecto, por eso decimos que hay que actualizarlo". 

El plan de labores, concluye el técnico, no sustituye a este proyecto de explotación. 

9.37

Llama a declarar a José Luis García, Jesús González, Abel de Prado y Sergio Celemín, los ingenieros de la Sección de Minas de la Delegación Territorial de León de la Junta de Castilla y León. Comparecen en conjunto.

Celemín, jefe de la Sección de Minas en el momento del accidente, a preguntas del fiscal, señala que el informe se realizó citando a los testigos y pidiendo información a la empresa y los juzgados. 

De Prado reconoce que hay controversia en la conclusión sobre si fue la caída de la bóveda lo que provocó el accidente. Una galería de desgasificación hundió hacia el hueco y provocó un derrabe. Tanto el carbón soltó grisú, como los huecos que se formaron. "No se puede acceder a esos huecos, así que según la literatura se extrajeron unas conclusiones que para mi son correctas". 

Sobre el acceso al postaller señala que "no se puede entrar. Quizá puedan hacerse otras actuaciones, que debían haberlo solicitado a la empresa. Había un director facultativo de la mina que es el responsable de todo lo que se hiciera. Deberían haber solicitado a la empresa y la empresa a la Junta, para ver si las labores que pretendían hacer eran seguras". 

También considera que se podían haber hecho sondeos para ver si el hueco estaba relleno, "a mi parecer lo estaba". 

Señala que había precedentes desde el día 14, que comenzó a explotarse el taller. "Los mineros que trabajaban allí veían hueco hacia arriba". Todos declaraban eso. "Y los tiros a la llave iban a hueco y no se podían disparar, eso pasó algunos días". Otro tema que influyó en el accidente comenzó entre el 15 y el 30 de mayo de 2012: "Se hizo un culatón en la planta 6º que debería haber ido por el techo de la capa, y se hizo por el muro. Eso lo distanció del taller de bajo, que fue por zona virgen, sin tener nada encima, hasta que el día 23 ó 24 de 2013 comenzaron a caer tablas y un poste". 

El error en la 6ª se produjo por un error en la dirección de la capa.

Recuerdan también los ingenieros que cuando hay un fenómeno gasodinámico el Reglamento de Normas Básicas de Seguridad Minera dice que debe declararse zona sospechosa de desprendimientos instantáneos. 

Su informe dice también que debe presentarse un proyecto de explotación para cotas inferiores como en la que se estaba trabajando. El proyecto se refiere a las directrices generales del grupo Competidora (luego pozo Emilio) y Pastora. "El proyecto se había aprobado para las capas hasta la 860, pero trabajaban con él, no se había cambiado". 

9.30

Comienza la declaración de Begoña Gómez Pérez, médico inspector. También atendió a Gutiérrez Calvo, el picador que reclama también indemnización por el accidente. La doctora señala que el paciente le comentó que inició la sintomatología de angustia y revivir lo vivido cuando le operaron del túnel carpiano, pero fue cuando se reincorporó a su actividad laboral cuando inició las consultas para la incapacidad temporal por el estrés. 

El INSS reconoció la incapacidad permanente total del trabajador. Con tres puntos de secuelas, el máximo. Finaliza la declaración.

9.18

Comienza la vista oral. Declara Luis Tomás Velilla Díez. Es médico psiquiatra. Ha elaborado dos informes médicos sobre Óscar Gutiérrez Calvo. Explica que el estrés postraumático a consecuencia del accidente se diferencia de otros porque se revive con el tiempo, genera ansiedad y estrés, ensoñaciones y dificultad para dormir. Y durante el día en estado de hiperacción y alerta, y se reacciona ante personas o situaciones que le hacen revivir lo que le causó el trauma, con ataques de ansiedad.

No está conforme con el médico forense porque niega que se haya producido esa situación con un diagnóstico un año después del accidente, porque "se va al médico a veces mucho después de tener los síntomas". Recuerda que Óscar estuvo de baja por una cirugía, que le dio "un período de paz". 

Tampoco está de acuerdo con que el mismo estrés postraumático debía afectar entonces a todos los que intervinieron en el rescate, "cada uno reacciona de una manera diferente". 

El fiscal pregunta si fue una consulta privada.

Finaliza su declaración. 

9.00

Comienza una nueva semana de la vista oral por el accidente que el 28 de octubre de 2013 costó la vida a seis mineros en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa.

La jueza ha adelantado este lunes el inicio de las declaraciones, que comenzarán con dos peritos médicos.

A continuación cuatro de los ingenieros del Servicio de Minas de la Junta explicarán las causas del accidente, según la investigación que llevaron a cabo días después de que ocurriera. La pasada semana prestó declaración el actuario de Minas, que participó en este grupo investigador, y sin embargo rechaza la tesis de que la invasión de grisú se produjera por la caída de la bóveda. 

Más allá, el actuario. Juan José Vidal, manifestó que los ingenieros tenían clara la causa que iban a argumentar, y que alguien comentó que "a la Vasco se le han acabado los créditos", lo que en su opinión mostraba ya una intención de actuar contra la empresa y "contra la minería". 

 

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