Alfonso Suárez dimite como gerente del Hospital de León tras dos años

Alfonso Suárez, que llegó a la gerencia del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule) en diciembre de 2019 con «ánimo de escuchar y ganas de encumbrar el Hospital», según sus propias palabras, ha dimitido de su cargo tras dos años de trabajo.

Un runrún que se escuchaba con fuerza en los últimos meses, y que se materializó ayer con la comunicación de su dimisión, que tendrá efectos el 1 de diciembre. Suárez deja una ciudad sanitaria de 4.360 empleados y un millar de camas, que recibe 320.000 pacientes al año. En su haber, la consecución de un plan de 12 millones de euros para renovar los grandes aparatos tecnológicos, la puesta en marcha del Hospital Infanto-Juvenil de Psiquiatría valorado en un millón y el inicio de la ampliación del servicio de Urgencias.

A él se debe la permeabilidad del Caule para escalar y desescalar en las cinco olas de la pandemia y el hito de hacer trabajar juntos a profesionales de diferentes especialidades en los denominados equipos covid. La irrupción del desconocido coronavirus ha marcado casi la totalidad de su gerencia, lo que exigió la toma de una cascada de decisiones sin precedentes.

La primera entrevista de Alfonso Suárez como gerente

 

Especialista en Medicina de Familia y Comunitaria de 54 años,  fue coordinador de Admisión y Documentación Clínica y jefe del servicio de Atención al Paciente. Cursó sus estudios de Medicina en Bilbao y efectuó la especialidad de Atención Primaria en Inglaterra. Antes de llegar al Hospital leonés trabajó en varios consultorios médicos de la provincia y su perfil encajaba con la idea de la consejería de mejorar la relación del Caule y los ambulatorios para aliviar las urgencias hospitalarias e incentivar la prevención de enfermedades. 

Suárez también vivió el hartazgo de cientos de sanitarios que se manifestaron en la calle y delante del Hospital por el recorte de los derechos que proponía la Consejería de Sanidad y la falta de medios. El cansancio por el aluvión de casos, las muertes y unas olas que parecían no tener fin hizo mella en la plantilla. También la pugna por ocupar varios puestos enturbió el ambiente interno del Complejo Asistencial.